{"id":398906,"date":"2023-01-12T00:27:35","date_gmt":"2023-01-12T00:27:35","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/los-republicanos-de-la-camara-ni-siquiera-pueden-tolerar-la-palabra-labor\/"},"modified":"2023-01-12T00:27:37","modified_gmt":"2023-01-12T00:27:37","slug":"los-republicanos-de-la-camara-ni-siquiera-pueden-tolerar-la-palabra-labor","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/los-republicanos-de-la-camara-ni-siquiera-pueden-tolerar-la-palabra-labor\/","title":{"rendered":"Los republicanos de la C\u00e1mara ni siquiera pueden tolerar la palabra labor"},"content":{"rendered":"


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La congresista Virginia Foxx quiere proteger a los trabajadores que crean empleos de los jefes sindicales.
\n Foto: Samuel Corum\/Bloomberg v\u00eda Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Con todas las travesuras que han acompa\u00f1ado la toma republicana de la C\u00e1mara de Representantes de EE. UU., un cambio de nombre para el Comit\u00e9 de Educaci\u00f3n y Trabajo puede parecer pan comido. El cambio est\u00e1 atrayendo a\u00fan menos atenci\u00f3n que el nuevo Subcomit\u00e9 Selecto sobre la Armamentizaci\u00f3n del Gobierno Federal, un panel dedicado a teor\u00edas de conspiraci\u00f3n salvajes sobre el estado profundo que persigue a Donald Trump y los firmes patriotas de MAGA que lo siguen.<\/p>\n

Pero el rebautizo del comit\u00e9 como Comit\u00e9 de Educaci\u00f3n y Fuerza Laboral de la C\u00e1mara de Representantes refleja una tradici\u00f3n de hostilidad laboral republicana que se ha vuelto m\u00e1s notable a medida que el Partido Republicano ha llegado a pensar en s\u00ed mismo como el partido de los trabajadores con gente blanca sin educaci\u00f3n universitaria en el centro. n\u00facleo de su coalici\u00f3n electoral. La autoidentificaci\u00f3n del Partido Republicano con los hijos e hijas del trabajo duro con las manos c\u00f3rneas es fundamental para su afirmaci\u00f3n de que el Partido Dem\u00f3crata es ahora un vasallo de elitistas costeros despiertos con doctorados, cuyas tropas terrestres son sanguijuelas del Gran Gobierno y los inmigrantes. que quieren unirse a ellos en el abrevadero de bienestar. Algunos pol\u00edticos republicanos como Marco Rubio han hecho de la supuesta inversi\u00f3n de las afiliaciones de clase tradicionales de los principales partidos un tema de conversaci\u00f3n constante.<\/p>\n

Pero la fidelidad profundamente arraigada de los republicanos a los intereses del capital, en oposici\u00f3n a los del trabajo, sigue aflorando a la superficie, sobre todo en la negativa del Partido Republicano a aprobar el t\u00e9rmino mismo. labor<\/em>. Tal como lo hicieron cuando asumieron el control de la C\u00e1mara en 2010, y antes de eso en 1995, los republicanos obtuvieron de inmediato labor<\/em> del t\u00edtulo del comit\u00e9. Y su sitio web (ahora bajo la supervisi\u00f3n de la nueva presidenta Virginia Foxx) fue bastante claro acerca de por qu\u00e9 esto sigue sucediendo:<\/p>\n

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\u201cTrabajo\u201d es un t\u00e9rmino anticuado que excluye a las personas que contribuyen a la fuerza laboral estadounidense pero que no est\u00e1n clasificadas como empleados convencionales. \u201cLabor\u201d tambi\u00e9n tiene una connotaci\u00f3n negativa que ignora la dignidad del trabajo; el t\u00e9rmino es algo sacado de un libro de texto marxista que no logra captar los logros del espectro completo de la fuerza laboral estadounidense.<\/p>\n<\/blockquote>\n

Esta es otra forma de decir que las personas que \u201ctrabajan\u201d son fundamentalmente las mismas, ya sean empleados con salario m\u00ednimo, multimillonarios o peque\u00f1os empleadores que creen que deben mantener los salarios, los beneficios y las condiciones de trabajo de sus propios empleados lo m\u00e1s bajos posible. . E hist\u00f3ricamente, este rechazo del conflicto de clases, de la idea de que las personas que tienen que trabajar por un salario tienen intereses distintivos que requieren protecciones espec\u00edficas, ha sido un elemento b\u00e1sico del pensamiento de extrema derecha, central, por ejemplo, para la organizaci\u00f3n \u00abcooperativa\u00bb de industrias en la Italia fascista. El paternalismo de este pasaje del ensayo del Comit\u00e9 de Educaci\u00f3n y Fuerza Laboral sobre su nuevo nombre es especialmente revelador:<\/p>\n

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La izquierda prefiere el t\u00e9rmino trabajo porque crea una sensaci\u00f3n de enemistad entre empleados y empleadores que los jefes sindicales y los activistas de izquierda buscan avivar para obtener ganancias pol\u00edticas. Esta palabra tampoco capta cu\u00e1n profundamente entrelazados est\u00e1n los trabajadores y los creadores de empleo en sus contribuciones a nuestra econom\u00eda. Aunque a la izquierda le gusta tratar a los empleadores como depredadores, sabemos que la mayor\u00eda de los creadores de empleo tienen en mente los mejores intereses de sus empleados. Nuestra econom\u00eda no funcionar\u00eda sin la ferviente cooperaci\u00f3n tanto de los empleados como de los empleadores.<\/p>\n<\/blockquote>\n

Este tipo de negaci\u00f3n rotunda de la legitimidad misma de los derechos laborales no es, para ser claros, una posici\u00f3n que los republicanos hayan mantenido siempre. Hasta bien entrado el siglo XX, los pol\u00edticos republicanos y los encargados de formular pol\u00edticas generalmente hablaban al menos de boquilla sobre la legitimidad de los sindicatos mientras intentaban limitar sus prerrogativas en el lugar de trabajo y restringir sus operaciones pol\u00edticas. Richard Nixon hizo una famosa apuesta por el apoyo de los sindicatos y lo logr\u00f3 hasta cierto punto. Lo m\u00e1s cerca que estuvo la mayor\u00eda de los republicanos de un rechazo abierto y categ\u00f3rico de la legitimidad de la autorrepresentaci\u00f3n laboral fue en las disputas que involucraron a los sindicatos del sector p\u00fablico; remont\u00e1ndose a Calvin Coolidge y su uso de la fuerza del gobierno para romper una huelga policial en Boston, muchos l\u00edderes republicanos han argumentado que la negociaci\u00f3n colectiva y, en particular, las huelgas son incompatibles con la democracia.<\/p>\n

Pero fue realmente un punto de partida cuando la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley (a menudo considerada como una conservadora \u00abmoderada\u00bb) dedic\u00f3 un discurso sobre el estado del estado de 2014 a un ataque a la legitimidad de privado<\/em>-sindicatos del sector, dici\u00e9ndoles a posibles inversionistas y empleadores que los \u201ctrabajos sindicales\u201d no eran bienvenidos en su estado. S\u00ed, el estado de Haley (junto con la vecina Carolina del Norte de Foxx) tiene una historia de amargas relaciones laborales; El Partido Republicano de Carolina del Sur estuvo financiado durante muchos a\u00f1os por magnates textiles que luchaban contra la sindicalizaci\u00f3n. Pero en este siglo, este punto de vista agresivamente procorporativo y antilaboral ha barrido al Partido Republicano a nivel nacional. (El gobernador de Wisconsin, Scott Walker, fue un misionero particularmente influyente para una pol\u00edtica sure\u00f1a enfocada en reducir los costos laborales para las corporaciones por encima de todo).<\/p>\n

As\u00ed que no es realmente sorprendente encontrar a los republicanos de la C\u00e1mara adoptando una visi\u00f3n de la \u201cclase trabajadora\u201d basada en liberar a los trabajadores por completo de la idea de que sus intereses y los de la clase dominante econ\u00f3mica pueden divergir. De hecho, su hostilidad hacia la misma palabra labor<\/em> representa el tipo de verdad en el empaque que el Partido Republicano, con su lenguaje orwelliano de racismo como antirracismo y conformidad cristiana como libertad, generalmente evita.<\/p>\n

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