En el Congreso saliente, la edad promedio de los miembros electos de la C\u00e1mara era de 58,4 a\u00f1os, frente a los 64 del Senado. Seg\u00fan una encuesta del sitio de noticias Business Insider<\/em>, realizada en septiembre, el 23% de los congresistas son mayores de 70 a\u00f1os, un nivel sin precedentes en la historia. Si bien casi la mitad de la poblaci\u00f3n tiene menos de 40 a\u00f1os, solo el 5% en el Congreso representa a este grupo de edad.<\/p>\nParece existir una especie de bono de longevidad t\u00e1cito. Cuanto m\u00e1s se aferra uno a su puesto, en ausencia de sanci\u00f3n electoral, menos parece posible otra vida, en el sector privado, en los televisores o en el inagotable mundo de los consultores.<\/p>\n
Hoy, la cuesti\u00f3n de la renovaci\u00f3n no es s\u00f3lo una cuesti\u00f3n de edad, sino tambi\u00e9n de feminizaci\u00f3n y representaci\u00f3n de las minor\u00edas. Tampoco se limita a los c\u00edrculos pol\u00edticos. Tambi\u00e9n se refiere a la Corte Suprema, cuyos nueve miembros son vitalicios. Muchos dem\u00f3cratas lamentan que el \u00edcono liberal Ruth Bader Ginsburg no haya querido renunciar bajo la presidencia de Barack Obama, para darle la oportunidad a este \u00faltimo de reemplazarla por un magistrado del mismo bando. En cambio, muri\u00f3 a fines de 2020 bajo la presidencia de Trump, a los 87 a\u00f1os, lo que brind\u00f3 una ventaja decisiva a los conservadores, que ahora dominan la Corte (seis a tres).<\/p>\n
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