Petr Bonek\/Shutterstock<\/a><\/span>\u00bb src=\u00bbhttps:\/\/s.yimg.com\/ny\/api\/res\/1.2\/Zz0jBo0MvHGHFziiXV0evA–\/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTYyNw–\/https:\/\/media.zenfs.com\/en\/the_conversation_464\/7d7891089f709399ca97fe16d08fc6a5″ data-src=\u00bbhttps:\/\/s.yimg.com\/ny\/api\/res\/1.2\/Zz0jBo0MvHGHFziiXV0evA–\/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTYyNw–\/https:\/\/media.zenfs.com\/en\/the_conversation_464\/7d7891089f709399ca97fe16d08fc6a5″\/><\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/figure>\nCuando empiezas a notarlos, los psic\u00f3patas parecen estar en todas partes. Esto es especialmente cierto para las personas en lugares poderosos. Seg\u00fan una estimaci\u00f3n, hasta el 20 % de los l\u00edderes empresariales tienen \u201cniveles cl\u00ednicamente relevantes\u201d de tendencias psic\u00f3patas, a pesar de que tan solo el 1 % de la poblaci\u00f3n general se considera psic\u00f3pata. Los psic\u00f3patas se caracterizan por emociones superficiales, falta de empat\u00eda, inmoralidad, comportamiento antisocial y, lo que es m\u00e1s importante, enga\u00f1o.<\/p>\n
Desde un punto de vista evolutivo, la psicopat\u00eda es desconcertante. Dado que los rasgos psicop\u00e1ticos son tan negativos, \u00bfpor qu\u00e9 se mantienen en generaciones sucesivas? La psicopat\u00eda parece ser, en palabras de los bi\u00f3logos, \u00abdesadaptativa\u00bb o desventajosa. Suponiendo que haya un componente gen\u00e9tico en esta familia de trastornos, esperar\u00edamos que disminuya con el tiempo.<\/p>\n
Pero eso no es lo que vemos, y hay evidencia de que las tendencias son, al menos en algunos contextos, un beneficio evolutivo. Seg\u00fan mi propia investigaci\u00f3n, la raz\u00f3n de esto puede deberse a la capacidad de falsificar cualidades deseables mediante el enga\u00f1o.<\/p>\n
El poder de hacer trampa<\/h2>\n La confianza y la honradez son elementos importantes en la historia de la evoluci\u00f3n social humana. Las personas m\u00e1s exitosas, evolutivamente hablando, son las que se consideran dignas de confianza o fiables.<\/p>\n
La confianza fomenta a\u00fan m\u00e1s la cooperaci\u00f3n, lo que nos ha ayudado a desarrollar herramientas, construir ciudades y expandirnos por todo el mundo, incluso en los entornos m\u00e1s inh\u00f3spitos. Ninguna otra especie ha logrado esto, lo que hace de la cooperaci\u00f3n humana una maravilla del mundo natural.<\/p>\n
Sin embargo, una vez que nuestros grupos culturales se volvieron demasiado grandes para conocer a todos individualmente, necesit\u00e1bamos encontrar formas de asegurarnos de que las personas que conoc\u00edamos cooperaran. Es m\u00e1s f\u00e1cil confiar en un padre o hermano cuando cazas en la naturaleza que confiar en un extra\u00f1o; el extra\u00f1o podr\u00eda atacarte o negarse a compartir carne contigo.<\/p>\n
Cooperar con un extra\u00f1o requiere confianza: tiene que convencerte de que no te har\u00e1 da\u00f1o. Pero, por supuesto, podr\u00edan enga\u00f1arte fingiendo ser dignos de confianza y luego matarte o robarte la carne.<\/p>\n
La historia contin\u00faa<\/button><\/p>\nLos tramposos que logren esto tendr\u00e1n una ventaja: tendr\u00e1n m\u00e1s comida y probablemente otras personas desprevenidas los consideren buenos cazadores. As\u00ed que hacer trampa plante\u00f3 un problema para los no tramposos.<\/p>\n
Por lo tanto, se cree que los grupos culturales desarrollaron herramientas poderosas, como el castigo, para disuadir las trampas en las sociedades cooperativas. Los psic\u00f3logos evolutivos tambi\u00e9n argumentan que las personas desarrollaron lo que se llama una capacidad de detecci\u00f3n de tramposos para saber cu\u00e1ndo es probable que alguien sea un tramposo. Esto puso a los tramposos en desventaja, especialmente en grupos donde el castigo era estricto.<\/p>\n
Este enfoque se bas\u00f3 en la capacidad de confiar en los dem\u00e1s cuando es seguro hacerlo. Algunas personas argumentan que la confianza es solo una especie de atajo cognitivo: en lugar de tomar decisiones lentas y deliberadas sobre si alguien es digno de confianza, buscamos algunas se\u00f1ales, probablemente inconscientemente, y decidimos.<\/p>\n
Hacemos esto todos los d\u00edas. Cuando pasamos por un restaurante y decidimos pasar a almorzar, elegimos si confiamos en que las personas que lo dirigen vendan lo que anuncian, si su negocio es higi\u00e9nico y si el costo de una comida es justo. La confianza es parte de la vida diaria, en todos los niveles.<\/p>\n
Sin embargo, esto nos presenta un problema. Como sugiero en mi investigaci\u00f3n, cuanto m\u00e1s compleja es la sociedad, m\u00e1s f\u00e1cil es para las personas fingir una propensi\u00f3n a la cooperaci\u00f3n, ya sea cobrando demasiado en una tienda o dirigiendo \u00e9ticamente una empresa multinacional de redes sociales. Y hacer trampa mientras se evita el castigo sigue siendo, evolutivamente hablando, la mejor estrategia que una persona puede tener.<\/p>\n\n