{"id":475097,"date":"2023-02-21T20:00:26","date_gmt":"2023-02-21T20:00:26","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-mito-de-la-personalidad-psicopatica-que-se-niega-a-morir\/"},"modified":"2023-02-21T20:00:31","modified_gmt":"2023-02-21T20:00:31","slug":"el-mito-de-la-personalidad-psicopatica-que-se-niega-a-morir","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-mito-de-la-personalidad-psicopatica-que-se-niega-a-morir\/","title":{"rendered":"El mito de la personalidad psicop\u00e1tica que se niega a morir"},"content":{"rendered":"


\n<\/p>\n

\n

Los fil\u00f3sofos han luchado<\/span> con la naturaleza del mal durante miles de a\u00f1os, pero en estos d\u00edas, la inmoralidad puede sentirse como un problema resuelto. Tomemos el caso de Bryan Kohberger, el principal sospechoso de un cu\u00e1druple homicidio cerca de la Universidad de Idaho, cuyo arresto encendi\u00f3 la especulaci\u00f3n desenfrenada de los medios sobre la psique de un asesino, como si el diagn\u00f3stico adecuado de su trastorno de personalidad pudiera mitigar el da\u00f1o ya causado. Su \u00abmirada psic\u00f3pata\u00bb fue noticia en los tabloides del Reino Unido, mientras que Los New York Times<\/em> diseccion\u00f3 los sentimientos autodescritos de Kohberger de falta de remordimiento cuando era adolescente. Dr. Drew<\/em> trajo a un ex agente del FBI para hablar sobre Kohberger en el contexto de la \u00abtr\u00edada oscura\u00bb: narcisismo, psicopat\u00eda y maquiavelismo. <\/p>\n

Es comprensible que los estadounidenses quieran ayuda para dar sentido a las muertes sin sentido que pueblan las portadas de los peri\u00f3dicos locales y constituyen el extenso cat\u00e1logo de cr\u00edmenes reales de Netflix. Pero los intentos de caracterizar el mal siguen siendo cient\u00edficamente dudosos, dicen el crimin\u00f3logo Jarkko Jalava y la psic\u00f3loga Stephanie Griffiths, coautores de El mito del criminal nato<\/em>. Cuando se trata de delincuencia, los psic\u00f3logos con frecuencia \u00abse vuelven muy descuidados\u00bb, dice Jalava, y agrega: \u00abestamos funcionando en este nivel folcl\u00f3rico\u00bb.<\/p>\n

El autor de los asesinatos de la Universidad de Idaho debe ser condenado, pero meterse en la mente de un asesino es m\u00e1s f\u00e1cil decirlo que hacerlo. La predicci\u00f3n y la prevenci\u00f3n, el supuesto objetivo final de la elaboraci\u00f3n de perfiles criminales, es a\u00fan m\u00e1s dif\u00edcil. Y la proliferaci\u00f3n de t\u00e9rminos casi cient\u00edficos para idiotas, imb\u00e9ciles e incluso asesinos tiene consecuencias de largo alcance. <\/p>\n

La medicalizaci\u00f3n de<\/span> el mal, es decir, el diagn\u00f3stico y el tratamiento de enfermedades como la \u00ablocura moral\u00bb y la \u00abpsicosis criminal\u00bb dirigidos por m\u00e9dicos, se remonta a principios del siglo XIX. Donde los cl\u00e9rigos una vez trazaron la l\u00ednea entre el bien y el mal, los psiquiatras comenzaron a tomar bajo su cuidado a personas que se involucraban en actos impulsivos, contraproducentes o no cristianos. <\/p>\n

Al principio, estos perfiladores de m\u00e9dicos y criminales explicaron las manzanas podridas a trav\u00e9s de teor\u00edas como el atavismo. Los defensores cre\u00edan que, con el tiempo, la mala crianza condujo a la degeneraci\u00f3n del acervo gen\u00e9tico y la concentraci\u00f3n de la pobreza, la delincuencia y otros rasgos indeseables en ciertos grupos \u00e9tnicos o clases sociales. Si bien la teor\u00eda de la degeneraci\u00f3n fue reemplazada lentamente por una noci\u00f3n sorprendentemente similar de \u00abpsicopat\u00eda\u00bb (literalmente \u00abenfermedad del alma\u00bb), muchas de las preocupaciones segu\u00edan siendo las mismas: desviados que mostraban falta de remordimiento o culpa, exhibieron promiscuidad sexual y desarrollaron una larga hoja de antecedentes penales, tal vez desde una edad temprana.<\/p>\n

Nuevas variaciones sobre este tema aparecen todo el tiempo. La \u00abtr\u00edada oscura\u00bb, acu\u00f1ada en 2002 por los psic\u00f3logos canadienses Delroy Paulhaus y Kevin Williams, tiene como objetivo describir \u00abpersonalidades ofensivas pero no patol\u00f3gicas\u00bb, incluidos directores ejecutivos, pol\u00edticos y malos novios. Tambi\u00e9n hay etiquetas como trastorno de personalidad antisocial, un diagn\u00f3stico que se da a individuos con conductas impulsivas, agresivas y delictivas severas; en otras palabras, un giro aprobado por el DSM en el viejo est\u00e1ndar \u00abpsicop\u00e1tico\u00bb.<\/p>\n

A primera vista, estos intentos de categorizaci\u00f3n parecen tener una tendencia positiva. Por un lado, los investigadores est\u00e1n separando lentamente las malas acciones obvias de los da\u00f1os m\u00e1s involuntarios de las enfermedades mentales. Del mismo modo, es un alivio poder usar la tr\u00edada oscura para reconocer cu\u00e1n com\u00fan es realmente el ego\u00edsmo. <\/p>\n

Pero la sombra de la degeneraci\u00f3n a\u00fan se cierne sobre ellos. Adem\u00e1s de medicalizar a\u00fan m\u00e1s el discurso cotidiano (\u00abidiotas\u00bb, se\u00f1alan Jalava y Griffiths, se han convertido en \u00abpsic\u00f3patas\u00bb, con todo el bagaje que conlleva), estos modelos defienden la dudosa creencia de que todo ser humano tiene una personalidad inmutable, y que esas personalidades pueden clasificarse f\u00e1cilmente como bueno o malo. En realidad, investigaciones recientes muestran que muchas personas cambian y, en algunos casos, cambian dr\u00e1sticamente a lo largo de su vida. Al mismo tiempo, muchos investigadores siguen siendo cr\u00edticos con la caracterizaci\u00f3n hist\u00f3rica de los trastornos de la personalidad, en parte porque es estigmatizante y puede ofuscar el trauma, y \u200b\u200baun as\u00ed no conduce a indicaciones claras para el tratamiento.<\/p>\n<\/div>\n


\n
Source link-46<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Los fil\u00f3sofos han luchado con la naturaleza del mal durante miles de a\u00f1os, pero en estos d\u00edas, la inmoralidad puede sentirse como un problema resuelto. Tomemos el caso de Bryan…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":475098,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[21981],"tags":[13032,8064,5537,8734,78876],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/475097"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=475097"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/475097\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":475099,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/475097\/revisions\/475099"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/475098"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=475097"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=475097"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=475097"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}