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Algunos, como Francia y Espa\u00f1a, piden desde el oto\u00f1o de 2021 una reforma profunda del mercado el\u00e9ctrico, para permitir que los hogares y las empresas se beneficien de los costes de producci\u00f3n relativamente bajos que pueden ofrecer la energ\u00eda nuclear o las renovables. Otros, en primera l\u00ednea de los cuales Alemania, m\u00e1s dependiente del gas, abog\u00f3 por la mayor cautela, argumentando que es peligroso tocar mecanismos de mercado bien establecidos y que la prioridad debe seguir siendo la seguridad del suministro, frente a la cuesti\u00f3n de los precios.<\/p>\n Durante mucho tiempo, la Comisi\u00f3n Europea prefiri\u00f3 no hacer nada, eligiendo, de hecho, el campo de los conservadores. Pero el alza de los precios de la energ\u00eda y el regreso de la inflaci\u00f3n en el Viejo Continente, con los riesgos asociados de ira social, han movido el cursor. Sobre todo porque los europeos tambi\u00e9n buscaban una respuesta a la Ley de Reducci\u00f3n de la Inflaci\u00f3n estadounidense, que proporciona 369 mil millones de d\u00f3lares (344 mil millones de euros) en subsidios para la industria verde, incluida una gran dotaci\u00f3n para la energ\u00eda.<\/p>\n La propuesta de reforma del mercado el\u00e9ctrico presentada finalmente por el ejecutivo comunitario el martes 14 de marzo est\u00e1 lejos del big bang que Par\u00eds y Madrid reclaman desde hace tiempo. Pero les da importantes garant\u00edas, ya que, m\u00e1s all\u00e1 de las renovables, fomenta la inversi\u00f3n en energ\u00eda nuclear, incluso en las centrales existentes, y perfila un marco institucional en el que los Estados miembros pueden recurrir, en caso de crisis, a tarifas reguladas para hogares y peque\u00f1as y medianas empresas (PYMES).<\/p>\n A corto plazo, no es seguro que este proyecto de reforma reduzca significativamente la factura de la luz. La propuesta de la Comisi\u00f3n perpet\u00faa la forma en que se fijan diariamente los precios del megavatio-hora y que, como hemos visto, no ha protegido a los consumidores de una inflaci\u00f3n galopante. Por otro lado, les salv\u00f3 de interrupciones en el suministro cuando Rusia decidi\u00f3 cortar el grifo del gas a los europeos.<\/p>\n En este contexto, la gran mayor\u00eda de los Veintisiete deseaba mantener el funcionamiento de \u00bb corto plazo \u00ab<\/em> del mercado que, al estar altamente interconectado, permite responder a los picos de demanda a escala continental sin interrumpir la oferta. Hoy en d\u00eda, es la \u00faltima central el\u00e9ctrica llamada a cubrir el consumo, la mayor\u00eda de las veces una central el\u00e9ctrica a gas, la que determina el precio de la electricidad. Desde este punto de vista, Emmanuel Macron, que hab\u00eda pedido \u00abdesacoplamiento\u00bb<\/em>argumentando que los franceses deber\u00edan poder aprovechar el costo relativamente bajo de la energ\u00eda nuclear producida en su pa\u00eds, no tuvo \u00e9xito.<\/p>\nFijaci\u00f3n de precios de la energ\u00eda descarbonizada<\/h2>\n