{"id":398542,"date":"2023-01-11T21:06:46","date_gmt":"2023-01-11T21:06:46","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/nuestro-miedo-empodera-a-otros-sin-osos\/"},"modified":"2023-01-11T21:06:48","modified_gmt":"2023-01-11T21:06:48","slug":"nuestro-miedo-empodera-a-otros-sin-osos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/nuestro-miedo-empodera-a-otros-sin-osos\/","title":{"rendered":"‘Nuestro miedo empodera a otros. Sin osos."},"content":{"rendered":"


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La \u00faltima pel\u00edcula de Jafar Panahi, sin osos<\/em>es uno de sus m\u00e1s poderosos.
\n Foto: Janus Films<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Cualquiera que conozca la situaci\u00f3n personal y pol\u00edtica de Jafar Panahi en los \u00faltimos 12 a\u00f1os podr\u00eda sentir un escalofr\u00edo en la columna cuando sin osos<\/em>, lo \u00faltimo del director iran\u00ed, se estrena en una calle de una ciudad turca sin nombre. En 2010, Panahi fue arrestado por hablar en contra del gobierno iran\u00ed y fue condenado a seis a\u00f1os de prisi\u00f3n. Despu\u00e9s de que fracasaran sus apelaciones, fue puesto bajo arresto domiciliario y se le prohibi\u00f3 hacer pel\u00edculas por 20 a\u00f1os. Pero sigui\u00f3 trabajando, clandestina y h\u00e1bilmente haciendo pel\u00edculas protagonizadas por \u00e9l mismo que hablaban de su encierro f\u00edsico y espiritual. Cada nuevo esfuerzo parec\u00eda empujar un poco m\u00e1s contra sus restricciones. 2011 Esto no es una pel\u00edcula<\/em> era b\u00e1sicamente un diario en video filmado en el departamento de Panahi. 2013 cortina cerrada<\/em> fue un drama el\u00edptico y paranoico filmado en su casa de verano. Para 2015 Taxi<\/em>, condujo un taxi por Teher\u00e1n, interactuando con una muestra representativa de la sociedad detr\u00e1s de su volante. en 2018 3 caras<\/em>\u00e9l y la estrella iran\u00ed Behnaz Jafari (interpret\u00e1ndose a s\u00ed misma) viajan a un pueblo remoto para investigar sobre el presunto suicidio de una aspirante a actriz adolescente.<\/p>\n

As\u00ed que al ver a Turqu\u00eda en los cuadros iniciales de lo \u00faltimo de Panahi, uno podr\u00eda ser perdonado por pensar brevemente que el director finalmente ha huido de Ir\u00e1n. De hecho, su situaci\u00f3n a partir de este escrito es preocupante: en julio, solo un par de meses despu\u00e9s sin osos<\/em> envuelto, Panahi fue encarcelado, supuestamente para cumplir esa sentencia de seis a\u00f1os de 2010, y actualmente est\u00e1 preso en la prisi\u00f3n de Evin de Teher\u00e1n, junto con los cineastas Mohammad Rasoulof y Mostafa Al-Ahmad, donde, seg\u00fan los informes, ha sido objeto de abusos. Tiempo sin osos<\/em> es profundamente poderoso por derecho propio, el conocimiento de que su creador est\u00e1 encarcelado le da a sus exploraciones del exilio, la verdad y la libertad una urgencia atrapante.<\/p>\n

Ir\u00f3nicamente, Panahi (nuevamente interpretando a s\u00ed mismo) parece ser un poco m\u00e1s libre para moverse en sin osos<\/em> de lo que ha estado en a\u00f1os. Esos momentos iniciales en Turqu\u00eda se revelan r\u00e1pidamente como una escena de una pel\u00edcula que est\u00e1 dirigiendo de forma remota, en una videoconferencia con su elenco y equipo mientras se queda en una peque\u00f1a aldea azer\u00ed en Ir\u00e1n, cerca de la frontera con Turqu\u00eda. La pel\u00edcula que est\u00e1 filmando trata sobre una pareja de refugiados iran\u00edes, Bakhtiyar (Bakhtiyar Panjeei) y Zara (Mina Kavani), que han estado atrapados en Turqu\u00eda durante a\u00f1os y est\u00e1n tratando de encontrar la manera de irse a otro pa\u00eds. En un toque t\u00edpico de metajuego, se nos dice que estos actores (ficticios) est\u00e1n interpretando personajes basados \u200b\u200ben ellos mismos.<\/p>\n

Su situaci\u00f3n tambi\u00e9n podr\u00eda ser una especie de proyecci\u00f3n. En sin osos<\/em>En la escena m\u00e1s cautivadora, Panahi maneja hacia las colinas una noche para una reuni\u00f3n secreta con su asistente de direcci\u00f3n, Reza (Reza Heydari), quien ha tra\u00eddo un disco duro con im\u00e1genes del rodaje en Turqu\u00eda. Reza le dice a Panahi que toda esta \u00e1rea est\u00e1 controlada por contrabandistas y que ser\u00eda bastante f\u00e1cil cruzar a Turqu\u00eda. Lleva a Panahi a la cima de una colina remota, donde las luces de la cercana ciudad turca brillan seductoramente en la noche. El director le pregunta a Reza d\u00f3nde est\u00e1 la frontera real. \u201cEst\u00e1s de pie sobre \u00e9l. Exactamente\u201d, dice el hombre. Sobresaltado, Panahi salta hacia atr\u00e1s.<\/p>\n

Ese peque\u00f1o salto inc\u00f3modo y asustado al otro lado de la frontera atormenta sin osos<\/em>. Parece que a Panahi le costar\u00eda muy poco esfuerzo huir de su pa\u00eds y encontrar algo parecido a la libertad en otro lugar. Despu\u00e9s de todo, \u00bfpor qu\u00e9 venir a este pueblo remoto, donde su se\u00f1al de Internet es dudosa y donde las condiciones de vida son duras (y donde su elegante autom\u00f3vil inmediatamente despierta sospechas entre las autoridades locales), para hacer una sesi\u00f3n remota en otro pa\u00eds? Obtendr\u00eda una mejor recepci\u00f3n en su casa en Teher\u00e1n. Cuando se le pregunta sobre esto, Panahi dice que quiere estar cerca de su producci\u00f3n. Eso es comprensible para un cineasta tan determinado a lo largo de su carrera por capturar la vida tal como se vive; la idea de hacer una pel\u00edcula mientras permanece a miles de kil\u00f3metros de la c\u00e1mara debe parecerle obscena. Pero tampoco es dif\u00edcil imaginar que Panahi podr\u00eda so\u00f1ar con escapar. Tal vez el mero hecho de tener la posibilidad de volar sea una peque\u00f1a forma de reafirmar su libertad, aunque no se atreva a aprovecharla.<\/p>\n

\u00bfSe niega Panahi a irse porque, a pesar de todo su activismo y arte renegado, sigue siendo esencialmente <\/strong>alguien que sigue las reglas? \u00bfO se niega a irse porque sin su tierra no sabr\u00eda qu\u00e9 hacer ni qui\u00e9n ser? M\u00e1s que cualquier otro cineasta iran\u00ed desde su mentor Abbas Kiarostami, Panahi se ha basado en la creaci\u00f3n de retratos hiperrealistas de la gente com\u00fan. \u00c9l quiere – \u00e9l necesidades<\/em> \u2013 el mundo se entromete en su marco, tanto que un par de sus pel\u00edculas a veces se han confundido con documentales. Es f\u00e1cil hacer suposiciones similares mientras mira sin osos<\/em> dado que Panahi a menudo elige a no profesionales (incluido, por supuesto, \u00e9l mismo) y filma en escenarios aut\u00e9nticos. <\/strong>(Segu\u00eda teniendo que recordarme a m\u00ed mismo que estaba viendo una ficci\u00f3n a pesar de que esta ciudad fronteriza turca de aspecto curiosamente moderno era claramente Estambul, al otro lado del pa\u00eds).<\/p>\n

La idea de la verdad, c\u00f3mo se representa, manipula, acepta y evade, siempre ha sido una de las obsesiones de Panahi, quiz\u00e1s nunca m\u00e1s que en esta pel\u00edcula. Mientras el director trata de lidiar con una crisis que estalla en su plat\u00f3 turco, se encuentra en medio de un esc\u00e1ndalo en un pueblo de Ir\u00e1n, donde resulta que podr\u00eda haber fotografiado sin darse cuenta a dos amantes prohibidos, Gozal (Darya Alei) y Solduz ( Amir Davari), teniendo una cita clandestina. Gozal <\/strong>Evidentemente, su familia la prometi\u00f3 a otro hombre desde que naci\u00f3, y los j\u00f3venes amantes quieren que Panahi oculte la imagen durante al menos una semana, el tiempo suficiente para escapar y fugarse. Sin embargo, un grupo de lugare\u00f1os acorrala a Panahi y le pide la foto para usarla como prueba contra Solduz para mantenerlo alejado de Gozal.<\/p>\n

Curiosamente, nunca vemos la instant\u00e1nea en cuesti\u00f3n, ni sabemos realmente si Panahi la tiene. \u00c9l insiste en que no lo hace, mostrando a los aldeanos el rollo de su c\u00e1mara y ofreci\u00e9ndoles su tarjeta de memoria. Estos hombres en realidad nunca acusan a Panahi de nada. Son como una versi\u00f3n rural m\u00e1s amable y tierna de los bur\u00f3cratas de Kafka: educados y deferentes, est\u00e1n dispuestos a aceptar sus negaciones, pero siguen encontrando nuevas formas para que \u00e9l las reivindique, sobre todo durante un ritual local en el que debe jurar sobre el Cor\u00e1n. En un momento, un aldeano lleva a Panahi a un lado y le dice que est\u00e1 bien que mienta durante el ritual. El hombre tambi\u00e9n lo asusta brevemente con una historia de osos sueltos en el pueblo, luego casi con la misma rapidez le dice que los osos son un mito, una historia inventada por la gente supersticiosa del pueblo para asustar a la gente. \u201cNuestro miedo empodera a otros. Sin osos\u201d, reflexiona el aldeano, una l\u00ednea aparentemente descartable que establece una conexi\u00f3n entre todos los mitos, reglas y tradiciones que unen a estos personajes y los supuestos peligros de un mundo sin ellos. Esas costumbres e instituciones, est\u00e1 claro, hace tiempo que perdieron todo significado o conexi\u00f3n con la vida real. El conflicto del director no se centra tanto en lo que sucedi\u00f3 o lo que presenci\u00f3 (o no) sino en lo que est\u00e1 dispuesto a decir al respecto.<\/p>\n

Este no es un retrato del artista como h\u00e9roe o v\u00edctima valiente y veraz; Panahi es demasiado curioso y probablemente demasiado modesto para seguir ese camino. Cuando se vio obligado, hace m\u00e1s de una d\u00e9cada, a enfocarse en s\u00ed mismo y convertirse en su propio sujeto, aprovech\u00f3 la oportunidad para cuestionar la naturaleza de su arte y explorar c\u00f3mo su trabajo pod\u00eda expresar y comprometer su humanidad. Sus pel\u00edculas m\u00e1s recientes (que la estudiosa L\u00facia Nagib llam\u00f3 su \u201ctetralog\u00eda prohibida\u201d, aunque supongo que ahora debemos llamarla una pentalog\u00eda prohibida) han socavado la idea del director como un ojo de c\u00e1mara desinteresado sin agencia ni imperativo. Como cineasta \u2014o, mejor dicho, como el cineasta pseudoficticio conocido como Jafar Panahi que ha interpretado en estas pel\u00edculas\u2014 se le presentan constantemente situaciones en las que debe considerar si intervenir o no. Y, a menudo, est\u00e1 atrapado entre los vientos. Estas pel\u00edculas tienden al caos con el autor en pantalla sin poder, incapaz de cambiar el mundo que lo rodea.<\/p>\n

sin osos<\/em> bien podr\u00eda llegar a ser la pel\u00edcula final de Panahi en este ciclo monumental de proyectos autorreflexivos. Dada su situaci\u00f3n actual, no sabemos qu\u00e9 le depara el futuro a \u00e9l, ni a su trabajo. sin osos<\/em> en s\u00ed mismo es probablemente la expresi\u00f3n m\u00e1s poderosa de la sala de espejos existencial en la que se encuentra. A un lado de la c\u00e1mara tenemos a dos amantes dispuestos a escapar de su tierra. Por otro lado, tenemos a dos amantes que se han escapado pero no han encontrado la libertad y siguen pr\u00f3fugos. Y luego, detr\u00e1s de la c\u00e1mara, tenemos al director que se queda atr\u00e1s y se ha convertido en el protagonista frustrado de su propio drama enredado y de pesadilla. Como sin osos<\/em> A medida que avanza, se vuelve cada vez m\u00e1s dif\u00edcil decir lo que estamos viendo: una ficci\u00f3n que Panahi ha escrito, la realidad documental detr\u00e1s de esa ficci\u00f3n u otro nivel de verdad que se ha hecho cargo y ahora amenaza con descarrilar su proyecto. Y ahora, al encarcelar a este artista que se neg\u00f3 a huir, las autoridades iran\u00edes han agregado una capa final y monstruosa de significado a la obra maestra de Panahi.<\/p>\n

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