{"id":387386,"date":"2023-01-06T02:54:51","date_gmt":"2023-01-06T02:54:51","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-nuevo-fedora-del-met-es-casi-lujoso-casi-suficiente\/"},"modified":"2023-01-06T02:54:53","modified_gmt":"2023-01-06T02:54:53","slug":"el-nuevo-fedora-del-met-es-casi-lujoso-casi-suficiente","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-nuevo-fedora-del-met-es-casi-lujoso-casi-suficiente\/","title":{"rendered":"El nuevo Fedora del Met es casi lujoso, casi suficiente"},"content":{"rendered":"


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De la nueva producci\u00f3n del Met de Fedora.<\/em>
\n Foto: Ken Howard<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Fedora<\/em> es una \u00f3pera sobre la decoraci\u00f3n. Est\u00e1 protagonizada por un palacio ruso, un sal\u00f3n de baile parisino y una villa alpina en Suiza, con trajes que combinan con las diversas formas de esplendor. La ropa necesita cantantes para usarla, por supuesto, y las habitaciones lucen mejor cuando se llenan de m\u00fasica. El corolario es que la partitura suena m\u00e1s jugosa cuando la opulencia es lo suficientemente excesiva, y la nueva producci\u00f3n de David McVicar para la \u00d3pera Metropolitana llega en parte al grado correcto de demasiado. Los juegos de Charles Edwards ofrecen un cat\u00e1logo completo de techos artesonados, sof\u00e1s circulares con adornos dorados y revestimientos de paredes con dibujos de diamantes para combinar con los vestidos y tiaras brillantes de Brigitte Reiffenstuel. Pero un sentimiento de clase baja se cuela cuando partes de la mansi\u00f3n de un acto se reciclan para el siguiente. Cuando la problem\u00e1tica pareja de expatriados rusos se retira a las monta\u00f1as de Saboya en el Acto III, vestidos con ropa blanca campestre, parecen haber aterrizado en un Airbnb agradablemente aireado, aunque un poco descuidado.<\/p>\n

Fedora <\/em>no se ha visto en Nueva York desde la temporada 1996-1997, cuando una producci\u00f3n memorablemente lujosa de Beppe De Tomasi hizo su debut en el Met y fue devuelta r\u00e1pidamente a su propietario, el Gran Teatre del Liceu en Barcelona. La raz\u00f3n de su ida y vuelta en ese entonces fue Mirella Freni, la legendaria soprano que us\u00f3 el papel principal como un regalo de despedida para el p\u00fablico de Nueva York y para demostrar que todav\u00eda ten\u00eda mucho fuego en su voz. Un cuarto de siglo despu\u00e9s, el Met ha tenido que conformarse con una producci\u00f3n B-m\u00e1s de una \u00f3pera B-menos protagonizada por una soprano de la lista A, Sonya Yoncheva, quien, a pesar de todo su talento, canta el papel como si lo encontrara un poco. embarazoso. Afortunadamente, tiene al tenor genuinamente apasionado Piotr Beczala como Loris en quien apoyarse y mucho apoyo del director, Marco Armiliato.<\/p>\n

La nueva producci\u00f3n se estren\u00f3 en la v\u00edspera de A\u00f1o Nuevo, y cuando la alcanc\u00e9 unos d\u00edas despu\u00e9s, una cierta lentitud persistente tard\u00f3 uno o dos actos en disiparse. La voz de Yoncheva rozaba las barandillas de vez en cuando. Si bien parec\u00eda estar perfectamente a gusto con la altivez que es el derecho de nacimiento de una princesa rusa, parec\u00eda menos c\u00f3moda con todas las efusiones melanc\u00f3licas, d\u00e9biles de rodillas, por favor, perd\u00f3name, que son el destino ineluctable de una soprano verista que se dirige a la final. cortina. La \u00f3pera de este tipo favorece a la gran diva que puede lanzarse a todas esas pasiones que chocan \u2014los odios agudos y los amores inflamados (en este caso por la misma persona)\u2014 sin preocuparse por los peligros de la ridiculez. Yoncheva no es ese tipo de cantante. Incluso cuando su voz se calent\u00f3 y su entrega se relaj\u00f3, todav\u00eda sonaba como si estuviera negociando con su personaje, tratando de hacer que la Princesa Fedora fuera m\u00e1s razonable y digna de lo que es.<\/p>\n

Esta \u00f3pera contiene todos los componentes correctos del melodrama: asesinato, traici\u00f3n, venganza y una madre suspirando en casa, adem\u00e1s del toque de \u00faltima hora de la d\u00e9cada de 1890 de un aria sobre bicicletas. Las cartas se pierden y luego aparecen justo a tiempo para arruinarlo todo. El extremismo pol\u00edtico acecha en los m\u00e1rgenes de la historia, donde se guardan las pistas falsas. Y a pesar de todo, la partitura de Umberto Giordano sigue girando poderosamente, tratando de hacer que toda la trama se dispare. S\u00ed levanta una joya de dos minutos de seducci\u00f3n de sal\u00f3n, \u00abAmor ti vieta\u00bb de Loris. Esa ingeniosa versi\u00f3n del n\u00famero I-s\u00e9-tu-no-significa-s\u00ed ha sido un elemento b\u00e1sico del tenor desde los d\u00edas de Caruso, generalmente desarraigado de su contexto original. El resto del anhelo y el lamento suena como un primer borrador de una \u00f3pera de Puccini, antes de que se apretaran todos los tornillos r\u00edtmicos y se pulieran las melod\u00edas.<\/p>\n

No conf\u00edes en mi palabra. \u201cNo voy a fingir que esta es una obra maestra olvidada\u201d, coment\u00f3 recientemente McVicar al Veces<\/em>. \u201cPero es una pieza de teatro musical extremadamente efectiva\u201d. Yo dir\u00eda que es una venta bastante blanda.<\/p>\n<\/p><\/div>\n


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