{"id":418759,"date":"2023-01-23T02:30:58","date_gmt":"2023-01-23T02:30:58","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/hitting-the-books-esa-vez-que-los-suburbios-de-san-francisco-demandaron-al-aeropuerto-por-ser-demasiado-ruidoso\/"},"modified":"2023-01-23T02:31:01","modified_gmt":"2023-01-23T02:31:01","slug":"hitting-the-books-esa-vez-que-los-suburbios-de-san-francisco-demandaron-al-aeropuerto-por-ser-demasiado-ruidoso","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/hitting-the-books-esa-vez-que-los-suburbios-de-san-francisco-demandaron-al-aeropuerto-por-ser-demasiado-ruidoso\/","title":{"rendered":"Hitting the Books: Esa vez que los suburbios de San Francisco demandaron al aeropuerto por ser demasiado ruidoso"},"content":{"rendered":"


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S<\/span>an Francisco ha buscado durante mucho tiempo cuadrar sus ideales progresistas profundamente arraigados con la necesidad de la regi\u00f3n de un progreso tecnol\u00f3gico tangible. El aeropuerto internacional SFO, que abri\u00f3 sus puertas en 1959 y ha experimentado una importante expansi\u00f3n y modernizaci\u00f3n en los a\u00f1os posteriores, es un microcosmos de esa lucha. Por un lado, el \u00c1rea de la Bah\u00eda probablemente no ser\u00eda el centro comercial, t\u00e9cnico y cultural que es hoy si no fuera por la conectividad que brinda el aeropuerto. Por otro lado, su instalaci\u00f3n y operaci\u00f3n ha tenido consecuencias muy reales para el medio ambiente local y la poblaci\u00f3n de la regi\u00f3n. <\/p>\n

El Dr. Eric Porter, profesor de Historia, Historia de la Conciencia y Estudios Cr\u00edticos de Raza y \u00c9tnicos en la Universidad de California, Santa Cruz, examina c\u00f3mo naci\u00f3 San Francisco International y los desaf\u00edos que enfrentar\u00e1 en un siglo XXI que cambia el clima en su Ultimo trabajo, La historia de un pueblo de SFO: la creaci\u00f3n del \u00c1rea de la Bah\u00eda y un aeropuerto<\/em>. <\/em>La conexi\u00f3n de Porter con el tema es personal. \u00abMi abuelo trabaj\u00f3 como skycap all\u00ed desde la d\u00e9cada de 1940\u00bb, escribi\u00f3 Porter en un blog reciente de UC Press. \u201cLlevar el equipaje de los blancos y el bagaje racial que ven\u00eda con \u00e9l era un trabajo servil pero bien pagado\u201d. <\/p>\n

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Prensa de la Universidad de California<\/p>\n<\/figure>\n

Extra\u00eddo de La historia de un pueblo de SFO: la creaci\u00f3n del \u00c1rea de la Bah\u00eda y un aeropuerto<\/em> por Eric Porter, publicado por University of California Press<\/p>\n\n

La pol\u00edtica del ruido de los aviones<\/h3>\n\n

Mientras los pasajeros negros protestaban por los cambios en sus condiciones de trabajo durante la primavera y el verano de 1970, un grupo diferente de activistas, en su mayor\u00eda blancos y que operaban principalmente como propietarios de viviendas en lugar de trabajadores, se comprometieron en su propia lucha centrada en la SFO. El problema era el ruido de los aviones, una molestia de larga data que se hab\u00eda vuelto m\u00e1s insoportable a medida que el aeropuerto crec\u00eda y los ambientalistas y las agencias gubernamentales lo consideraban una forma de contaminaci\u00f3n que podr\u00eda tener efectos perjudiciales para el bienestar humano. Ese noviembre, despu\u00e9s de meses de cabildear infructuosamente con los funcionarios gubernamentales y del aeropuerto para que se hicieran cambios en las operaciones de vuelo del SFO, treinta y dos propietarios del sur de San Francisco, un suburbio entonces mayoritariamente blanco de clase media y trabajadora ubicado al noroeste del aeropuerto, presentaron reclamos ante el La Comisi\u00f3n del Aeropuerto de San Francisco busca una compensaci\u00f3n por las interrupciones causadas por los aviones que despegan de sus vecindarios. La comisi\u00f3n neg\u00f3 los reclamos, por lo que en febrero siguiente, South San Franciscans present\u00f3 una demanda de $320,000 ($10,000 por demandante) contra la ciudad y el condado de San Francisco con el argumento de que el ruido de los aviones hab\u00eda \u00abdisminuido y da\u00f1ado\u00bb el \u00abuso razonable y el disfrute tranquilo\u00bb. de su propiedad.\u201d Posteriormente, diez personas de los suburbios de Woodside y Portola Valley, ubicados al sureste del aeropuerto, presentaron su propia demanda, solicitando los mismos da\u00f1os por persona causados \u200b\u200bpor el ruido de los aviones en la aproximaci\u00f3n a SFO.<\/p>\n

Estas demandas, finalmente resueltas por la promesa de la Comisi\u00f3n Aeroportuaria de instituir un programa de mitigaci\u00f3n de ruido de $5 millones, se encontraban entre las muchas acciones contra el ruido emprendidas por vecinos indignados de SFO luego de la introducci\u00f3n de aviones a reacci\u00f3n en la instalaci\u00f3n en 1959. Sus comunidades hab\u00edan crecido en una relaci\u00f3n simbi\u00f3tica con OFS en formas f\u00edsicas, sociales, pol\u00edticas y econ\u00f3micas. Los sonidos del jet ayudaron a componer sus paisajes sonoros, o ambientes ac\u00fasticos, ofreciendo a sus habitantes referencias a trav\u00e9s de las cuales conceptualizaban y viv\u00edan sus experiencias urbanas. Los sonidos orientaron a los residentes locales hacia el cielo, brindando una sensaci\u00f3n generalizada de ser urbanos, al mismo tiempo que defin\u00edan sus relaciones con la SFO a trav\u00e9s del posicionamiento horizontal de hogares, lugares de trabajo, lugares de recreaci\u00f3n, escuelas y otros lugares que habitaban en relaci\u00f3n con los vectores de despegue y aterrizaje. y la instalaci\u00f3n en s\u00ed.<\/p>\n

La forma en que las personas experimentaron esta relaci\u00f3n con el lugar a trav\u00e9s de los sonidos de chorro, ya sea positiva, negativa o ambivalente, se vio afectada por la proximidad de las personas a dichos sonidos, la frecuencia y duraci\u00f3n de los mismos, su audibilidad relativa en relaci\u00f3n con otros componentes del paisaje sonoro y el entorno social. y significados pol\u00edticos que fueron condicionados con el tiempo a escuchar en ellos. Cuando los residentes del \u00c1rea de la Bah\u00eda escuchaban los sonidos de los aviones como \u00abruido\u00bb, a menudo era simplemente porque eran fuertes y profundamente perturbadores. Pero en otros momentos, el ruido de los aviones era un \u201csonido no deseado\u201d m\u00e1s subjetivo y socialmente determinado. Tal determinaci\u00f3n sucedi\u00f3, en parte, como nos ayuda a comprender el trabajo de la antrop\u00f3loga Marina Peterson sobre LAX y sus alrededores, debido a lo que estos sonidos insistentes llegaron a simbolizar al catalizar las relaciones entre un conjunto en expansi\u00f3n de individuos y grupos comunitarios; funcionarios gubernamentales, agencias y regulaciones; activistas y sus organizaciones; cient\u00edficos y otros investigadores; el aeropuerto y sus operaciones; y un amplio conjunto de fuerzas sociales, pol\u00edticas y econ\u00f3micas.<\/p>\n

Algunos residentes locales estaban dispuestos a tolerar el ruido. Era un inconveniente que se soportaba a cambio de los beneficios de vivir, trabajar o hacer negocios cerca del aeropuerto. El ruido en s\u00ed, y la impunidad para generarlo, podr\u00eda haber significado los intereses financieros y pol\u00edticos de las aerol\u00edneas, los funcionarios del aeropuerto y otros intereses poderosos, pero estas entidades ofrecieron algo (empleos, contratos de construcci\u00f3n, gastos de los empleados del aeropuerto, viajes convenientes, etc.) ) a cambio. Para otros, sin embargo, este componente sonoro del paisaje sonoro ten\u00eda un significado diferente sobre los pros y los contras de vivir cerca del aeropuerto, as\u00ed como sobre las relaciones en las que estaban inmersos. El ruido de los aviones, en otras palabras, pod\u00eda escucharse como una manifestaci\u00f3n de las formas de poder que defin\u00edan el presente colonial regional, y planteaba la pregunta de c\u00f3mo los residentes locales vivir\u00edan sus v\u00ednculos con ellos.<\/p>\n

El activismo contra el ruido de los aviones por parte de individuos, asociaciones de propietarios, figuras pol\u00edticas, grupos ambientalistas y otros en torno a la SFO generalmente reflejaba sus grados relativos de privilegio y aspiraciones como beneficiarios en su mayor\u00eda blancos del poder colonial acumulado en la regi\u00f3n. Sin embargo, su activismo articul\u00f3 simult\u00e1neamente cr\u00edticas, expl\u00edcitas e impl\u00edcitas, de las formas en que los elementos del poder (econ\u00f3mico, legal, burocr\u00e1tico, etc.) que yacen detr\u00e1s del ruido hab\u00edan disminuido la prosperidad humana en la regi\u00f3n en general. Los funcionarios del aeropuerto y del gobierno local, los sindicatos y otros que se opusieron, desviaron o intentaron incorporar estrat\u00e9gicamente los objetivos de estos activistas tambi\u00e9n expresaron o se involucraron de otra manera en m\u00faltiples formas de poder social, econ\u00f3mico y burocr\u00e1tico mientras buscaban promover o proteger su propio poder acumulado. intereses.<\/p>\n

Los activistas tuvieron algunos \u00e9xitos. SFO y sus comunidades aleda\u00f1as finalmente se volvieron menos ruidosas debido a los cambios en la tecnolog\u00eda de las aeronaves (especialmente en la tecnolog\u00eda de los motores) y tambi\u00e9n porque la FAA, los operadores de aeropuertos, los l\u00edderes c\u00edvicos y otros finalmente comenzaron a escuchar a los activistas contra el ruido y realizaron esfuerzos significativos para mitigar los ruidos de los aviones. ruido. Pero los jets continuaron generando ruido en y cerca de SFO, y algunas personas todav\u00eda se quejan del problema en la actualidad. A\u00fan as\u00ed, vale la pena explorar la historia del activismo antiruido en torno a la OFS (la versi\u00f3n de este cap\u00edtulo se extiende desde finales de la d\u00e9cada de 1950 hasta la de 1980) porque hace audibles algunas de las formas complejas en que se desaf\u00eda y se reproduce el poder a mediados y finales del siglo XX. El presente colonial regional del siglo se produjo a trav\u00e9s de las sinergias, los conflictos y las oportunidades perdidas de cooperaci\u00f3n entre los movimientos de propietarios de viviendas, ecologistas y trabajadores, en su mayor\u00eda blancos, cuando chocaron con SFO como manifestaci\u00f3n de transformaciones econ\u00f3micas m\u00e1s amplias y modos de desarrollo de infraestructura gubernamental y administraci\u00f3n de recursos.<\/p>\n

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El ruido de las aeronaves hab\u00eda sido objeto de quejas intermitentes en el \u00c1rea de la Bah\u00eda desde los primeros d\u00edas de la aviaci\u00f3n. La preocupaci\u00f3n de que los aviones ruidosos pudieran deprimir los precios inmobiliarios fue uno de los factores que llevaron al cierre de la primera pista de aterrizaje civil de San Francisco en el Distrito Marina. El ruido inicialmente no fue un problema en Mills Field. Los aviones de las d\u00e9cadas de 1920 y 1930 no eran terriblemente ruidosos y hab\u00eda poco desarrollo residencial cerca. Eso comenz\u00f3 a cambiar despu\u00e9s de la Segunda Guerra Mundial a medida que aumentaron las operaciones a\u00e9reas comerciales en lo que se convirti\u00f3 en SFO, los aviones crecieron en tama\u00f1o y capacidad de generaci\u00f3n de sonido, y los vecindarios residenciales invadieron el aeropuerto. Como fue el caso en otras partes de los Estados Unidos, la creciente preocupaci\u00f3n local por el ruido de los aeropuertos coincidi\u00f3 con los temores de que los aviones se estrellaran contra las casas o los negocios, como sucedi\u00f3 cerca de los aeropuertos de Newark e Idlewild a fines de 1951 y principios de 1952. El avi\u00f3n que desarroll\u00f3 problemas con el motor despu\u00e9s de despegar sobre el sur de San Francisco aument\u00f3 el nivel de ansiedad sobre la proximidad de esa comunidad a SFO en particular. Las quejas, provenientes principalmente de cinco ciudades aleda\u00f1as, crecieron exponencialmente con la llegada de aviones a reacci\u00f3n en abril de 1959. Los residentes de San Bruno, Daly City y, m\u00e1s abiertamente, el sur de San Francisco se vieron afectados principalmente por aviones que part\u00edan hacia el noroeste desde la pista 28. orientado para permitir que las aeronaves despeguen con el viento a trav\u00e9s de la \u00abbrecha\u00bb entre la monta\u00f1a San Bruno y las monta\u00f1as de Santa Cruz. Los habitantes del sur de San Francisco formaron comit\u00e9s de ruido de aviones en los vecindarios, pero sus quejas a menudo se canalizaban a trav\u00e9s del concejal de la ciudad y m\u00e1s tarde alcalde Leo Ryan y el abogado de la ciudad John Noonan. Los dos funcionarios iniciaron un di\u00e1logo con representantes del aeropuerto, pilotos, aerol\u00edneas y funcionarios federales sobre el problema del ruido de los aviones en 1957, encargaron un informe de ingenier\u00eda sobre el asunto y aumentaron sus esfuerzos despu\u00e9s de la llegada de los aviones.<\/p>\n

A medida que aumentaron las quejas del sur de San Francisco y los avances tecnol\u00f3gicos permitieron m\u00e1s despegues con vientos cruzados o vientos de cola leves, los vuelos se cambiaron a la pista 1 perpendicular que se cruza en un esfuerzo por redistribuir el ruido de los aviones. Esto hizo las cosas m\u00e1s dif\u00edciles para los residentes de Millbrae y el noreste de Burlingame y especialmente para aquellos que viv\u00edan en Bayside Manor, un vecindario de Millbrae establecido en 1943, al otro lado de la Autopista Bayshore desde el final de la pista. Los residentes de Bayside Manor se vieron afectados principalmente por el \u00abchorro de chorro\u00bb (es decir, el ruido, la vibraci\u00f3n y los gases) de las aeronaves cuando comenzaron a despegar a solo setecientos pies del borde del desarrollo. Los residentes se organizaron principalmente a trav\u00e9s de la Asociaci\u00f3n de Mejoramiento de Bayside Manor, formada en 1948, que durante varios a\u00f1os hab\u00eda estado luchando por la ubicaci\u00f3n de instalaciones industriales en terrenos no urbanizados cerca de su subdivisi\u00f3n.<\/p>\n

Los residentes locales experimentaron una variedad de efectos dram\u00e1ticos y disruptivos de las ondas de sonido producidas por motores a reacci\u00f3n. Seg\u00fan una mujer de Millbrae, \u201cPensamos que los viejos aviones ya eran lo suficientemente malos. Pero los jets son terribles. La casa tiembla, las bombillas se queman por la vibraci\u00f3n y no podemos escuchar los programas de televisi\u00f3n cuando los aviones est\u00e1n despegando\u201d. La gente tambi\u00e9n se quej\u00f3 de los ni\u00f1os asustados y llorando, las noches de insomnio, las distracciones en las escuelas, los servicios funerarios y de la iglesia interrumpidos, las conversaciones telef\u00f3nicas y en persona interrumpidas, las agujas del fon\u00f3grafo saltando, la incapacidad de entretenerse afuera y el da\u00f1o f\u00edsico real a su propiedad por las vibraciones s\u00f3nicas. : paredes agrietadas, estuco, chimeneas, chimeneas, l\u00edneas de gas y ventanas, as\u00ed como platos que se rompen despu\u00e9s de caerse de los estantes. Les preocupaba la ca\u00edda del valor de la vivienda y su bienestar f\u00edsico y mental. Algunos estaban agotados. Otros se quejaron de dolores de cabeza, dolores de o\u00eddo, p\u00e9rdida temporal de la audici\u00f3n y otras dolencias. Seg\u00fan una petici\u00f3n, algunos residentes del sur de San Francisco estaban \u201cen un estado constante de ansiedad y tuvieron que someterse a tratamiento m\u00e9dico por afecciones nerviosas que, seg\u00fan se dice, fueron inducidas por los ruidos creados por los aviones a reacci\u00f3n y la ansiedad debido al paso de los aviones a reacci\u00f3n. sobre sus casas.\u201d<\/p>\n<\/div>\n

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