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La provincia de Hatay, en la que se encuentra Antakya, es considerada una regi\u00f3n bastante descuidada por el gobierno turco. <\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
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Como si la destrucci\u00f3n causada por el terremoto no fuera lo suficientemente mala, ahora aumentan los informes de saqueos.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
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Diferentes idiomas, diferentes religiones<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Hatay siempre ha tenido una posici\u00f3n especial en el pa\u00eds. La provincia lleg\u00f3 a la Turqu\u00eda moderna solo en la d\u00e9cada de 1930. Antes de eso, la franja de tierra entre el Mediterr\u00e1neo y la frontera con Siria hab\u00eda sido territorio bajo mandato franc\u00e9s. Durante mucho tiempo, el \u00e1rabe fue el idioma m\u00e1s importante que el turco en la vida cotidiana. En el casco antiguo, adem\u00e1s de las magn\u00edficas mezquitas, tambi\u00e9n hay media docena de iglesias y una sinagoga.<\/p>\n
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El padre Francis es uno de los pocos que a\u00fan quedan en el centro hist\u00f3rico. El sacerdote de la orden de los capuchinos proviene de la India y encabeza la comunidad cat\u00f3lica en Antakya. La comunidad de fe tiene una historia que se remonta a siglos atr\u00e1s, pero es significativamente m\u00e1s peque\u00f1a que la ortodoxa griega, la comunidad cristiana m\u00e1s grande de la ciudad.<\/p>\n
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La Iglesia de San Francisco, una casa de piedra con un amplio patio, un jard\u00edn y varios edificios anexos, se encuentra justo al lado de una mezquita. La sinagoga est\u00e1 a tiro de piedra. Para llegar al padre Francis hay que escalar una monta\u00f1a de escombros. Pero dentro del sitio, el da\u00f1o es menor. S\u00f3lo se derrumb\u00f3 el campanario. Sin embargo, los edificios no se consideran seguros. El sacerdote y su asistente duermen en un sof\u00e1 en el patio.<\/p>\n
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miedo al saqueo<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
\u201cMis superiores quieren que me aleje por ahora. Pero solo hago eso cuando se ha ido el \u00faltimo miembro de la congregaci\u00f3n\u00bb, dice el sacerdote. Tambi\u00e9n teme que saqueen la iglesia si no queda nadie.<\/p>\n
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De hecho, los informes de saqueos van en aumento. Se dice que las joyas incluso se roban a los muertos. La polic\u00eda ha incrementado su presencia, y los militares tambi\u00e9n est\u00e1n en las calles para mantener el orden p\u00fablico. En algunos lugares, sin embargo, grupos de vecinos patrullan y se toman la justicia por su mano.<\/p>\n
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A un sirio lo golpearon porque quer\u00eda robar algo, dice un joven con voz triunfante. Que la situaci\u00f3n de emergencia pueda aumentar las tensiones ya existentes entre la poblaci\u00f3n turca y los refugiados sirios no es un escenario descabellado. Debido a problemas de seguridad, los equipos de rescate de Austria y Alemania suspendieron temporalmente su misi\u00f3n el s\u00e1bado.<\/p>\n
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La entrada a la Iglesia Cat\u00f3lica de Antakya se encuentra detr\u00e1s de una monta\u00f1a de escombros. <\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
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El padre Francisco, sacerdote capuchino, es uno de los pocos que quedan en el centro hist\u00f3rico de Antakya.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
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