{"id":413691,"date":"2023-01-20T09:08:47","date_gmt":"2023-01-20T09:08:47","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-little-richard-i-am-everything-la-coronacion-atrasada-de-una-figura-seminal-en-la-realeza-del-rock\/"},"modified":"2023-01-20T09:08:49","modified_gmt":"2023-01-20T09:08:49","slug":"resena-de-little-richard-i-am-everything-la-coronacion-atrasada-de-una-figura-seminal-en-la-realeza-del-rock","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-little-richard-i-am-everything-la-coronacion-atrasada-de-una-figura-seminal-en-la-realeza-del-rock\/","title":{"rendered":"Rese\u00f1a de ‘Little Richard: I Am Everything’: La coronaci\u00f3n atrasada de una figura seminal en la realeza del rock"},"content":{"rendered":"


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\tEl cometa en llamas que fue Richard Wayne Penniman es capturado en Little Richard: Yo soy todo, <\/em>con todas las complejidades de un artista negro que era sin disculpas queer y extravagante un minuto, solo para renunciar a su sexualidad y hedonismo como un hombre de Dios al siguiente. Sin embargo, una de las cosas que hace que la vida del legendario artista sea tan singular, y el documental de celebraci\u00f3n de Lisa Cort\u00e9s para CNN y HBO Max tan emocionante, es la medida en que abraz\u00f3 esa contradicci\u00f3n. No fue un alarde vano que se present\u00f3 como un original que rompe moldes. \u201cNo soy engre\u00eddo\u201d, dijo. \u00abEstoy convencido.\u00bb<\/p>\n

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\tA partir de una gran cantidad de material de archivo fabuloso; entrevistados expertos, incluidas luminarias musicales como Mick Jagger y Tom Jones; adornos gr\u00e1ficos y animados inventivos; y un paquete de \u00e9xitos electrizantes, Cort\u00e9s le da a Little Richard el tipo de reconocimiento a gritos que le negaron con demasiada frecuencia en su vida.<\/p>\n

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\t\t\t\t\tLittle Richard: Yo soy todo\t\t<\/p>\n<\/h3>\n

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\tUn reclamo jubiloso.
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\tEso se debe a que su raza, sexualidad y, m\u00e1s tarde, su fervor religioso no encajaban en la narrativa del nacimiento del rock ‘n’ roll que la industria musical estadounidense blanca quer\u00eda moldear. No importa que estuviera golpeando las teclas del piano, animando a las primeras multitudes integradas de adolescentes negros y blancos con su voz \u00e1spera y chillona y sus gritos de falsete lo suficientemente temprano como para ser una influencia formativa en artistas como Elvis Presley, los Beatles y los Rolling Stones.<\/p>\n

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\tUno de los muchos puntos destacados aqu\u00ed es un clip de la transmisi\u00f3n de los Grammy de 1988, cuando Richard, de 56 a\u00f1os, fue invitado a presentar el premio al mejor artista nuevo. Hizo que la multitud se pusiera de pie al declararse ganador, no una sino tres veces, antes de reprender a la Academia de Grabaci\u00f3n de EE. UU. por no haberle dado nunca nada, tocarlo para hacer re\u00edr pero al mismo tiempo instruir a toda una industria.<\/p>\n

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\tLa pel\u00edcula comienza con una entrevista televisiva aproximadamente una d\u00e9cada y media despu\u00e9s de los \u00e9xitos que lo establecieron, con Little Richard vistiendo un traje de actuaci\u00f3n rosa con adornos de lentejuelas y una tiara de cuero apuntalando su caracter\u00edstico copete. Deleit\u00e1ndose con su propia belleza, dice: \u201cDejo que todo pase el rato. Si lo tienes, Dios te lo dio, mu\u00e9stralo al mundo\u201d.<\/p>\n

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\tLa autoadulaci\u00f3n, el llamativo estilo genderqueer y la energ\u00eda sexual desinhibida en sus deslumbrantes apariciones en el escenario lo convirtieron en una figura subversiva \u00fanica en la Am\u00e9rica anterior a los Derechos Civiles y en una de las primeras celebridades gay, un punto clave que es quiz\u00e1s la mayor fortaleza de este documental. . \u201cEscupi\u00f3 sobre todas las reglas que hab\u00eda en la m\u00fasica\u201d, dice John Waters, quien confiesa que su propio bigote a l\u00e1piz es un \u201ctributo retorcido\u201d a Little Richard y explica que hasta los racistas de Baltimore bailaban sus canciones.<\/p>\n

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\tCort\u00e9s y los editores Nyneve Minnear y Jake Hostetter mantienen la estructura suelta y libre mientras siguen la cronolog\u00eda lineal de la vida del sujeto. <\/p>\n

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\tRichard naci\u00f3 en 1932 en Macon, Georgia, en una familia de 12 hijos. Su padre era un di\u00e1cono de la iglesia que tambi\u00e9n dirig\u00eda un club nocturno y vend\u00eda alcohol ilegal. Richard caminaba cojeando y fue objeto de burlas por su actitud afeminada, levantando las cejas en casa al usar las joyas de su madre y confeccionar t\u00fanicas con cortinas y s\u00e1banas. Pero se destac\u00f3 desde muy joven como una voz poderosa en el coro de la iglesia, y tocaba el piano de su abuelo incluso antes de aprender a tocar una nota.<\/p>\n

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\tCuando su padre lo ech\u00f3 de la casa a los 15 a\u00f1os, lo acogieron los propietarios de un bar clandestino local que funcionaba como un bar gay informal. Adoraba a la hermana Rosetta Tharpe, que hab\u00eda tenido \u00e9xito sacando el sonido del evangelio negro de la iglesia y llev\u00e1ndolo a los salones de baile. Ella lo escuch\u00f3 cantar mientras trabajaba en el Macon City Auditorium cuando era adolescente y lo llev\u00f3 al escenario.<\/p>\n

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\tRichard se uni\u00f3 a lo que entonces se conoc\u00eda como el circuito chitlin’, actuando con varios combos afroamericanos de blues sucio a fines de la d\u00e9cada de 1940, a menudo apareciendo como drag, anunciado como Princess LaVonne. Entre sus primeras influencias se encontraba el m\u00fasico abiertamente gay Billy Wright, de quien Richard elimin\u00f3 el copete y el maquillaje, y Esquerita, cuya fren\u00e9tica percusi\u00f3n al piano fue fundamental para forjar su estilo. Tom\u00f3 prestado de otros al igual que los artistas posteriores tomaron prestado de \u00e9l. Las entrevistas esclarecedoras con estudiosos de la historia queer subrayan hasta qu\u00e9 punto el mundo de los m\u00fasicos ambulantes en ese momento era un refugio para los artistas queer y de g\u00e9nero no conforme.<\/p>\n

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\tLos extensos antecedentes de la pel\u00edcula proporcionan un lienzo v\u00edvido para el resplandeciente surgimiento de Little Richard a mediados de la d\u00e9cada de 1950 despu\u00e9s de que form\u00f3 una banda y asegur\u00f3 un contrato con Specialty Records. Su primer gran \u00e9xito, \u00abTutti Frutti\u00bb, lo cambi\u00f3 todo, aunque la versi\u00f3n original y obscena que alud\u00eda al sexo anal, que hab\u00eda perfeccionado en los clubes, se atenu\u00f3 para que fuera m\u00e1s amigable con la radio. Pero a pesar de que los disc jockeys independientes blancos popularizaron la grabaci\u00f3n de Richard, las versiones de Elvis y el mism\u00edsimo Pat Boone, entre todas las personas, se vendieron m\u00e1s que ella.<\/p>\n

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\tSiguieron m\u00e1s \u00e9xitos en un per\u00edodo extraordinariamente prol\u00edfico, entre ellos \u00abLong Tall Sally\u00bb, \u00abLucille\u00bb, \u00abThe Girl Can’t Help It\u00bb, \u00abKeep A-Knockin'\u00bb y \u00abGood Golly, Miss Molly\u00bb. Esto \u00faltimo lleva a Nona Hendryx a observar con iron\u00eda que, si bien es posible que muchas personas no se hayan dado cuenta de que la canci\u00f3n trata sobre sexo, ella sab\u00eda lo que significaba \u00abseguro que me gusta la pelota\u00bb. A pesar de su aspecto escandaloso y abiertamente queer, sus espect\u00e1culos atrajeron a mujeres j\u00f3venes que comenzaron a arrojar sus bragas al escenario.<\/p>\n

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\tEl documental cubre sus relaciones con las mujeres y su matrimonio de 5 a\u00f1os, su uso de drogas, incluso su afici\u00f3n declarada por las org\u00edas. Tambi\u00e9n se\u00f1ala que nunca recibi\u00f3 una compensaci\u00f3n adecuada por su m\u00fasica debido a acuerdos de regal\u00edas turbios que no eran infrecuentes en ese momento. Junto con su importancia como artista negro queer, profundiza en su repentina conversi\u00f3n al cristianismo nacido de nuevo, que comenz\u00f3 en 1957 cuando declar\u00f3 en medio de una gira por Australia que renunciaba a la m\u00fasica secular para seguir una vida en el ministerio.<\/p>\n

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\tLa necesidad financiera lo llev\u00f3 de regreso al rock ‘n’ roll a principios de los a\u00f1os 60 en giras europeas durante las cuales los Beatles y los Stones le abrieron en varias ocasiones. Pero volvi\u00f3 a Dios despu\u00e9s de la muerte de su hermano. La divisi\u00f3n entre lo sagrado y lo profano se mantuvo constante, y algunos miembros de la comunidad LGBTQ sintieron que hab\u00eda liberado a otros, pero no logr\u00f3 liberarse a s\u00ed mismo. Eso crea una dicotom\u00eda fascinante, aunque la destacada profesora de estudios afroamericanos Tavia Nyong’o, quien ha escrito extensamente sobre Little Richard, argumenta que tanto el brillo como la piedad estaban en el nombre de Jes\u00fas.<\/p>\n

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\tCap\u00edtulo de Nyong’o sobre Richard en la colecci\u00f3n de ensayos Teor\u00eda del rendimiento negro<\/em> se llama \u201cRip It Up\u201d: Exceso y \u00e9xtasis en Little Richard’s Sound. El exceso y el \u00e9xtasis son una forma tan buena como cualquier otra de describir la carga que late a lo largo de la pel\u00edcula de Cort\u00e9s, ya sea narrando los bajos o los vertiginosos altibajos.<\/p>\n

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\tEstos \u00faltimos, sin embargo, son lo \u00faltimo en este relato en\u00e9rgico de un artista que no tiene paralelo en la m\u00fasica popular estadounidense. Su influencia en generaciones de artistas, desde David Bowie y Freddie Mercury pasando por Rick James y Prince, hasta llegar a Harry Styles, se evidencia en un excelente montaje de cierre. Como dice Billy Porter, \u00abRichard es la raz\u00f3n por la que puedo presentarme y ser quien quiero ser\u00bb. Incluso si no eres fan\u00e1tico de Little Richard al entrar en esta pel\u00edcula, es probable que lo seas cuando termine.<\/p>\n<\/p><\/div>\n