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Despu\u00e9s de que se reproduce la brillante secuencia del t\u00edtulo, \u00abThe Last of Us\u00bb una vez m\u00e1s opta por presentar el d\u00eda del brote a trav\u00e9s del punto de vista de Sarah, esta vez varias horas antes de que los zombis atacaran su casa. Desde el principio, vemos a Sarah interactuar con Joel y Tommy (Gabriel Luna) durante el cumplea\u00f1os de su padre. Su din\u00e1mica est\u00e1 desarrollada y es cre\u00edble; la qu\u00edmica es palpable entre los actores. Luego, Sarah se aventura en la ciudad para preparar un regalo para Joel, y somos testigos de los momentos de ansiedad en los que la gente del pueblo descubre lentamente que algo muy malo est\u00e1 por suceder. Incluso hay una trama secundaria menor que presenta a un vecino anciano, el primero de muchos infectados que Joel encontrar\u00e1 a lo largo de la historia.<\/p>\n
Aunque hay peque\u00f1as desviaciones, el material adicional se siente como un precursor natural de los eventos que se desarrollan al principio de la historia original. Adem\u00e1s, enfatiza el aspecto de construcci\u00f3n del mundo por el que \u00abThe Last of Us\u00bb es conocido sin sentirse opcional. En el videojuego, los jugadores tienen que averiguar por s\u00ed mismos los detalles de la relaci\u00f3n de Sarah y Joel explorando la casa y buscando pistas de contexto. Funciona bien en ese medio, pero traducir eso a la pantalla de manera literal habr\u00eda disminuido el potencial de la adaptaci\u00f3n. La escena final de Sarah no solo recupera los detalles del videojuego, sino que tambi\u00e9n se beneficia de manera \u00fanica del tiempo de pantalla extendido.<\/p>\n<\/p><\/div>\n