{"id":377198,"date":"2022-12-30T17:52:44","date_gmt":"2022-12-30T17:52:44","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-ultimo-hospital-de-juguete-de-espana-tiene-que-cerrar-sus-puertas\/"},"modified":"2022-12-30T17:52:45","modified_gmt":"2022-12-30T17:52:45","slug":"el-ultimo-hospital-de-juguete-de-espana-tiene-que-cerrar-sus-puertas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-ultimo-hospital-de-juguete-de-espana-tiene-que-cerrar-sus-puertas\/","title":{"rendered":"El \u00faltimo hospital de juguete de Espa\u00f1a tiene que cerrar sus puertas"},"content":{"rendered":"


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Una instituci\u00f3n para coleccionistas y j\u00f3venes de coraz\u00f3n se perder\u00e1 para siempre a fin de mes. <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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Antonio Mart\u00ednez en su hospital de juguete, que tiene que cerrar a finales de mes por enfermedad.<\/h2>\n

San Burgos<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Un mundo se derrumba para Clara G\u00f3mez. Durante d\u00e9cadas, la anciana lleva mu\u00f1ecas de su infancia a la tienda de Antonio Mart\u00ednez. Aqu\u00ed, en el distrito Pac\u00edfico de Madrid, no lejos de la estaci\u00f3n de tren de Atocha, el hombre de 70 a\u00f1os endereza manos y pies rotos o repara ojos da\u00f1ados con la paciencia de un \u00e1ngel. Aqu\u00ed se apilan varias cajas con ojos de cristal de todos los tama\u00f1os y colores.<\/p>\n

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Parece un taller, excepto que aqu\u00ed se reparan juguetes. Innumerables alicates y destornilladores cuelgan de las paredes de la estrecha y abarrotada tienda, que a primera vista parece un punto de recogida de la Cruz Roja. Aqu\u00ed todo el mundo puede recordar su infancia y Antonio es famoso por ello en toda Espa\u00f1a.<\/p>\n

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Dirige un \u00abhospital del juguete\u00bb, el \u00fanico hospital de juguete de la Pen\u00ednsula Ib\u00e9rica. Maquetas de coches, trenes de juguete, mu\u00f1ecas de porcelana rotas y mucho m\u00e1s se amontonan. Antonio est\u00e1 en el proceso de restaurar la cara rota de un modelo de mu\u00f1eca muy da\u00f1ado con yeso de Par\u00eds. M\u00e1s tarde pintar\u00e1 amorosamente la cabeza. El tiempo de las \u00faltimas reparaciones apremia, porque Antonio tendr\u00e1 que cerrar su hospital a finales de diciembre a causa de un c\u00e1ncer.<\/p>\n

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No tiene sucesor, sus tres hijos trabajan en otra parte. \u201cSe est\u00e1 perdiendo una instituci\u00f3n m\u00e1s en nuestra ciudad y en todo el pa\u00eds\u201d, gime Clara. La cabeza de su mu\u00f1eca favorita Guendolina se tambalea, Antonio la arreglar\u00e1 con una goma especial gruesa, pero a\u00fan no lo ha logrado.<\/p>\n

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\u201cNo se hacen negocios con sentimientos\u201d<\/span><\/h2>\n

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Hoy su esposa Ludiwina S\u00e1nchez lo representa en la tienda porque Antonio ha contra\u00eddo una bronquitis y se ha quedado en casa. Entre montones de animales de peluche que sirven como almac\u00e9n de repuestos, usa su m\u00e1quina de coser para coser un mono de peluche. \u201cUn cliente mayor quiere d\u00e1rselo a su nieto, ojal\u00e1 el peque\u00f1o lo aprecie\u201d, explica.<\/p>\n

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\"Ludiwina <\/div>
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Ludiwina S\u00e1nchez solo tiene la cabeza del mono, le vuelve a coser el cuerpo.<\/h2>\n

Ute M\u00fcller<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Sol\u00eda \u200b\u200btrabajar en un banco, desde su retiro ha estado ayudando a su esposo. La pelusa de la tela nueva la hace toser todo el tiempo. Ludivina se mantiene positiva. \u00abCuando nuestros clientes est\u00e1n satisfechos, esa es la mayor satisfacci\u00f3n para m\u00ed\u00bb. No pedir\u00e1 m\u00e1s de 80 euros por m\u00e1s de veinte horas de trabajo para el mono. \u00abUno no hace negocios con los sentimientos de las personas\u00bb.<\/p>\n

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En las estanter\u00edas se amontonan modelos de mu\u00f1ecas que hicieron historia en Espa\u00f1a, como la mu\u00f1eca de vinilo Mariquita P\u00e9rez y su hermanito Juan\u00edn, que fueron los protagonistas de la era infantil en la d\u00e9cada de 1940 tras el final de la Guerra Civil Espa\u00f1ola.<\/p>\n

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Los juguetes antiguos de hojalata, madera, cer\u00e1mica o papel mach\u00e9 tambi\u00e9n llegan de pa\u00edses como Uruguay o Argentina con pedidos de reparaci\u00f3n. \u00abLa gente ya est\u00e1 gastando mucho dinero en franqueo, as\u00ed que no podemos ser caros\u00bb, dice Ludiwina. La clientela principal son personas mayores que vienen aqu\u00ed con los tesoros de su infancia y quieren pas\u00e1rselos a sus nietos. \u00abNo sabemos si los j\u00f3venes aprecian eso, esperemos que s\u00ed\u00bb, dice Ludiwina, examinando la nueva pata de su r\u00e9plica de mono. La cabeza ligeramente desgastada solo se cose al final.<\/p>\n

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\"Casi <\/div>
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Casi nadie sabe tanto sobre el funcionamiento interno de las mu\u00f1ecas como Antonio.<\/h2>\n

Ute M\u00fcller<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Fue su suegro quien fund\u00f3 el taller de mu\u00f1ecas en 1945 y se lo pas\u00f3 a su hijo Antonio cuarenta a\u00f1os despu\u00e9s. De colegial a la edad de diez a\u00f1os hab\u00eda pasado horas en el taller con su padre y hered\u00f3 la pasi\u00f3n y una enorme habilidad. Cuando se hizo cargo de la tienda, el mundo de los juguetes ya estaba en transici\u00f3n. Las f\u00e1bricas tradicionales de la Pen\u00ednsula Ib\u00e9rica, donde el padre se hab\u00eda aprovisionado de repuestos, cerraron. Antonio tuvo que hacerlos \u00e9l mismo a partir de entonces. De repente, los juguetes electr\u00f3nicos, especialmente los coches a control remoto, llegaron al mercado. \u00abMi esposo no tuvo m\u00e1s remedio que especializarse tambi\u00e9n en electromec\u00e1nica\u00bb, dice Ludiwina.<\/p>\n

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un museo del juguete<\/span><\/h2>\n

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Esta ma\u00f1ana, numerosos clientes se agolpan en la tienda, que tambi\u00e9n es un museo. La noticia del cierre del \u00faltimo hospital de juguete de Espa\u00f1a se ha extendido como la p\u00f3lvora, incluso la BBC lo informa. Antes de Navidad, los coleccionistas siguen buscando tesoros por descubrir en el taller. En la parte de atr\u00e1s hay un rinc\u00f3n para juguetes antiguos de hojalata.<\/p>\n

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Aqu\u00ed encontrar\u00e1s un hist\u00f3rico tranv\u00eda en miniatura y un motociclista con su m\u00e1quina de carreras. Un triciclo antiguo y una maqueta de tren a cuerda tambi\u00e9n esperan comprador. Tampoco faltan modelos de coches fabricados en Alemania por la empresa Schuco. Un Opel Kadett blanco de sesenta a\u00f1os con sirena de polic\u00eda est\u00e1 estacionado tranquilamente junto a un Renault Floride franc\u00e9s y un Studebaker Lark brit\u00e1nico. Uno de los clientes casi rompe en llanto: \u00abSi esta tienda cierra, nadie nos ayudar\u00e1 m\u00e1s, as\u00ed que nuestra infancia definitivamente terminar\u00e1\u00bb.<\/p>\n

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