\n
\n Foto: Dimitrios Kambouris\/Getty Images para Marc Jacobs<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nAnoche, en la cavernosa oscuridad de la armer\u00eda de Park Avenue, un solo foco ilumin\u00f3 un solitario atril. Aparte de una larga fila de sillas para el p\u00fablico en el lado derecho, la sala estaba vac\u00eda, en silencio, los tipos de moda que normalmente charlan y se re\u00fanen para los desfiles de Marc Jacobs se acobardan ante los susurros. A Jacobs, quien en los \u00faltimos a\u00f1os ha mostrado lo que quiere cuando quiere (la Semana de la Moda de Nueva York, de la que sol\u00eda ser la atracci\u00f3n principal, no comienza hasta el 10 de febrero), le gusta crear un ambiente y puede contar con reverencia. tranquilo.<\/p>\n
El programa de Jacobs se titul\u00f3 \u00abH\u00e9roes\u00bb y defend\u00eda a un h\u00e9roe por encima de todo: Vivienne Westwood, cuya larga sombra contin\u00faa apareciendo d\u00e9cadas despu\u00e9s de que irrumpiera en escena en la d\u00e9cada de 1970, e incluso despu\u00e9s de su muerte en diciembre. Las notas del programa (todo lo que un espectador ten\u00eda que seguir esta temporada; Jacobs no concedi\u00f3 entrevistas) la citaban: \u00abLa moda mejora la vida, y creo que es algo encantador y generoso que hacer por otras personas\u00bb. Tal vez hubiera sido f\u00e1cil que Jennifer Koh, la violinista que apareci\u00f3 repentinamente en el centro de atenci\u00f3n, se lanzara a \u201cHeroes\u201d, del contempor\u00e1neo de Westwood, David Bowie. En cambio, cuando baj\u00f3 su arco, fue para una interpretaci\u00f3n virtuosa de una composici\u00f3n diferente de mediados de los 70: uno de los \u00abjuegos de rodillas\u00bb o intermezzos, de la \u00f3pera minimalista de Philip Glass. Einstein en la playa<\/em>.<\/p>\n