\n
El volc\u00e1n Nyiragongo est\u00e1 justo al lado de la ciudad de Goma, en el este del Congo. Estall\u00f3 en mayo de 2021. Hasta el d\u00eda de hoy, la poblaci\u00f3n est\u00e1 luchando con las consecuencias.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n
<\/p>\n\n <\/div>
\n
Janine Kandege, de 33 a\u00f1os (izquierda), y Kaindu Kitsongo, de 45 a\u00f1os (derecha), recolectan peque\u00f1os trozos de lava que luego rompen y venden como guijarros en el mercado.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
<\/p>\n
Selemani Mumbere se dirig\u00eda a su casa el 22 de mayo de 2021 cuando su hija Janine lo llam\u00f3. Hab\u00eda p\u00e1nico en su voz. \u00ab\u00a1Pap\u00e1, papi, r\u00e1pido, r\u00e1pido! \u00a1Se escap\u00f3!\u00bb, grit\u00f3. La maestra de primaria supo de inmediato a qu\u00e9 se refer\u00eda: \u00ab\u00c9l\u00bb, ese era el Nyiragongo.<\/p>\n
<\/p>\n
El estratovolc\u00e1n de 3469 metros de altura se encuentra a solo unos kil\u00f3metros detr\u00e1s de la ciudad de Goma, en el este del Congo. Es parte de una cadena de ocho volcanes en el Valle del Rift de \u00c1frica Oriental, una zona de extensi\u00f3n tect\u00f3nicamente activa. Nyiragongo es considerado uno de los volcanes m\u00e1s peligrosos de \u00c1frica. Su lago de lava es actualmente el m\u00e1s grande del mundo y sigue aumentando. Cuando alcanza cierto nivel, puede ocurrir una erupci\u00f3n. Cuando fluye hacia abajo, la lava incandescente alcanza una velocidad de hasta cien kil\u00f3metros por hora debido a la baja presi\u00f3n y al alto contenido de ox\u00edgeno.<\/p>\n
<\/p>\n
Aquel d\u00eda de mayo de hace casi dos a\u00f1os, la gente de Goma tuvo poco tiempo para ponerse a salvo.<\/p>\n
<\/p>\n
El invitado no deseado<\/strong><\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Mumbere describe al Nyiragongo como un \u00abpariente indeseable\u00bb: \u00abPuedes ignorarlo y despreciarlo, pero a\u00fan aparece en tus celebraciones familiares de vez en cuando: la monta\u00f1a est\u00e1 unida a nosotros por toda la eternidad\u00bb. El hombre de 58 a\u00f1os se encuentra en un paisaje desolado, gris negruzco, de roca volc\u00e1nica. Su casa sol\u00eda estar aqu\u00ed antes, como la mayor\u00eda de los edificios en Buhene, un suburbio de Goma, fue tragado por el cilindro de lava.<\/p>\n
<\/p>\n
Despu\u00e9s de la primera advertencia, la familia tuvo solo treinta minutos para huir, recuerda Mumbere. \u00abPor todas partes vi casas en llamas\u00bb. Seg\u00fan el gobierno congole\u00f1o, alrededor de 5.000 casas fueron destruidas por la lava el primer d\u00eda y m\u00e1s de 30 personas murieron. Si la lava hubiera penetrado hasta el centro de la ciudad, como tem\u00edan algunos expertos, habr\u00eda sido significativamente mayor. <\/p>\n
<\/p>\n
Hasta el d\u00eda de hoy, Mumbere est\u00e1 furioso porque no hubo advertencia de las autoridades. Eso le habr\u00eda permitido salvar al menos parte de sus pertenencias. \u00abNo hab\u00eda nada que pudi\u00e9ramos hacer\u00bb, dijo. \u00abSolo se nos permit\u00eda mirar\u00bb.<\/p>\n
<\/p>\n\n <\/div>
\n
El maestro Mumbere Selemani frente al andamio de su nuevo hogar.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
<\/p>\n
Los sistemas de alerta temprana de erupciones volc\u00e1nicas siempre son propensos a errores. A menudo, sin embargo, una erupci\u00f3n se anuncia sola, con terremotos, a trav\u00e9s del ascenso de gases volc\u00e1nicos o el llenado de c\u00e1maras de magma subterr\u00e1neas. Este tambi\u00e9n fue el caso de las dos erupciones anteriores de Nyiragongo en 1977 y 2002, cuando se registraron fuertes terremotos antes de la erupci\u00f3n. <\/p>\n
<\/p>\n
Antes de la erupci\u00f3n de mayo de 2021 era diferente: los aparatos de medici\u00f3n que se hab\u00edan instalado en los a\u00f1os anteriores con apoyo internacional no registraban nada raro. Hasta 40 minutos antes de la erupci\u00f3n, no hubo ninguna advertencia. <\/p>\n
<\/p>\n
Sin s\u00edntomas t\u00edpicos<\/strong><\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Un equipo de investigaci\u00f3n internacional del Centro Europeo de Geodin\u00e1mica y Sismolog\u00eda en Luxemburgo confirm\u00f3 en un estudio el a\u00f1o pasado que no hab\u00eda evidencia de una erupci\u00f3n. Peque\u00f1os terremotos y un aumento de las llamadas ondas de infrasonido solo se registraron diez minutos antes de la erupci\u00f3n. Por lo tanto, los investigadores sugirieron que los futuros dispositivos s\u00edsmicos deber\u00edan adaptarse mejor a las peculiaridades de los respectivos volcanes.<\/p>\n
<\/p>\n
Es una sugerencia a la que Adalbert Muhindo est\u00e1 muy abierto. Es el director del Observatorio Volc\u00e1nico de Goma (GVO), que monitorea las actividades de Nyiragongo y opera un sistema de alerta temprana. El dinero ha estado escaso durante mucho tiempo, dice. A veces no hay suficiente combustible para las excursiones, las computadoras est\u00e1n desactualizadas y las m\u00e1scaras que se supone que protegen a su equipo de los gases en el borde del cr\u00e1ter a menudo son defectuosas. \u00abNecesitamos fondos adicionales para cubrir los costos operativos y comprar nuevos equipos\u00bb, dice Muhindo.<\/p>\n
<\/p>\n
Sin embargo, hasta ahora, la apelaci\u00f3n de Muhindo no ha tenido \u00e9xito. Ni el gobierno congole\u00f1o ni las organizaciones donantes internacionales han aumentado significativamente su contribuci\u00f3n al observatorio desde el brote. <\/p>\n
<\/p>\n
Zapatos derretidos<\/strong><\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Cuando Mumbere regres\u00f3 a su pa\u00eds unos d\u00edas despu\u00e9s de la erupci\u00f3n, llor\u00f3. \u00abNo quedaba nada. Solo vi piedras\u201d, dice al recordarlo. En los primeros d\u00edas, el campo de lava a\u00fan estaba caliente y el hedor a azufre era abrumador. Pero Mumbere quer\u00eda comenzar a reconstruir r\u00e1pidamente. \u00abTuve que comprar sandalias nuevas tres veces porque la suela se hab\u00eda derretido\u00bb. Tambi\u00e9n sufri\u00f3 fuertes dolores de cabeza y erupciones en la piel durante estos d\u00edas, probablemente debido al persistente olor a azufre.<\/p>\n
<\/p>\n
El primer obst\u00e1culo a superar en la reconstrucci\u00f3n fue la distribuci\u00f3n de la tierra. El distrito se reuni\u00f3 y decidi\u00f3 juntos c\u00f3mo se distribuir\u00eda la tierra entre los antiguos propietarios. Hoy, cuatro piedras pintadas de blanco delimitan la tierra de Mumbere.<\/p>\n
<\/p>\n
Mumbere estima que reconstruir su casa costar\u00e1 alrededor de $10,000. Eso es mucho dinero dado el salario de su maestro de poco menos de $300 al mes.<\/p>\n
<\/p>\n\n <\/div>
\n
Selemani espera que su familia pueda regresar del campo de refugiados en tres meses.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
<\/p>\n\n <\/div>
\n
Los carpinteros ayudan con la reconstrucci\u00f3n en el distrito de Buhene en Goma, en el este del Congo.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
<\/p>\n
Los retornados no son apoyados por el gobierno. Este no quiere que los antiguos residentes regresen a la zona de peligro. \u201cEste es mi hogar, mi propio pa\u00eds, el pa\u00eds de mi padre. No quiero alejarme\u00bb, dice Mumbere. \u00c9l cree que su nueva casa estar\u00e1 lista para mudarse en tres meses. \u00abY luego espero que el conocido desagradable no regrese en mi vida\u00bb.<\/p>\n
<\/p>\n