{"id":445225,"date":"2023-02-06T05:42:37","date_gmt":"2023-02-06T05:42:37","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/serie-el-cura-del-pueblo-me-habla-con-amarga-arrogancia-como-si-supiera-algo-que-yo-no-se-y-nunca-sabre\/"},"modified":"2023-02-06T05:42:39","modified_gmt":"2023-02-06T05:42:39","slug":"serie-el-cura-del-pueblo-me-habla-con-amarga-arrogancia-como-si-supiera-algo-que-yo-no-se-y-nunca-sabre","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/serie-el-cura-del-pueblo-me-habla-con-amarga-arrogancia-como-si-supiera-algo-que-yo-no-se-y-nunca-sabre\/","title":{"rendered":"SERIE – El cura del pueblo me habla con amarga arrogancia, como si supiera algo que yo no s\u00e9 y nunca sabr\u00e9"},"content":{"rendered":"


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Sergei Gerasimov est\u00e1 resistiendo en Kharkiv. En su diario de guerra, el escritor ucraniano relata la horrible y absurda vida cotidiana en una ciudad que todav\u00eda est\u00e1 siendo bombardeada.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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La iglesia ortodoxa de Mala-Komyshevaha cerca de Kharkiv, que fue utilizada por los rusos como hospital militar. enero de 2023. <\/h2>\n

Evgeni Maloletka \/ AP<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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5 de enero de 2023<\/p>\n

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Hoy es la primera vez desde el 24 de febrero que salgo de Kharkiv m\u00e1s all\u00e1 de los l\u00edmites de la ciudad. Estoy cruzando la carretera de circunvalaci\u00f3n en el mismo lugar donde el teniente coronel ruso Yevgeny Zelenov orden\u00f3 a sus soldados que abrieran fuego contra los civiles el primer d\u00eda de la guerra. Ahora hay un puesto de control ucraniano aqu\u00ed, y desde all\u00ed se pueden ver dos m\u00e1s, donde me detienen antes de que el camino desolado y devastador me lleve a una alta cruz de metal que marca el l\u00edmite del pueblo de Tsyrkuny.<\/p>\n

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Durante la ocupaci\u00f3n, solo el diez por ciento de los aldeanos permanecieron en el pueblo. Ahora, siete meses despu\u00e9s de la liberaci\u00f3n de Tsyrkuny, algunos han regresado, pero hasta ahora no he visto ni una sola alma viviente. No hay nada a ambos lados del camino que haya permanecido intacto. Algunas casas est\u00e1n sin techo, otras yacen silenciosas en ruinas.<\/p>\n

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Los bordes de la calle est\u00e1n alineados con sombr\u00edos esqueletos de grandes vallas publicitarias. Rect\u00e1ngulos de metal vac\u00edos y abiertos se elevan sobre mi cabeza, uno tras otro, a algunos les falta uno o dos lados. Los restos del aglomerado del que alguna vez estuvieron hechos se est\u00e1n pudriendo. Parece que alguien le dispar\u00f3 a todas las vallas publicitarias a prop\u00f3sito. Muchos de los postes del tendido el\u00e9ctrico est\u00e1n rotos como si fueran cerillas y no postes de hormig\u00f3n armado.<\/p>\n

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Dejo el coche en una peque\u00f1a plaza frente a una iglesia que no parece muy acogedora. Veo cr\u00e1teres de cohetes a ambos lados de la puerta. Se ven casi sim\u00e9tricos. La pared de ladrillo rojo est\u00e1 muy da\u00f1ada. Cuando me acerco, veo que varios abetos que sol\u00edan crecer en el cementerio han sido cortados. Las explosiones probablemente los da\u00f1aron gravemente. Lo que queda de ellos son mu\u00f1ones pat\u00e9ticos de los que rezuma resina amarilla.<\/p>\n

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La reja de hierro forjado que protege la entrada ha sido destrozada por la metralla. Se ha desprendido un peque\u00f1o trozo. Lo recojo y es mucho m\u00e1s pesado de lo que parece. El hierro del que est\u00e1 hecho es grueso. La metralla tambi\u00e9n da\u00f1\u00f3 la cruz de metal, dejando una hendidura oxidada. Paso mis dedos sobre este hoyo y en ese momento sale el sacerdote.<\/p>\n

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No me gusta a primera vista, no tengo idea de por qu\u00e9. No tiene los ojos de un hombre para hablarle de Dios.<\/p>\n

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De hecho, siempre sabes si puedes hablar con alguien acerca de Dios o no. Puede ser un sacerdote, una enfermera, un maestro, un desempleado o incluso alguien que no tiene hogar. Los miras a los ojos y ves la profundidad en ellos. O fijas los ojos de un hombre y no ves nada, incluso si es un sacerdote y sabe las palabras correctas y puede pronunciarlas en el momento correcto. Es como si la puerta al infinito del alma estuviera tapiada en \u00e9l.<\/p>\n

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El cura me pregunta qu\u00e9 hago aqu\u00ed.<\/p>\n

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\u00abLa metralla da\u00f1\u00f3 la cruz\u00bb, le digo, pero a \u00e9l no le importa la cruz.<\/p>\n

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\u00abLe dispararon a la iglesia\u00bb, digo, mirando los dos cr\u00e1teres sim\u00e9tricos frente a la puerta de la iglesia. \u00ab\u00bfQu\u00e9 tipo de persona tienes que ser para disparar en una iglesia?\u00bb<\/p>\n

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\u00abNo lo hicieron a prop\u00f3sito\u00bb, dice el hombre. \u00abSi lo hacen a prop\u00f3sito, apuntar\u00e1n el ca\u00f1\u00f3n de un tanque directamente hacia ti y luego disparar\u00e1n. Hab\u00eda demasiadas de estas cosas, extendi\u00e9ndose en todas direcciones. Y volaban siempre y en todas partes\u00bb.<\/p>\n

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Me habla con amarga arrogancia, un aire de superioridad moral, como si supiera algo que yo no s\u00e9 y nunca sabr\u00e9. Cuando menciono que los cohetes han golpeado tres veces la casa donde vivo, se descongela.<\/p>\n

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\u00abCientos de personas se escond\u00edan en la iglesia\u00bb, dice, \u00aby ninguno de ellos muri\u00f3. Eso es lo m\u00e1s importante. Nadie muri\u00f3 aqu\u00ed y nadie muri\u00f3 all\u00e1\u00bb, se\u00f1ala en direcci\u00f3n al pueblo. Ya habl\u00e9 de esto con un periodista franc\u00e9s, un buen hombre, y luego con otro periodista. Pero no te hablar\u00e9 de eso. \u00bfSabes por qu\u00e9?\u00bb<\/p>\n

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Yo digo que no.<\/p>\n

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\u201cPorque me rompe el coraz\u00f3n hablar de eso\u201d, dice, y esas son las primeras y \u00faltimas palabras sinceras que escucho de \u00e9l. Veo una grieta en la pared de ladrillos que rodea el infinito de su alma, pero esa grieta repentina se cierra r\u00e1pidamente, demasiado r\u00e1pido.<\/p>\n

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a persona<\/h3>\n
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\"Sergei<\/div>\n

PD<\/span><\/p>\n<\/div>\n

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Sergei Gerasimov – \u00bfQu\u00e9 es la guerra?<\/h2>\n

De los diarios de guerra escritos despu\u00e9s de la invasi\u00f3n rusa de Ucrania el 24 de febrero, los de Sergei Vladimirovich Gerasimov se encuentran entre los m\u00e1s inquietantes y conmovedores. Combinan el poder de observaci\u00f3n y conocimiento de la naturaleza humana, la empat\u00eda y la imaginaci\u00f3n, el sentido del absurdo y la inteligencia inquisitiva. Gerasimov naci\u00f3 en Kharkiv en 1964. Estudi\u00f3 psicolog\u00eda y m\u00e1s tarde escribi\u00f3 un libro de texto de psicolog\u00eda para escuelas y art\u00edculos cient\u00edficos sobre la actividad cognitiva. Sus ambiciones literarias han sido hasta ahora la ciencia ficci\u00f3n y la poes\u00eda. Gerasimov y su esposa viven en el centro de Kharkiv en un apartamento en el tercer piso de un edificio de gran altura. La NZZ public\u00f3 71 \u00abNotas de la guerra\u00bb en la primavera y 69 en el verano. La primera parte ya est\u00e1 disponible como libro en DTV bajo el t\u00edtulo \u00abFeuerpanorama\u00bb. Por supuesto, el autor no se queda sin material. \u2013 Aqu\u00ed est\u00e1 la contribuci\u00f3n 109 de la tercera parte.<\/p>\n<\/div>\n

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Traducido del ingl\u00e9s por Andreas Breitenstein.<\/p>\n

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Serie: \u00abDiario de guerra de Kharkiv\u00bb
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Tras un descanso, el escritor ucraniano Sergei Gerasimov ha continuado con su diario de guerra. Desde el comienzo de los combates, inform\u00f3 sobre los horrores y absurdos de la vida cotidiana en el centro de su ciudad natal de Kharkiv, que a\u00fan est\u00e1 siendo bombardeada.<\/p>\n<\/div><\/div>\n

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