{"id":405430,"date":"2023-01-15T16:14:39","date_gmt":"2023-01-15T16:14:39","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/hitting-the-books-como-construir-una-recomendacion-musical-informacion-espacio-bestia\/"},"modified":"2023-01-15T16:14:50","modified_gmt":"2023-01-15T16:14:50","slug":"hitting-the-books-como-construir-una-recomendacion-musical-informacion-espacio-bestia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/hitting-the-books-como-construir-una-recomendacion-musical-informacion-espacio-bestia\/","title":{"rendered":"Hitting the Books: C\u00f3mo construir una recomendaci\u00f3n musical ‘informaci\u00f3n-espacio-bestia’"},"content":{"rendered":"


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A<\/span>urante octubre, cantantes, compositores y creadores de m\u00fasica suben 100 000 canciones nuevas todos los d\u00edas a servicios de transmisi\u00f3n como Spotify. Eso es demasiada m\u00fasica. No existe una realidad, alternativa o de otro tipo, en la que alguien pueda posiblemente escuchar todo eso incluso en mil vidas. Ya sea que te guste el ruido japon\u00e9s, el hardcore ruso, el afro-house senegal\u00e9s, el doom metal sueco o el hip hop del \u00c1rea de la Bah\u00eda, la gran escala de opciones de escucha disponibles es paralizante. Es un problema monumental que el cient\u00edfico de datos Glenn McDonald est\u00e1 trabajando para resolver. En el extracto a continuaci\u00f3n de Gusto inform\u00e1tico: algoritmos y la recomendaci\u00f3n de los creadores de m\u00fasica<\/em>el autor y antrop\u00f3logo de la Universidad de Tuft, Nick Seaver, explora la metodolog\u00eda \u00fanica basada en el paisaje de McDonald’s para sacar a la superficie todas las huellas sin las que nunca supo que no podr\u00eda vivir. <\/p>\n

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Prensa de la Universidad de Chicago<\/p>\n<\/figure>\n

Reimpreso con permiso de Gusto inform\u00e1tico: algoritmos y la recomendaci\u00f3n de los creadores de m\u00fasica<\/em> por Nick Seaver, publicado por The University of Chicago Press. \u00a9 2022 por la Universidad de Chicago. Todos los derechos reservados.<\/p>\n

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El mundo de la m\u00fasica<\/h3>\n

\u201cEstamos ahora en los albores de la era de la m\u00fasica infinitamente conectada\u201d, anunci\u00f3 el alquimista de datos desde debajo de la Space Needle. Glenn McDonald hab\u00eda elegido su t\u00edtulo \u00e9l mismo, prefiriendo \u00abalquimia\u00bb, con sus asociaciones esot\u00e9ricas, sobre la ahora ordinaria \u00abciencia de datos\u00bb. Su trabajo, como lo describi\u00f3 desde el escenario, era \u201cusar las matem\u00e1ticas, la mecanograf\u00eda y las computadoras para ayudar a las personas a comprender y descubrir la m\u00fasica\u201d. <\/p>\n

McDonald practic\u00f3 su alquimia para el servicio de transmisi\u00f3n de m\u00fasica Spotify, donde trabaj\u00f3 para transmutar la base de los grandes datos (registros de interacciones de los oyentes, fragmentos de archivos de audio digital y cualquier otra cosa que pudiera conseguir) en oro valioso: productos que podr\u00eda atraer y retener a los clientes que pagan. El misterioso poder de la alquimia de McDonald’s resid\u00eda en la forma en que los datos ordinarios, si se procesaban correctamente, parec\u00edan transformarse de leves rastros de interacci\u00f3n en una densa significaci\u00f3n cultural.<\/p>\n

Era 2014, y McDonald estaba presentando en la Pop Conference, una reuni\u00f3n anual de cr\u00edticos musicales y acad\u00e9micos que se lleva a cabo en un edificio arrugado, dise\u00f1ado por Frank Gehry, en el centro de Seattle. Estaba en el otro lado del pa\u00eds y lo segu\u00ed en l\u00ednea. Ese a\u00f1o, el tema de la conferencia fue \u201cM\u00fasica y movilidad\u201d, y Mc Donald comenz\u00f3 su charla narrando su viaje musical personal, tocando muestras a medida que avanzaba. \u201cCuando era ni\u00f1o\u201d, comenz\u00f3, \u201cdescubr\u00edas la m\u00fasica qued\u00e1ndote quieto y esperando\u201d. De ni\u00f1o en casa escuchaba la m\u00fasica folcl\u00f3rica que sus padres pon\u00edan en el est\u00e9reo. Pero a medida que creci\u00f3, su escucha se expandi\u00f3: la radio del autom\u00f3vil ofrec\u00eda heavy metal y new wave; Internet revel\u00f3 un mundo de g\u00e9neros nuevos y oscuros para explorar. Donde una vez estuvo atrapado en su lugar, un observador pasivo de la m\u00fasica que pasaba, eventualmente medir\u00eda el progreso de su vida por sus horizontes musicales cada vez m\u00e1s amplios. McDonald hab\u00eda logrado convertir esta pasi\u00f3n en una profesi\u00f3n, trabajando para ayudar a otros a explorar lo que \u00e9l llam\u00f3 \u00abel mundo de la m\u00fasica\u00bb, que los servicios de transmisi\u00f3n a pedido hab\u00edan hecho m\u00e1s accesible que nunca.<\/p>\n

En otro lugar, McDonald (2013) describir\u00eda el mundo de la m\u00fasica como si fuera un paisaje: \u201cSigue cualquier camino, por improbable y poco transitado que parezca, y encontrar\u00e1s un valle escondido con cien bandas que han vivido all\u00ed. durante a\u00f1os, reconstruyendo el mundo de la m\u00fasica en miniatura alterada met\u00f3dica e idiosincr\u00e1sicamente, como en el hip hop australiano, el pop h\u00fangaro, el microhouse o el metal vikingo\u201d. <\/p>\n

Los viajeros por el mundo de la m\u00fasica encontrar\u00edan familiaridad y sorpresa: sonidos que nunca habr\u00edan imaginado y canciones que adoraban. McDonald se maravill\u00f3 de esta nueva capacidad de escuchar m\u00fasica de todo el mundo, de Escocia, Australia o Malawi. \u201cLa m\u00fasica perfecta para ti puede venir del otro lado del planeta\u201d, dijo, pero esto no fue un problema: \u201cen la m\u00fasica, tenemos el teletransportador\u201d. La transmisi\u00f3n a pedido proporcion\u00f3 una especie de movilidad musical, que permiti\u00f3 a los oyentes viajar instant\u00e1neamente por el mundo de la m\u00fasica.<\/p>\n

Sin embargo, sugiri\u00f3, repitiendo el estribillo com\u00fan, la escala de este mundo podr\u00eda ser abrumadora y dif\u00edcil de navegar. \u201cPara que este nuevo mundo sea realmente apreciable\u201d, dijo McDonald, \u201ctenemos que encontrar formas de mapear este espacio y luego construir m\u00e1quinas que lo lleven a trav\u00e9s de caminos interesantes\u201d. Los sistemas de recomendaci\u00f3n que ofrec\u00edan empresas como Spotify eran las m\u00e1quinas. El trabajo reciente de McDonald’s se hab\u00eda centrado en los mapas, o como \u00e9l los describi\u00f3 en otra charla: una \u00abespecie de capa delgada de orden vagamente inteligible sobre la bestia espacial de informaci\u00f3n que se retuerce, se expande insaciablemente y se expande de toda la m\u00fasica del mundo\u00bb.<\/p>\n

Aunque su lenguaje puede haber sido inusualmente po\u00e9tico, McDonald estaba expresando una comprensi\u00f3n de la variedad musical que es ampliamente compartida entre los creadores de recomendaciones musicales: la m\u00fasica existe en una especie de espacio. Ese espacio es, en cierto sentido, bastante com\u00fan, como un paisaje por el que podr\u00edas caminar, encontrando cosas nuevas a medida que avanzas. Pero en otro sentido, este espacio es profundamente extra\u00f1o: detr\u00e1s de los valles y las colinas, hay una bestia que se retuerce y se agita, creciendo constantemente y uniendo puntos en el espacio, infinitamente conectados. El espacio musical puede parecer tan natural como las monta\u00f1as visibles desde lo alto de la Space Needle; pero tambi\u00e9n puede parecer el revoltijo topol\u00f3gico hecho por el hombre en su base. Es org\u00e1nico e intuitivo; es tecnol\u00f3gico y ca\u00f3tico.<\/p>\n

Las met\u00e1foras espaciales proporcionan un lenguaje dominante para pensar sobre las diferencias entre los creadores de recomendaciones musicales, como lo hacen en el aprendizaje autom\u00e1tico y entre las culturas euroamericanas en general. Dentro de estos contextos, es f\u00e1cil imaginar ciertas cosas similares reunidas aqui<\/em>mientras que otras cosas diferentes se agrupan Por ah\u00ed<\/em>. En conversaciones con ingenieros, es muy com\u00fan encontrar el espacio de la m\u00fasica convocado a trav\u00e9s de gestos, que envuelven a los hablantes en un entorno imaginario poblado por breves pellizcos en el aire y organizado por movimientos de la mano. Un g\u00e9nero est\u00e1 a su izquierda, otro a su derecha. En pizarras y ventanas repartidas por la oficina, puede encontrar el espacio de la m\u00fasica representado en dos dimensiones, que contiene una serie de puntos que se agrupan y se extienden por el plano.<\/p>\n

En el espacio de la m\u00fasica, la m\u00fasica que es similar est\u00e1 cerca. Si te encuentras dentro de un espacio as\u00ed, debes estar rodeado de m\u00fasica que te guste. Para encontrar m\u00e1s, solo necesita mirar a su alrededor y moverse. En el espacio musical, los g\u00e9neros son como regiones, las listas de reproducci\u00f3n son como caminos y los gustos son como territorios archipel\u00e1gicos a la deriva. Tu nueva canci\u00f3n favorita puede estar justo en el horizonte.<\/p>\n

Pero a pesar de su familiaridad, espacios como estos son extra\u00f1os: se pueden encontrar similitudes en cualquier lugar, y los puntos que parec\u00edan estar muy separados pueden convertirse repentinamente en adyacentes. Si pregunta, aprender\u00e1 que todas estas representaciones espaciales son meras reducciones de algo mucho m\u00e1s complejo, de un espacio que comprende no dos o tres dimensiones, sino potencialmente miles de ellas. Esta es la bestia del espacio de la informaci\u00f3n de McDonald’s, una abstracci\u00f3n matem\u00e1tica que lleva las intuiciones espaciales humanas m\u00e1s all\u00e1 de su l\u00edmite.<\/p>\n

Espacios como estos, gen\u00e9ricamente llamados \u201cespacios de similitud\u201d, son el terreno simb\u00f3lico en el que trabaja la mayor parte del aprendizaje autom\u00e1tico. Para clasificar puntos de datos o recomendar elementos, los sistemas de aprendizaje autom\u00e1tico suelen ubicarlos en espacios, reunirlos en grupos, medir distancias entre ellos y trazar l\u00edmites entre ellos. El aprendizaje autom\u00e1tico, como ha argumentado el te\u00f3rico cultural Adrian Mackenzie (2017, 63), \u201crepresenta todas las diferencias como distancias y direcciones de movimiento\u201d. Entonces, mientras que el espacio musical es en un sentido una met\u00e1fora informal (el paisaje de la variaci\u00f3n musical), en otro sentido es un objeto formal altamente t\u00e9cnico (el sustrato matem\u00e1tico de la recomendaci\u00f3n algor\u00edtmica).<\/p>\n

Comprensi\u00f3n espacial del viaje de datos a trav\u00e9s de infraestructuras t\u00e9cnicas y conversaciones cotidianas; son a la vez una forma de expresi\u00f3n metaf\u00f3rica y una pr\u00e1ctica computacional concreta. En otras palabras, el \u201cespacio\u201d aqu\u00ed es tanto un formalismo, un concepto t\u00e9cnico restringido que facilita la precisi\u00f3n a trav\u00e9s de la abstracci\u00f3n, como lo que el antrop\u00f3logo Stefan Helmreich (2016, 468) llama un informalismo, una met\u00e1fora menos disciplinada que viaja junto con las t\u00e9cnicas formales. En la pr\u00e1ctica, a menudo es dif\u00edcil o imposible separar la especificidad t\u00e9cnica de su acompa\u00f1amiento metaf\u00f3rico. Cuando los hacedores de recomendaciones musicales hablan de espacio, hablan a la vez en sentido figurado y t\u00e9cnico.<\/p>\n

Para muchos cr\u00edticos, esta \u00abracionalidad geom\u00e9trica\u00bb \u200b\u200b(Blanke 2018) del aprendizaje autom\u00e1tico hace que sea un anatema para la \u00abcultura\u00bb per se: cuantifica cualidades, racionaliza pasiones y extrae objetos culturales de sus contextos sociales cotidianos para reubicarlos en el aislamiento est\u00e9ril de una grilla computacional. La antropolog\u00eda cultural convencional, por ejemplo, se ha definido durante mucho tiempo en oposici\u00f3n a formalismos como estos, que parecen carecer del espesor, la sensibilidad o la adecuaci\u00f3n a la experiencia vivida que buscamos a trav\u00e9s de la etnograf\u00eda. Como sugieren los te\u00f3ricos pol\u00edticos Louise Amoore y Volha Piotukh (2015, 361), tales an\u00e1lisis \u201creducen formas heterog\u00e9neas de vida y datos a espacios homog\u00e9neos de c\u00e1lculo\u201d.<\/p>\n

Para utilizar los t\u00e9rminos del ge\u00f3grafo Henri Lefebvre (1992), los espacios de similitud son claros ejemplos de \u201cespacio abstracto\u201d, una especie de espacio de representaci\u00f3n en el que todo es medible y cuantificable, controlado por autoridades centrales al servicio del capital. El te\u00f3rico de los medios Robert Prey (2015, 16), al aplicar el marco de Lefebvre a la transmisi\u00f3n de m\u00fasica, sugiere que las personas como McDonald, \u00abanalistas de datos, programadores e ingenieros\u00bb, se preocupan principalmente por el espacio abstracto y concebido de c\u00e1lculo y medici\u00f3n. El espacio concebido, en el pensamiento lefebvriano, es par\u00e1sito del espacio social, vivido, que Prey asocia con los oyentes que resisten y reinterpretan el trabajo de los tecn\u00f3logos. La expansi\u00f3n del espacio abstracto bajo el capitalismo presagia, en este marco, \u201cla devastadora conquista de lo vivido por lo concebido\u201d (Wilson 2013).<\/p>\n

Pero para las personas que trabajan con \u00e9l, el espacio de la m\u00fasica no se siente como una cuadr\u00edcula est\u00e9ril, ni siquiera en su forma m\u00e1s matem\u00e1tica. Los creadores de recomendaciones musicales no se limitan a las refinadas abstracciones del espacio concebido. A lo largo de su formaci\u00f3n, aprenden a experimentar el espacio musical como ordinario y habitable, a pesar de su extra\u00f1eza subyacente. El espacio de la m\u00fasica es tan intuitivo como un paisaje por el que caminar y tan extra\u00f1o como un objeto de ingenier\u00eda complejo y altamente dimensional. Para usar una distinci\u00f3n a menudo problematizada de la geograf\u00eda cultural, tratan el \u00abespacio\u00bb como \u00ablugar\u00bb, como si la cuadr\u00edcula abstracta y homog\u00e9nea fuera una especie de entorno local habitable.<\/p>\n

Los espacios de similitud son el resultado de muchas decisiones; de ninguna manera son \u00abnaturales\u00bb, y las personas como McDonald son conscientes de que las decisiones que toman pueden reorganizarlas profundamente. Sin embargo, la metaforizaci\u00f3n espacial, que se mueve a trav\u00e9s del habla, los gestos, la ilustraci\u00f3n y la computaci\u00f3n, ayuda a que los patrones en los datos culturales se sientan reales. Una confusi\u00f3n entre mapas y territorios \u2014entre representaciones maleables y terrenos objetivos\u2014 es productiva para las personas que est\u00e1n a la vez interesadas en crear conocimiento objetivo y preocupadas por dar cuenta de su propia influencia subjetiva en el proceso. Estas interpretaciones espaciales alteran el significado de conceptos musicales como el g\u00e9nero o fen\u00f3menos sociales como el gusto, convirti\u00e9ndolos en formas de agrupamiento.<\/p>\n<\/div>\n

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