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\n Foto-Ilustraci\u00f3n: por The Cut; Fotos: Getty Images, cortes\u00eda de Dior, cortes\u00eda de Saint Laurent<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nDurante muchos a\u00f1os, Yves Saint Laurent mostr\u00f3 sus colecciones de alta costura en el Grand Ballroom del Hotel Intercontinental. Era una tradici\u00f3n: la pasarela m\u00e1s bien corta (no era una sala tan grande) y una masa de flores en el fondo enmarcando a las modelos que sal\u00edan del vestidor y comenzaban su andar de altura. Y en sus \u00faltimos a\u00f1os, cuando quiz\u00e1s ten\u00eda menos que decir, Saint Laurent abri\u00f3 con el traje de hombros afilados que era reconocible en todo el mundo. Mostr\u00f3 uno tras otro, a menudo con blusas con lazos en el cuello, otra firma, a pesar de que todos los hab\u00edan visto antes.<\/p>\n
El martes por la noche, Anthony Vaccarello repiti\u00f3 la escena. Fue una extra\u00f1a sensaci\u00f3n subir las escaleras de la carpa monol\u00edtica de la compa\u00f1\u00eda Saint Laurent, una estructura negra de cuatro o cinco pisos de altura cerca del Trocadero, y entrar en un tiempo de hace m\u00e1s de 20 a\u00f1os. Por supuesto, la pista de Vaccarello fue mucho m\u00e1s larga; eso es s\u00f3lo una necesidad contempor\u00e1nea. Y los hombros de sus chaquetas eran m\u00e1s anchos, los mo\u00f1os casi salvajes. Pero copi\u00f3 los candelabros de cristal del sal\u00f3n de baile, el patr\u00f3n de la alfombra para la pasarela de la casa de alta costura original en Avenue Marceau y el sentido de repetici\u00f3n sin prisas de la leyenda.<\/p>\n