\n<\/aside>\n<\/p>\n
Interrumpir los ciclos qu\u00edmicos de la Tierra trae problemas. Pero el di\u00f3xido de carbono que calienta el planeta no es el \u00fanico elemento cuyo ciclo se ha torcido: tambi\u00e9n tenemos un problema con el f\u00f3sforo. Y es grande, porque dependemos de este elemento para hacer crecer los cultivos del mundo. \u201cNo s\u00e9 si ser\u00eda posible tener un mundo completo sin ning\u00fan fertilizante mineral de f\u00f3sforo\u201d, dice Jos\u00e9phine Demay, estudiante de doctorado en INRAE, el Instituto Nacional de Investigaci\u00f3n para la Agricultura, la Alimentaci\u00f3n y el Medio Ambiente de Francia.<\/p>\n
Desde la d\u00e9cada de 1800, los agricultores han sabido que el f\u00f3sforo elemental es un fertilizante fundamental. Las naciones r\u00e1pidamente comenzaron a extraer dep\u00f3sitos de \u00abroca de fosfato\u00bb, minerales ricos en este elemento. A mediados del siglo XX, las empresas hab\u00edan industrializado los procesos qu\u00edmicos para convertirlos en una forma adecuada para potenciar los cultivos, endureci\u00e9ndolos contra las enfermedades y haci\u00e9ndolos capaces de sustentar a m\u00e1s personas y ganado. Ese enfoque funcion\u00f3 notablemente bien: la \u201cRevoluci\u00f3n Verde\u201d posterior a la Segunda Guerra Mundial aliment\u00f3 a innumerables personas gracias a los fertilizantes y pesticidas. Pero a veces hay demasiado de algo bueno.<\/p>\n
<\/figure>\nHemos liberado las reservas de f\u00f3sforo de la Tierra tan r\u00e1pidamente que el elemento ahora contamina los ecosistemas de agua dulce, donde los excesos provocan la proliferaci\u00f3n de algas nocivas, se infiltra en la capa de nieve y disminuye los niveles de ox\u00edgeno disuelto en lagos y r\u00edos. Los estudios sugieren que la humanidad se ha vuelto demasiado dependiente de \u00e9l para alimentar al planeta, y nos estamos quedando sin este recurso no renovable, que proviene de dep\u00f3sitos geol\u00f3gicos que tardan milenios en formarse. Cuando pasa del suelo a las v\u00edas fluviales, esencialmente desaparece para siempre. Un inminente momento de \u00abpico de f\u00f3sforo\u00bb amenaza con aumentar los precios y fomentar la tensi\u00f3n pol\u00edtica si la demanda eclipsa la oferta, ya que la gran mayor\u00eda de las reservas existen solo en un rinc\u00f3n del norte de \u00c1frica.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nEn un art\u00edculo publicado este mes en Nature Geoscience, Demay desglos\u00f3 la cantidad de f\u00f3sforo que usaron 176 pa\u00edses entre los a\u00f1os 1950 y 2017, y estim\u00f3 cu\u00e1nto contribuye el uso de fertilizantes minerales a la fertilidad del suelo en cada naci\u00f3n. Sorprendentemente, la roca de fosfato representa alrededor de 50 por ciento<\/em> de la productividad mundial del suelo. \u201cNunca se ha cuantificado as\u00ed\u201d, dice Demay. Y esos n\u00fameros son importantes, dice, porque \u00abel trabajo realmente destaca la gran brecha que existe entre las diferentes regiones del mundo\u00bb. Los pa\u00edses ricos de Europa Occidental, Am\u00e9rica del Norte y Asia utilizan mucha m\u00e1s roca de fosfato del mundo que \u00c1frica, a pesar de que los suelos africanos son relativamente deficientes en ella. \u201cExiste la necesidad de distribuir de manera m\u00e1s equitativa las primeras reservas de roca restantes\u201d, dice Demay.<\/p>\nJames Elser, ecologista de la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad de Montana que estudia el ciclo global del f\u00f3sforo, qued\u00f3 desconcertado por esa cifra del 50 por ciento. \u201cQue hayamos podido movilizar el f\u00f3sforo de estos antiguos dep\u00f3sitos geol\u00f3gicos y distribuirlo por todo el mundo lo suficiente como para que la mitad del f\u00f3sforo del suelo ahora est\u00e9 compuesto por fertilizante antropog\u00e9nico industrial, es bastante sorprendente\u201d, dice.<\/p>\n
Y si el suministro restante disminuye, los precios subir\u00e1n, lo que exacerbar\u00e1 la brecha de acceso entre pa\u00edses ricos y pobres, dice Dana Cordell, profesora asociada y directora de investigaci\u00f3n de sostenibilidad de sistemas alimentarios en la Universidad de Tecnolog\u00eda de Sydney. En 2008, los precios del fosfato se dispararon un 800 % debido a problemas de oferta y demanda, y nuevamente un 400 % el a\u00f1o pasado, debido a las interrupciones relacionadas con el COVID. El nuevo estudio \u201cmuestra c\u00f3mo nuestro sistema alimentario mundial ahora se ha vuelto muy dependiente de la roca de fosfato no renovable extra\u00edda\u201d, dice ella. \u201cE incluso si hay roca de fosfato en el suelo, podr\u00eda no ser econ\u00f3micamente viable acceder a ella\u201d.<\/p>\n
Los cient\u00edficos han estado se\u00f1alando el ciclo del f\u00f3sforo \u00abroto\u00bb durante m\u00e1s de una d\u00e9cada: la humanidad ha desenterrado enormes cantidades del elemento, que termina en las v\u00edas fluviales en lugar de regresar a las tierras de cultivo.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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