{"id":497724,"date":"2023-03-05T23:26:27","date_gmt":"2023-03-05T23:26:27","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/hitting-the-books-ai-esta-haciendo-que-la-gente-piense-mas-rapido-no-mas-inteligente\/"},"modified":"2023-03-05T23:26:29","modified_gmt":"2023-03-05T23:26:29","slug":"hitting-the-books-ai-esta-haciendo-que-la-gente-piense-mas-rapido-no-mas-inteligente","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/hitting-the-books-ai-esta-haciendo-que-la-gente-piense-mas-rapido-no-mas-inteligente\/","title":{"rendered":"Hitting the Books: AI est\u00e1 haciendo que la gente piense m\u00e1s r\u00e1pido, no m\u00e1s inteligente"},"content":{"rendered":"


\n<\/p>\n

\n

T<\/span>Aqu\u00ed hay demasiado Internet y nuestros intentos de mantenernos al d\u00eda con el ritmo vertiginoso de, bueno, todo en estos d\u00edas, nos est\u00e1 rompiendo el cerebro. Analizar a trav\u00e9s de la avalancha de informaci\u00f3n inundada levantada por sistemas algor\u00edtmicos construidos para maximizar el compromiso nos ha entrenado como perros pavlovianos babeantes para confiar en juicios instant\u00e1neos y sentimientos viscerales en nuestra toma de decisiones y formaci\u00f3n de opiniones en lugar de la deliberaci\u00f3n y la introspecci\u00f3n. Lo cual est\u00e1 bien cuando est\u00e1s decidiendo entre comida italiana e india para la cena o est\u00e1s dudando en un nuevo color de pintura para el pasillo, pero no cuando estamos aqu\u00ed basando nuestras elecciones de vida existenciales en malditas cosas. vibras<\/em>. <\/em><\/p>\n

En su \u00faltimo libro, YO, HUMANO: IA, automatizaci\u00f3n y la b\u00fasqueda para recuperar lo que nos hace \u00fanicos<\/em>,<\/em> Tom\u00e1s Chamorro-Premuzic, profesor de psicolog\u00eda empresarial y director de innovaci\u00f3n de ManpowerGroup, explora las innumerables formas en que los sistemas de IA ahora gobiernan nuestras vidas e interacciones diarias. Desde encontrar el amor hasta encontrar un empleo remunerado y averiguar el puntaje del juego de ayer, AI ha simplificado el proceso de recopilaci\u00f3n de informaci\u00f3n. Pero, como argumenta Chamorro-Premuzic en el extracto a continuaci\u00f3n, esa revoluci\u00f3n de la informaci\u00f3n est\u00e1 cambiando activamente nuestro comportamiento, y no siempre para mejor. <\/p>\n

<\/p>\n

\n

Prensa de Harvard Business Review<\/p>\n<\/figure>\n

Reimpreso con permiso de Harvard Business Review Press. Extra\u00eddo de YO, HUMANO: IA, automatizaci\u00f3n y la b\u00fasqueda para recuperar lo que nos hace \u00fanicos<\/em> por Tom\u00e1s Chamorro-Premuzic. <\/em>Derechos de autor 2023 Tom\u00e1s Chamorro-Premuzic.<\/em> Reservados todos los derechos.<\/p>\n\n

Nuestro cerebro en velocidad<\/h3>\n

Si la era de la IA requiere que nuestros cerebros est\u00e9n siempre alertas a cambios menores y reaccionen r\u00e1pidamente, optimizando la velocidad en lugar de la precisi\u00f3n y el funcionamiento en lo que los economistas conductuales han denominado el modo Sistema 1 (toma de decisiones impulsiva, intuitiva, autom\u00e1tica e inconsciente), entonces no deber\u00eda sorprendernos que nos estemos convirtiendo en una versi\u00f3n menos paciente de nosotros mismos.<\/p>\n

Por supuesto, a veces es \u00f3ptimo reaccionar r\u00e1pidamente o confiar en nuestras agallas. El problema real surge cuando la insensatez r\u00e1pida es nuestro principal modo de toma de decisiones. Nos hace cometer errores y perjudica nuestra capacidad para detectarlos. La mayor\u00eda de las veces, las decisiones r\u00e1pidas nacen de la ignorancia.<\/p>\n

La intuici\u00f3n puede ser excelente, pero debe ganarse con esfuerzo. Los expertos, por ejemplo, pueden pensar r\u00e1pidamente porque han invertido miles de horas en aprender y practicar: su intuici\u00f3n se ha convertido en datos. Solo entonces pueden actuar r\u00e1pidamente de acuerdo con su experiencia internalizada y su experiencia basada en evidencia. Por desgracia, la mayor\u00eda de las personas no son expertos, aunque a menudo piensan que lo son. La mayor\u00eda de nosotros, especialmente cuando interactuamos con otros en Twitter, actuamos con la rapidez, la asertividad y la convicci\u00f3n de un experto, ofreciendo una amplia gama de opiniones sobre epidemiolog\u00eda y crisis globales, sin la sustancia del conocimiento que las sustenta. Y gracias a la IA, que garantiza que nuestros mensajes se entreguen a una audiencia m\u00e1s propensa a creerlo, nuestros delirios de experiencia pueden verse reforzados por nuestra burbuja de filtro personal. Tenemos una interesante tendencia a encontrar personas m\u00e1s abiertas, racionales y sensatas cuando piensan como nosotros. Nuestra impulsividad digital e impaciencia general perjudican nuestra capacidad de crecer intelectualmente, desarrollar experiencia y adquirir conocimientos.<\/p>\n

Considere la poca perseverancia y meticulosidad con la que consumimos informaci\u00f3n real. Y yo dije consumir <\/em>en lugar de inspeccionar, analizar o examinar. Un estudio acad\u00e9mico estim\u00f3 que el 10 % de los principales rumores digitales (muchos de ellos noticias falsas) representan hasta el 36 % de los retuits, y que este efecto se explica mejor en t\u00e9rminos de la llamada c\u00e1mara de eco, en la que los retuits se basan en clickbait que coincide con las opiniones, creencias e ideolog\u00eda del retuiter, hasta el punto de que cualquier discrepancia entre esas creencias y el contenido real del art\u00edculo subyacente puede pasar desapercibida. La paciencia significar\u00eda dedicar tiempo a determinar si algo es una noticia real o falsa, o si hay razones serias para creer en el punto de vista de alguien, especialmente cuando estamos de acuerdo con \u00e9l. No es la ausencia de algoritmos de verificaci\u00f3n de hechos durante los debates presidenciales lo que nos disuade de votar por pol\u00edticos incompetentes o deshonestos, sino nuestra intuici\u00f3n. Dos factores predicen principalmente si alguien ganar\u00e1 una candidatura presidencial en los Estados Unidos: la altura del candidato y si nos gustar\u00eda tomar una cerveza con \u00e9l.<\/p>\n

Si bien las plataformas de Internet basadas en IA son un tipo de tecnolog\u00eda relativamente reciente, su impacto en el comportamiento humano es consistente con la evidencia previa sobre el impacto de otras formas de medios masivos, como la televisi\u00f3n o los videojuegos, que muestran una tendencia a alimentar enfermedades similares al TDAH. s\u00edntomas, como impulsividad, d\u00e9ficit de atenci\u00f3n e hiperactividad inquieta. A medida que el mundo aumenta en complejidad y se ampl\u00eda el acceso al conocimiento, evitamos reducir la velocidad para hacer una pausa, pensar y reflexionar, y nos comportamos como aut\u00f3matas sin mente. Las investigaciones indican que la recopilaci\u00f3n r\u00e1pida de informaci\u00f3n en l\u00ednea, por ejemplo, mediante la b\u00fasqueda instant\u00e1nea en Google de preguntas urgentes, perjudica la adquisici\u00f3n de conocimientos a largo plazo, as\u00ed como la capacidad de recordar de d\u00f3nde provienen nuestros hechos e informaci\u00f3n.<\/p>\n

Desafortunadamente, no es tan f\u00e1cil luchar contra nuestro comportamiento impulsivo o controlar nuestra impaciencia. El cerebro es un \u00f3rgano altamente maleable, con la capacidad de entrelazarse con los objetos y herramientas que utiliza. Algunas de estas adaptaciones pueden parecer patol\u00f3gicas en ciertos contextos o culturas, pero son herramientas de supervivencia esenciales en otros: la impaciencia inquieta y la impulsividad acelerada no son una excepci\u00f3n.<\/p>\n

Aunque tenemos el poder de dar forma a nuestros h\u00e1bitos y patrones predeterminados de comportamiento para ajustarnos a nuestro h\u00e1bitat, si se premia el ritmo en lugar de la paciencia, nuestra impulsividad ser\u00e1 recompensada m\u00e1s que nuestra paciencia. Y si alguna adaptaci\u00f3n es demasiado <\/em>recompensada, se convierte en una fuerza mercantilizada y sobreexplotada, haci\u00e9ndonos m\u00e1s r\u00edgidos, menos flexibles y esclavos de nuestros propios h\u00e1bitos, as\u00ed como menos capaces de mostrar el tipo de comportamiento inverso. La desventaja de nuestra naturaleza adaptativa es que r\u00e1pidamente nos convertimos en una versi\u00f3n exagerada de nosotros mismos: nos amoldamos a los mismos objetos de nuestra experiencia, amplificando los patrones que aseguran el ajuste. Cuando ese es el caso, entonces nuestros comportamientos se vuelven m\u00e1s dif\u00edciles de mover o cambiar.<\/p>\n

Cuando regres\u00e9 por primera vez a mi ciudad natal en Argentina despu\u00e9s de haber pasado un a\u00f1o completo en Londres, mis amigos de la infancia se preguntaban por qu\u00e9 mi ritmo era tan innecesariamente acelerado: \u00ab\u00bfPor qu\u00e9 tienes tanta prisa?\u00bb Quince a\u00f1os despu\u00e9s, experiment\u00e9 la misma desconexi\u00f3n en la velocidad al regresar a Londres desde la ciudad de Nueva York, donde el ritmo es significativamente m\u00e1s r\u00e1pido. Sin embargo, la mayor\u00eda de los neoyorquinos parecen lentos en comparaci\u00f3n con los est\u00e1ndares relativos de Hong Kong, un lugar donde el bot\u00f3n para cerrar las puertas del ascensor (dos flechas que miran hacia adentro una frente a la otra) suele estar desgastado, y las puertas autom\u00e1ticas de los taxis se abren y cierran mientras los taxis siguen movi\u00e9ndose. Posp\u00f3n, y realmente perder\u00e1s.<\/p>\n

Puede haber ventajas limitadas para aumentar nuestra paciencia cuando el mundo se mueve cada vez m\u00e1s r\u00e1pido. El nivel adecuado de paciencia es siempre el que se alinea con las demandas ambientales y se adapta mejor a los problemas que necesita resolver. La paciencia no siempre es una virtud. Si est\u00e1 esperando m\u00e1s de lo debido, entonces est\u00e1 perdiendo el tiempo. Cuando la paciencia engendra complacencia o una falsa sensaci\u00f3n de optimismo, o cuando alimenta la inacci\u00f3n y la pasividad, entonces puede que no sea el estado mental m\u00e1s deseable y m\u00e1s una responsabilidad de car\u00e1cter que un m\u00fasculo mental. De manera similar, es f\u00e1cil pensar en problemas de la vida real que surgen de tener demasiada paciencia o, si se prefiere, se beneficiar\u00eda de un poco de impaciencia: por ejemplo, pedir un ascenso suele ser una forma m\u00e1s r\u00e1pida de obtener que esperar pacientemente por uno; abstenerse de darle a alguien (por ejemplo, una cita, un colega, un cliente o un empleador anterior) una segunda oportunidad puede ayudarlo a evitar decepciones predecibles; y esperar pacientemente un correo electr\u00f3nico importante que nunca llega puede da\u00f1ar su capacidad para tomar mejores decisiones alternativas. En resumen, un sentido estrat\u00e9gico de urgencia, que es el reverso de la paciencia, puede ser bastante ventajoso.<\/p>\n

Tambi\u00e9n hay muchos momentos en los que la paciencia, y su facilitador psicol\u00f3gico m\u00e1s profundo del autocontrol, puede ser una adaptaci\u00f3n indispensable. Si la era de la IA parece desinteresada en nuestra capacidad de esperar y retrasar la gratificaci\u00f3n, y la paciencia se convierte en una virtud perdida, corremos el riesgo de convertirnos en una versi\u00f3n m\u00e1s estrecha y superficial de nosotros mismos.<\/p>\n<\/div>\n

Todos los productos recomendados por Engadget son seleccionados por nuestro equipo editorial, independiente de nuestra empresa matriz. Algunas de nuestras historias incluyen enlaces de afiliados. Si compra algo a trav\u00e9s de uno de estos enlaces, podemos ganar una comisi\u00f3n de afiliado. Todos los precios son correctos en el momento de la publicaci\u00f3n.<\/em><\/p>\n


\n
Source link-47<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

TAqu\u00ed hay demasiado Internet y nuestros intentos de mantenernos al d\u00eda con el ritmo vertiginoso de, bueno, todo en estos d\u00edas, nos est\u00e1 rompiendo el cerebro. Analizar a trav\u00e9s de…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":497725,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[21981],"tags":[17233,148,2231,569,27699,1944,84,40744,1879],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/497724"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=497724"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/497724\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":497726,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/497724\/revisions\/497726"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/497725"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=497724"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=497724"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=497724"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}