\n<\/aside>\n<\/p>\n
Es justo decir que, una vez que comenz\u00f3 la pandemia, compartir informaci\u00f3n err\u00f3nea en las redes sociales adquiri\u00f3 una ventaja adicional potencialmente fatal. La informaci\u00f3n inexacta sobre los riesgos que plantea el virus, la eficacia de las m\u00e1scaras y la seguridad de las vacunas pone a las personas en riesgo de muerte prevenible. Sin embargo, a pesar de los peligros de la desinformaci\u00f3n, contin\u00faa proliferando en muchos sitios de redes sociales, y la moderaci\u00f3n y las pol\u00edticas a menudo luchan por mantenerse al d\u00eda.<\/p>\n
Si vamos a tomar alguna medida para abordar esto, algo que no est\u00e1 claro que los servicios de redes sociales est\u00e9n interesados \u200b\u200ben hacer, entonces tenemos que entender por qu\u00e9 compartir informaci\u00f3n err\u00f3nea es tan atractivo para las personas. Un estudio anterior hab\u00eda indicado que a las personas les importa asegurarse de que lo que comparten sea preciso, pero en muchos casos no lo verifican. Un nuevo estudio explica por qu\u00e9 se desarrolla esta desconexi\u00f3n: para muchos usuarios, hacer clic en \u00abcompartir\u00bb se convierte en un h\u00e1bito, algo que persiguen sin pensarlo realmente.<\/p>\n
C\u00f3mo los vicios se convierten en h\u00e1bitos<\/h2>\n Las personas encuentran muchas razones para publicar informaci\u00f3n err\u00f3nea que no tienen nada que ver con creer err\u00f3neamente que la informaci\u00f3n es precisa. La desinformaci\u00f3n podr\u00eda hacer quedar mal a sus oponentes, pol\u00edticos o no. Alternativamente, podr\u00eda indicarles a sus aliados que est\u00e1n del mismo lado o son parte del mismo grupo cultural. Pero los experimentos iniciales descritos aqu\u00ed sugieren que este tipo de intercambio sesgado no explica una cantidad significativa de informaci\u00f3n.<\/p>\n
Los investigadores crearon una entrada de Facebook simulada para un art\u00edculo con un t\u00edtulo y un gr\u00e1fico y se la mostraron a los usuarios, pidi\u00e9ndoles que decidieran si la compartir\u00edan; los art\u00edculos se dividieron equitativamente entre informaci\u00f3n precisa y desinformaci\u00f3n. En general, las historias precisas se compartieron a una tasa mucho m\u00e1s alta (32 por ciento frente a solo el 5 por ciento de los titulares falsos). Pero un subconjunto de sujetos que compartieron la mayor\u00eda de las historias, aquellos con el h\u00e1bito m\u00e1s fuerte de Facebook, compartieron historias falsas y reales en proporciones aproximadamente iguales. Como resultado, solo el 15 por ciento de los participantes fueron responsables de casi el 40 por ciento de las historias falsas que se compartieron.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nPara los investigadores, esto sugiri\u00f3 que compartir informaci\u00f3n err\u00f3nea no es necesariamente indicativo de sesgo; en cambio, es un problema de un subconjunto de usuarios que habitualmente simplemente hacen clic en compartir (y el h\u00e1bito se define como \u00abreflexi\u00f3n limitada, falta de atenci\u00f3n\u00bb). Entonces, el equipo dise\u00f1\u00f3 un experimento para obligar a las personas a reflexionar un poco, pidi\u00e9ndoles a los participantes que calificaran la precisi\u00f3n de un titular antes de decidir si compartirlo (un grupo tom\u00f3 estas decisiones en orden inverso para actuar como control). Esto funcion\u00f3 parcialmente. Los usuarios habituales de Facebook redujeron el intercambio de titulares falsos, pero a\u00fan as\u00ed terminaron compartiendo una cuarta parte del total, y los usuarios menos frecuentes ten\u00edan muchas menos probabilidades de compartir algo falso.<\/p>\n
Luego, los investigadores repitieron el experimento, pero usaron titulares que eran consistentes o opuestos a la afiliaci\u00f3n pol\u00edtica autodescrita por los participantes (todos los titulares eran precisos). Sucedi\u00f3 algo similar, con los participantes no habituales compartiendo titulares pol\u00edticamente aceptables a un ritmo siete veces mayor que los contrarios. Por el contrario, aquellos con un h\u00e1bito de Facebook fueron mucho menos perspicaces, mostrando solo tres veces el sesgo hacia los titulares pol\u00edticamente compatibles. Entonces, nuevamente, incluso con indicaciones, los usuarios habituales fueron mucho menos discriminatorios.<\/p>\n
Cambio de incentivos<\/h2>\n Muchas investigaciones han indicado que la respuesta a compartir algo (me gusta y compartir m\u00e1s) funciona como una recompensa para los usuarios de las redes sociales. Esto alienta a las personas a adoptar el compartir habitual, ya que compartir todo aumenta las probabilidades de experimentar una recompensa. Entonces, los investigadores cambiaron el proceso de recompensa.<\/p>\n
En un per\u00edodo de capacitaci\u00f3n, se asign\u00f3 a los participantes que compartieran titulares precisos o informaci\u00f3n err\u00f3nea a cambio de una recompensa de puntos (usted recibi\u00f3 puntos por compartir lo que se le asign\u00f3). Despu\u00e9s de un extenso entrenamiento, se les dijo a los participantes que compartieran sus historias como prefirieran. Cuando los participantes fueron capacitados para compartir informaci\u00f3n err\u00f3nea, terminaron compartiendo con tanta frecuencia como las historias precisas. Pero cuando se entren\u00f3 a las personas para recompensar la precisi\u00f3n, las historias precisas se compartieron aproximadamente tres veces m\u00e1s que las falsas, a pesar de que ya no hab\u00eda una recompensa por hacerlo.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nEn las preguntas presentadas antes de la capacitaci\u00f3n, los identificados como usuarios habituales ten\u00edan m\u00e1s probabilidades de indicar que su objetivo principal era atraer la atenci\u00f3n de otros usuarios y ten\u00edan menos probabilidades de calificar como importante compartir informaci\u00f3n precisa. As\u00ed que la capacitaci\u00f3n parece haber reordenado significativamente las prioridades, y el efecto dur\u00f3 incluso despu\u00e9s de que ya no hubiera ninguna recompensa por hacerlo bien.<\/p>\n
Entonces, la buena noticia es que muchas personas no parecen comprometidas a compartir informaci\u00f3n err\u00f3nea intencionalmente, incluso cuando es favorable a sus puntos de vista pol\u00edticos. Pero ese es el final de las buenas noticias. Por el lado de las malas noticias, desarrollar un h\u00e1bito en las redes sociales parece impulsar incidentalmente el intercambio de informaci\u00f3n err\u00f3nea, y las empresas de redes sociales tienen un incentivo muy fuerte para crear usuarios habituales. Los investigadores tambi\u00e9n se\u00f1alan que los usuarios pueden autoseleccionarse para seguir principalmente fuentes de noticias pol\u00edticamente sesgadas. Si bien es posible que no est\u00e9n sesgados para compartir una inclinaci\u00f3n ideol\u00f3gica en particular, las fuentes de lo que podr\u00edan compartir pueden estar extremadamente sesgadas.<\/p>\n
En cualquier caso, ser\u00eda trivial para las empresas de redes sociales dar espor\u00e1dicamente a los usuarios alg\u00fan tipo de retroalimentaci\u00f3n positiva por compartir informaci\u00f3n precisa, esencialmente repitiendo la capacitaci\u00f3n del estudio con la frecuencia suficiente para evitar que sus efectos se desvanezcan. La investigaci\u00f3n sugiere que hacerlo en realidad no reduce el uso habitual, sino que cambia las recompensas asociadas. El gran desaf\u00edo es que las empresas de redes sociales no tienen ning\u00fan incentivo para hacerlo.<\/p>\n
PNAS<\/em>2023. DOI: 10.1073\/pnas.2216614120 (Acerca de los DOI).<\/p>\n<\/p><\/div>\n \nSource link-49<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Aurich Lawson | im\u00e1genes falsas Es justo decir que, una vez que comenz\u00f3 la pandemia, compartir informaci\u00f3n err\u00f3nea en las redes sociales adquiri\u00f3 una ventaja adicional potencialmente fatal. La informaci\u00f3n…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":422236,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[21980],"tags":[31451,24377,1967,437,2617,8975,658,8,84,107],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/422235"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=422235"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/422235\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":422237,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/422235\/revisions\/422237"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/422236"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=422235"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=422235"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=422235"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}