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Esta nueva ola, la s\u00e9ptima, lamentablemente era predecible. Varios factores explican esto. En primer lugar, todos podemos observar una relajaci\u00f3n general de los gestos de barrera, ya sea en las empresas, en el transporte p\u00fablico, en los lugares festivos y de ocio\u2026, aunque es comprensible despu\u00e9s de dos a\u00f1os y medio de pandemia.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
En segundo lugar, hay un debilitamiento, con el tiempo, de la eficacia de las vacunas, m\u00e1s notorio en las nuevas contaminaciones que en las formas graves: para muchos de nosotros, el \u00faltimo refuerzo data de hace varios meses, y ahora sabemos que la eficacia de las vacunas \u2013 que siguen siendo un arma esencial para limitar la aparici\u00f3n de formas graves y muertes \u2013 no es tan duradero como cabr\u00eda esperar.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
Adem\u00e1s, el uso de la segunda dosis de refuerzo en personas elegibles es notoriamente insuficiente. Por ejemplo, solo el 31 % de las personas mayores de 80 a\u00f1os lo recibieron, el 48 % de los residentes en Ehpad o USLD y el 19 % de los elegibles entre 60 y 79 a\u00f1os.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
A todo esto se suma el hecho decisivo de que las nuevas subvariantes de Omicron BA.4, y especialmente BA.5, que se han convertido en ultramayoritarias en Francia y en muchos pa\u00edses, se est\u00e1n extendiendo muy r\u00e1pidamente por una buena raz\u00f3n: son a\u00fan m\u00e1s transmisibles que sus predecesores y escapan en parte a nuestras defensas inmunitarias, aunque las vacunas, afortunadamente, siguen siendo eficaces contra ellos.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
Todo esto para decir que el virus a\u00fan no se ha vuelto estacional, como cabr\u00eda esperar. El verano y la vida al aire libre, sin embargo, probablemente deber\u00edan amortiguar la ola.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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