{"id":474810,"date":"2023-02-21T17:07:12","date_gmt":"2023-02-21T17:07:12","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/la-vida-del-escultor-cesar-baldaccini-el-hombre-detras-de-los-cesar\/"},"modified":"2023-02-21T17:07:14","modified_gmt":"2023-02-21T17:07:14","slug":"la-vida-del-escultor-cesar-baldaccini-el-hombre-detras-de-los-cesar","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/la-vida-del-escultor-cesar-baldaccini-el-hombre-detras-de-los-cesar\/","title":{"rendered":"La vida del escultor C\u00e9sar Baldaccini, el hombre detr\u00e1s de los C\u00e9sar"},"content":{"rendered":"


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JC Piot, editado por Alexis Patri
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Estamos el 3 de abril de 1976, en el Palais des Congr\u00e8s de Par\u00eds. Frente a todo el gratinado del cine franc\u00e9s, el m\u00e1s grande actor franc\u00e9s Jean Gabin abre la primera edici\u00f3n de una ceremonia que celebrar\u00e1 su 48 cumplea\u00f1os el viernes por la noche: la ceremonia del cesar<\/a>. De o\u00eddo, es obvio, el C\u00e9sar es una clara alusi\u00f3n a su mayor estadounidense, los Oscar, pero no solo. Desde su nacimiento, el premio, que se ha convertido en el m\u00e1s prestigioso del cine franc\u00e9s, lleva el nombre del c\u00e9lebre escultor que lo cre\u00f3 a petici\u00f3n de Georges Cravennes, el iniciador de la velada: C\u00e9sar Baldaccini.<\/p>\n

Pero esa noche, cuando Romy Schneider, Philippe Noiret o Jean Rochefort se adelantan para recibir los primeros C\u00e9sar de la historia del cine, el trofeo no se parece al que conocemos hoy. Es bastante banal, casi sabia, representando una silueta masculina rodeada por un rollo de pel\u00edcula. Con este trofeo, C\u00e9sar no est\u00e1 en su primer intento. Lleva m\u00e1s de 30 a\u00f1os esculpiendo sus obras, aunque su larga trayectoria como artista comenz\u00f3 lejos de las veladas parisinas.<\/p>\n

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C\u00e9sar Baldaccini, un hijo de la Belle de Mai<\/h2>\n

C\u00e9sar Baldaccini naci\u00f3 en 1921 en una de las zonas m\u00e1s populares de Marsella, la Belle de Mai. Es entonces el distrito de la Manufactura des Tabacs. Tambi\u00e9n es una parte de Marsella donde se habla mucho italiano, lengua materna de buena parte de los habitantes. Los padres de C\u00e9sar est\u00e1n entre ellos: viniendo de la Toscana, se instalaron all\u00ed para trabajar duro, primero en la fabricaci\u00f3n de barriles, luego abriendo un caf\u00e9.<\/p>\n

C\u00e9sar es un ni\u00f1o curioso pero so\u00f1ador que est\u00e1 bastante aburrido en la escuela. Lo suyo es el dibujo y el bricolaje. Todo lo que tiene a mano acaba convirti\u00e9ndose en otra cosa, como esas latas de hojalata con las que juguetea con los carritos m\u00e1s o menos destartalados de su hermanito.<\/p>\n

Pero tiene talento y se nota. Tanto es as\u00ed que su madre acab\u00f3 matricul\u00e1ndolo en las clases nocturnas del Beaux-arts de Marseille donde disfrutaba disparando a toda m\u00e1quina. Madera, piedra, barro o yeso, da igual. \u00a1Todo lo que amasa, todo lo que trabaja, todo lo que se retuerce y toma forma bajo sus manos, lo fascina!<\/p>\n

Estall\u00f3 la guerra, con ella la Ocupaci\u00f3n y, en 1943, cuando Alemania invad\u00eda la zona sur, C\u00e9sar tuvo que cambiar bruscamente sus h\u00e1bitos para escapar del Servicio de Trabajo Obligatorio, el STO, una pesadilla para muchos j\u00f3venes franceses que no ten\u00edan ni la m\u00e1s m\u00ednima intenci\u00f3n de ir a trabajar a las f\u00e1bricas alemanas. <\/p>\n

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\u00c9xito mundial despu\u00e9s de la guerra.<\/h2>\n

Como otros, C\u00e9sar se fue de Marsella con la esperanza de que le perdi\u00e9semos el rastro. Aqu\u00ed est\u00e1 a los 22 a\u00f1os, en Par\u00eds, donde se vuelve metalero. Primero, porque estuvo marcado por la obra del espa\u00f1ol Pablo Gargallo, quien lo convirti\u00f3 en una especialidad. Pero tambi\u00e9n porque el metal es uno de los materiales raros que se encuentran en casi todas partes, en una \u00e9poca en la que C\u00e9sar no ten\u00eda ni un centavo en el bolsillo. Bajo su soplete, las varillas de hierro y las piezas met\u00e1licas retorcidas, que recupera de chatarreros o vertederos, cambian de aspecto. El juego de fuego y la alquimia del artista los convierten en extra\u00f1as criaturas, un extra\u00f1o e inquietante bestiario, con sus caparazones curtidos, sus alas retorcidas, sus afilados anzuelos.<\/p>\n

En 1954, su fant\u00e1stico e inquietante murci\u00e9lago, con sus alas \u00e1speras y agujereadas, marc\u00f3 los \u00e1nimos. Su carrera se lanza. Sus obras se pueden encontrar en lugares y citas de prestigio, el Salon de Mai, la galer\u00eda Rive Droite, la Bienal de Venecia, Bruselas, la Hanover Gallery de Londres… All\u00ed donde expone, vende a coleccionistas, museos e instituciones. Todos quieren su C\u00e9sar. Los precios est\u00e1n por las nubes y las portadas de las revistas se multiplican.<\/p>\n

Pero las dudas siguen ah\u00ed. Detr\u00e1s de la gran barba, la soltura y el buen talante de C\u00e9sar, hay algunas grietas y un miedo sigiloso: el de dar vueltas. Necesita una nueva idea, un nuevo patio de recreo: ser\u00e1 el dep\u00f3sito de chatarra de autom\u00f3viles frente al cual pasa por casualidad, o casi, cerca de Gennevilliers.<\/p>\n

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Un pulgar, un pecho, un C\u00e9sar<\/h2>\n

C\u00e9sar se deja llevar por el poder de una prensa que compacta restos de coches en unos instantes. En un abrir y cerrar de ojos, se transforman en cubos de metal de colores, comprimidos por el poder de la m\u00e1quina. Es una revelaci\u00f3n: C\u00e9sar empieza a comprimir todo lo que se le cruza por delante y, \u00e9l tambi\u00e9n, \u00a1los coches! Incluso en perfecto estado, como el de una figura del mundo de las artes y el mecenazgo, Marie-Laure de Noailles. Y no cualquiera de sus coches: el Zim, este lujoso coche construido durante la era Jruschov para competir con el Cadillac.<\/p>\n

La publicidad es enorme, el esc\u00e1ndalo tambi\u00e9n cuando expone, en 1960, una compresi\u00f3n de tres coches. Tres toneladas que reviven el viejo debate sobre qu\u00e9 es arte y qu\u00e9 no. C\u00e9sar finge no importarle y sigue explorando nuevos deseos y nuevos materiales. L\u00f3gicamente opuesto a las compresiones, sus expansiones funcionan seg\u00fan el principio opuesto y lo ocupan durante buena parte de las d\u00e9cadas de 1960 y 1970. Aunque el escultor siempre se permite eludir.<\/p>\n

Su enorme Pulgar, una copia al carb\u00f3n suya, es un ejemplo famoso. C\u00e9sar primero extrae de \u00e9l una moldura de pl\u00e1stico rojo de 45 cent\u00edmetros, antes de hacer enormes bronces, de m\u00e1s de seis metros para el que termin\u00f3 su recorrido en una rotonda en Marsella, despu\u00e9s de haber sido expuesto al mundo entero, especialmente en Corea del Sur a principios de D\u00e9cada de 1990. El pulgar que los transe\u00fantes encuentran todos los d\u00edas en el barrio de La D\u00e9fense culmina a 12 metros. <\/p>\n

Y como le fascina jugar con las proporciones, a veces C\u00e9sar le pone un poco de picard\u00eda. Como cuando se divierte modelando el pecho derecho de una bailarina de Crazy Horse, Victoria Von Krupp. De \u00e9l extrae una de sus esculturas m\u00e1s famosas: un pecho de dos metros y medio de largo que luego declina en todos los tama\u00f1os y todos los materiales, desde la resina al bronce pasando por el pl\u00e1stico y el poli\u00e9ster. Pero, por m\u00e1s bello que sea, el pecho de Madame Krupp no \u200b\u200bmarca tanto los \u00e1nimos como otra escultura que se ha vuelto legendaria: el C\u00e9sar. <\/p>\n

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Un primer C\u00e9sar que decepciona a su audiencia<\/h2>\n

El primer trofeo poco tiene que ver con el que conocemos hoy. Y algunos, tanto entre los primeros ganadores como entre el p\u00fablico, no dudan en decirlo. \u00a1Tienen la sensaci\u00f3n de que C\u00e9sar no se estruj\u00f3 mucho los sesos! Y es cierto que esper\u00e1bamos algo m\u00e1s original, m\u00e1s sorprendente de un escultor tan atrevido. No se sentir\u00e1n decepcionados.<\/p>\n

Quiz\u00e1 picado, C\u00e9sar vuelve al trabajo. Al a\u00f1o siguiente, para la segunda Nuit des C\u00e9sar celebrada en 1977 en la Salle Pleyel, \u00a1la recompensa fue completamente diferente! El C\u00e9sar esta vez tiene la forma que ha conservado siempre, la de un lingote de oro fruto de una de las famosas compresiones del artista, que recuper\u00f3 las partes met\u00e1licas, los adornos y los tiradores de una antigua c\u00f3moda para hacer el primer molde, el molde original, que ha sido adaptado cada a\u00f1o desde entonces.<\/p>\n

Obviamente, el trofeo tiene sus detractores y algunas malas lenguas se apresuran inmediatamente a describirlo como un le\u00f1o dorado de Navidad. Pero esta vez, sus cr\u00edticos se pierden en el vac\u00edo: C\u00e9sar ha hecho C\u00e9sar. Esta vez, con una escultura inigualable, muy alejada de los Oscar americanos y m\u00e1s cercana al Art Nouveau. Desde 1977, el famoso lingote no se ha movido. Cada a\u00f1o, todos los ganadores reciben una versi\u00f3n estrictamente id\u00e9ntica de un trofeo que no es de oro, como a\u00fan se cree a veces, pero que pesa su peso: 3,6 kilos de todos modos.<\/p>\n

La escultura mide 29 cent\u00edmetros de alto, la base es invariablemente del mismo tama\u00f1o, 8 por 8 cent\u00edmetros de metal cuidadosamente pulido, luego patinado, para evitar el reflejo de los focos. Solo una cosa puede distinguir dos trofeos entre s\u00ed, un peque\u00f1o detalle que var\u00eda en el \u00faltimo momento: detr\u00e1s de escena, un grabador est\u00e1 listo para inscribir el nombre de cada nuevo ganador a medida que avanza la ceremonia. La secuela pertenece a las actrices, actores, cineastas y todos los profesionales del cine, que se llevan felices, un pedacito de la carrera de un inmenso escultor.<\/p>\n

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Bibliograf\u00eda<\/h2>\n