\n<\/aside>\nRara vez hay tiempo para escribir sobre cada historia cient\u00edfica genial que se nos presenta. As\u00ed que este a\u00f1o, una vez m\u00e1s, estamos publicando una serie especial de publicaciones sobre los Doce d\u00edas de Navidad, destacando una historia cient\u00edfica que se pas\u00f3 por alto en 2022, cada d\u00eda desde el 25 de diciembre hasta el 5 de enero. Hoy: Los cient\u00edficos capturaron abejas haciendo rodar bolas de madera, \u00fanicamente por diversi\u00f3n, en video, proporcionando evidencia adicional de que las abejas pueden experimentar \u00absentimientos\u00bb positivos.<\/p>\n
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Se sabe que muchos animales participan en juegos, generalmente mam\u00edferos de cerebro grande (como los humanos) y aves. Ahora, los cient\u00edficos creen que han observado un comportamiento de juego genuino en las abejas, que fueron filmadas haciendo rodar peque\u00f1as bolas de madera de colores, seg\u00fan un art\u00edculo de octubre publicado en la revista Animal Behavior.<\/p>\n
\u00abEsta investigaci\u00f3n proporciona una fuerte indicaci\u00f3n de que las mentes de los insectos son mucho m\u00e1s sofisticadas de lo que podr\u00edamos imaginar\u00bb, dijo el coautor Lars Chittka de la Universidad Queen Mary de Londres y autor de un libro reciente, La mente de una abeja<\/em>. \u00abHay muchos animales que juegan solo por diversi\u00f3n, pero la mayor\u00eda de los ejemplos provienen de mam\u00edferos y aves j\u00f3venes\u00bb.<\/p>\nEl comportamiento de juego generalmente se divide en tres categor\u00edas amplias, seg\u00fan los autores. El juego social implica interacciones l\u00fadicas entre animales, generalmente j\u00f3venes que participan en juegos de lucha. Por ejemplo, existe evidencia anecd\u00f3tica de estudios previos (uno que data de 1820) sobre el juego social entre hormigas y avispas j\u00f3venes. El juego locomotor implica correr, saltar o un movimiento intenso y sostenido similar que no est\u00e1 asociado con un prop\u00f3sito particular. Y el juego con objetos implica la manipulaci\u00f3n de un objeto como si fuera un juguete.<\/p>\n
El grupo de Chittka realiz\u00f3 un estudio anterior en 2017 en el que demostraron que se pod\u00eda entrenar a las abejas para que hicieran rodar peque\u00f1as bolas de madera a fin de recibir una recompensa. Pero tambi\u00e9n notaron casos en los que las abejas optaron por hacer rodar las bolas incluso cuando no hab\u00eda una recompensa o beneficio obvio. Las bolas hab\u00edan sido colocadas en un t\u00fanel que conectaba la colmena con la arena experimental donde estaba la comida. Varias abejas caminaron sobre las bolas o se detuvieron para hacerlas rodar en su camino de ida y vuelta de la comida. Chittka y otros<\/em>. se pregunt\u00f3 si esto podr\u00eda ser un comportamiento de juego genuino y decidi\u00f3 investigar m\u00e1s a fondo.<\/p>\nNo es f\u00e1cil dise\u00f1ar un experimento para demostrar de manera concluyente que las abejas (u otros insectos o animales) se dedican espec\u00edficamente al comportamiento de juego. No es como si pudieras preguntarles a las abejas si se est\u00e1n divirtiendo. Se deben cumplir cinco criterios b\u00e1sicos.<\/p>\n\n\n Abejas en juego. Cr\u00e9dito: Samadi Galpayage<\/video> <\/p>\nAbejas en juego. Cr\u00e9dito: Samadi Galpayage <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
Primero, el comportamiento no debe realizarse para obtener comida, atraer pareja o encontrar refugio. En segundo lugar, el comportamiento de juego debe ser \u00abvoluntario, espont\u00e1neo y gratificante en s\u00ed mismo\u00bb, en lugar de estar asociado con una recompensa de alg\u00fan tipo. En tercer lugar, las acciones motoras para la conducta de juego deben ser diferentes de las acciones realizadas cuando buscan comida o intentan aparearse. En cuarto lugar, la conducta de juego se repite pero no se estereotipa, con el fin de diferenciar entre un hecho puntual y un tic habitual. Finalmente, el juego debe iniciarse cuando el sujeto est\u00e1 relajado, para distinguirlo de los comportamientos relacionados con el estr\u00e9s, como pasear o caminar, que se observan a menudo en animales de zool\u00f3gico enjaulados.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nPara estos nuevos experimentos, Chittka y otros<\/em>. sigui\u00f3 una configuraci\u00f3n similar. Colocaron 45 abejas en la arena y les permitieron elegir caminar en l\u00ednea recta hacia un \u00e1rea de alimentaci\u00f3n con comida, o desviarse de ese camino a trav\u00e9s de un \u00e1rea con bolas de madera de colores. Incluso cuando terminaron de alimentarse, la mayor\u00eda de las abejas (37) optaron por hacer rodar bolas durante al menos un d\u00eda m\u00e1s despu\u00e9s, con 29 bolas rodando durante dos d\u00edas m\u00e1s despu\u00e9s de alimentarse. Las abejas individuales rodaron pelotas entre 1 y 117 veces durante la duraci\u00f3n del experimento, y el \u00faltimo n\u00famero sugiere que al menos algunas de las abejas encontraron la actividad gratificante.<\/p>\nEn un segundo experimento para ayudar a determinar si esto calificaba como juego, otras 42 abejas tuvieron acceso a dos c\u00e1maras codificadas por colores, una de las cuales estaba vac\u00eda mientras que la otra siempre conten\u00eda bolas de madera. Luego se retiraron las bolas y se les dio a las abejas la opci\u00f3n de elegir en qu\u00e9 c\u00e1mara pasar el tiempo. Mostraron una fuerte preferencia por la c\u00e1mara con un color que antes se asociaba con las bolas de madera. Un tercer experimento revel\u00f3 que las abejas m\u00e1s j\u00f3venes hac\u00edan rodar pelotas con m\u00e1s frecuencia que las abejas m\u00e1s viejas, y las abejas macho hac\u00edan rodar pelotas durante m\u00e1s tiempo que las abejas hembra.<\/p>\n
Con todo, los autores argumentan que el comportamiento de las abejas en sus experimentos cumpli\u00f3 con los cinco criterios b\u00e1sicos para jugar. \u00abCiertamente es alucinante, a veces divertido, ver a los abejorros mostrar algo parecido al juego\u00bb, dijo el coautor Samadi Galpayage, estudiante graduado en el laboratorio de Chittka. \u00abSe acercan y manipulan estos ‘juguetes’ una y otra vez. Va a demostrar, una vez m\u00e1s, que a pesar de su peque\u00f1o tama\u00f1o y diminutos cerebros, son m\u00e1s que peque\u00f1os seres rob\u00f3ticos. En realidad, pueden experimentar alg\u00fan tipo de estado emocional positivo, incluso si es rudimentario, como lo hacen otros animales m\u00e1s grandes, esponjosos o no tan esponjosos\u201d.<\/p>\n
DOI: Comportamiento animal, 2022. 10.1016\/j.anbehav.2022.08.013 (Acerca de los DOI).<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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