{"id":372325,"date":"2022-12-27T15:05:39","date_gmt":"2022-12-27T15:05:39","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-ano-en-que-la-musica-nos-recordo-la-belleza-de-la-vida-analogica\/"},"modified":"2022-12-27T15:05:41","modified_gmt":"2022-12-27T15:05:41","slug":"el-ano-en-que-la-musica-nos-recordo-la-belleza-de-la-vida-analogica","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-ano-en-que-la-musica-nos-recordo-la-belleza-de-la-vida-analogica\/","title":{"rendered":"El a\u00f1o en que la m\u00fasica nos record\u00f3 la belleza de la vida anal\u00f3gica"},"content":{"rendered":"


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El d\u00eda antes<\/span> el lanzamiento de julio de Renacimiento<\/em>, el s\u00e9ptimo \u00e1lbum de estudio de Beyonc\u00e9, su equipo de gesti\u00f3n anunci\u00f3 en un comunicado de prensa que el disco no incluir\u00eda im\u00e1genes como parte de su lanzamiento. \u201cEs una oportunidad nuevamente para ser oyentes y no espectadores\u201d, dec\u00eda. La elecci\u00f3n fue extra\u00f1a, aunque un poco decepcionante, por el solo hecho de que Beyonc\u00e9 persiste como una de las creadoras de im\u00e1genes m\u00e1s destacadas de nuestro tiempo. El sorpresivo lanzamiento del disco hom\u00f3nimo de la cantante, en 2013, y de Limonada<\/em>, en 2016, fueron acompa\u00f1ados por un impresionante conjunto de videos musicales que reescribieron las reglas del arte moderno. (La colecci\u00f3n de videos para Limonada<\/em> se estren\u00f3 como una pel\u00edcula en HBO.) Hoy en d\u00eda, cuando ella \u00abhabla\u00bb fuera del ciclo de un \u00e1lbum, es principalmente a trav\u00e9s de publicaciones de Instagram curadas por expertos, que a su vez se convierten en el tema de un sinf\u00edn de teor\u00edas de fan\u00e1ticos. Entonces el hecho de que Renacimiento<\/em> entrar\u00eda en el mundo sin su propio lenguaje visual era, bueno, un poco desconcertante.<\/p>\n

La cultura de la imagen es ahora el registro dominante de esta generaci\u00f3n digital en constante cambio y nunca satisfecha. Existimos en ya trav\u00e9s de las pantallas. Anhelamos hacernos ver, y nuestras aplicaciones de redes sociales m\u00e1s prof\u00e9ticas permiten ese intercambio. YouTube fue la base de nuestra b\u00fasqueda, un bazar de videos sin fondo que les dio a los usuarios cotidianos el poder de crear lo que quer\u00edan, de ser quienes quer\u00edan. Instagram fue, durante un tiempo, una seductora, imposible vivir sin ella. Los influencers construyeron toda una econom\u00eda en torno al concepto de ser observados. M\u00e1s recientemente, TikTok se ha convertido el<\/em> nueva frontera de la producci\u00f3n cultural, donde las im\u00e1genes en movimiento parpadean en nuestros iPhones con un cin\u00e9tico persuasivo, pr\u00e1cticamente irresistible.<\/p>\n

A medida que la era digital se convirti\u00f3 en una inevitabilidad surrealista de mi vida cotidiana, las redes sociales magnificaron mi mirada exponencialmente, una lente casi exhaustiva a trav\u00e9s de la cual miraba. Es una provincia para m\u00ed descubrir y probar el significado; significado a menudo derivado de todo tipo de representaciones visuales. Como he escrito anteriormente, las im\u00e1genes nos hacen realidad. Los memes y los GIF son la lengua vern\u00e1cula autorizada en casi todos mis chats grupales. Hay noches en las que acecho la cuadr\u00edcula de cuadros de las aplicaciones de conexi\u00f3n con una obsesi\u00f3n febril, desplaz\u00e1ndome por la posibilidad de lo que veo y la promesa de todo lo que esas instant\u00e1neas cuadradas (caras angulosas, cuerpos morenos recortados) pueden ofrecer. Incluso la inflada era del streaming de la televisi\u00f3n ha proporcionado una gran cantidad de contenido e im\u00e1genes que devoro continuamente. Las im\u00e1genes est\u00e1n a nuestro alrededor. Parece natural anhelar m\u00e1s, querer encontrar nuevas permutaciones para definirnos a nosotros mismos.<\/p>\n

Pero luego escuch\u00e9 Renacimiento.<\/em> Y escuch\u00f3 y escuch\u00f3 y escuch\u00f3. Y entend\u00ed. Sus canciones est\u00e1n destinadas a vivir en nosotros, no necesariamente como un reflejo de la invenci\u00f3n art\u00edstica de Beyonc\u00e9, sino como un recordatorio de nuestra propia posibilidad fant\u00e1stica a pesar de las dificultades que nos rodean. Ella no estaba sola en este esfuerzo creativo. Otros artistas destacados este a\u00f1o intentaron desviarse de manera similar, haciendo m\u00fasica destinada a ser experimentada en un nivel m\u00e1s humano y anal\u00f3gico. <\/p>\n

Escuchar a Drake puede, a veces, sentirse como ver el History Channel filtrado a trav\u00e9s de TikTok. Un intruso desvergonzado, aunque un entusiasta estudiante del pasado, sus seis \u00e1lbumes en solitario son un collage de influencias globales, un sif\u00f3n de escenas locales, sonidos y sensibilidades. El m\u00e1s reciente, Honestamente, no importa<\/em>, fue lanzado por sorpresa en junio. Me gusta Renacimiento<\/em>, lo que me encant\u00f3 fue c\u00f3mo vir\u00f3 hacia la neblina de ne\u00f3n de la pista de baile, buscando un momento m\u00e1s anal\u00f3gico cuando los terrenos digitales no dictaban tanto sobre c\u00f3mo interactuamos, creamos y nos hacemos a nosotros mismos. En el caso de Drake, se inspir\u00f3 en la m\u00fasica de club de Baltimore y Jersey, y cre\u00f3 el ambiente con una producci\u00f3n trepidante de luminarias del house como Black Coffee. Los respectivos \u00e1lbumes de Bad Bunny y Kendrick Lamar tambi\u00e9n nos imploraron que nos levant\u00e1ramos y nos movi\u00e9ramos este a\u00f1o. Incluso ahora puedo o\u00edrlo; el temblor de Bad Bunny rapeando \u00abTiti me pregunto\u00bb, su propio tipo de hechizo de verano, resonando desde las cuadras de la ciudad, la energ\u00eda de los neoyorquinos m\u00e1s viva que nunca. Era el sonido de una ciudad, de muchas ciudades en todo el mundo, encontrando su camino nuevamente.<\/p>\n

Han pasado cinco meses desde el lanzamiento de Renacimiento<\/em>, y la demanda de im\u00e1genes no se ha calmado ni un poco. Pero ese anhelo pierde el punto. Renacimiento<\/em>El esp\u00edritu de ‘nunca se centr\u00f3 en lo que pod\u00eda visualizar a trav\u00e9s de sus ojos. Fuimos el lienzo de Beyonc\u00e9 todo el tiempo, nuestros cuerpos en movimiento, nuestra alegr\u00eda realizada, eran las mismas im\u00e1genes que busc\u00e1bamos. La m\u00fasica, optimista, abundantemente negra y perfectamente queer, nos convirti\u00f3 en nuestros propios avatares de creaci\u00f3n y significado, prismas de alegr\u00eda y resiliencia. Ya sea cantando las l\u00edneas \u00abc\u00f3modo en mi piel\u00bb en \u00abCozy\u00bb, gritando al azar \u00ab\u00a1\u00a1\u00fanico!!\u00bb o incluso perderse en la brillante producci\u00f3n de \u00abVirgo’s Groove\u00bb un viernes por la noche, ah\u00ed fue donde el \u00e1lbum cobr\u00f3 vida y donde estaba destinado a ser visto. Esas son las im\u00e1genes que perduran. Renacimiento<\/em>Las im\u00e1genes m\u00e1s convincentes de siempre seremos nosotros, juntos, celebr\u00e1ndonos a nosotros mismos.<\/p>\n

En marzo perd\u00ed a un amigo por suicidio, y al final del verano perder\u00eda a mi abuela por demencia. Tambi\u00e9n hubo otras p\u00e9rdidas. Fue un a\u00f1o en el que todo parec\u00eda grande, oscuro y finito. La m\u00fasica que me llam\u00f3, que me salv\u00f3, proporcion\u00f3 lo contrario: era brillante, desordenada y profundamente vulnerable. Ofrec\u00eda claridad. Levant\u00f3 la niebla persistente. Lo mejor de los m\u00fasicos del a\u00f1o hizo que nos movi\u00e9ramos de nuevo, no a la oficina, ese invento pasado de la vida anterior a la pandemia, sino de vuelta al mundo y de vuelta a la pista de baile, donde el abrazo familiar de amigos y nuevas llamas era como un conjuros, y el roce de los cuerpos unos contra otros un b\u00e1lsamo. Todos irradiando electricidad e intenci\u00f3n. Todos nosotros reconstruyendo la vida en las espesas y continuas secuelas de la muerte.<\/p>\n<\/div>\n


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