{"id":522591,"date":"2023-03-18T03:25:10","date_gmt":"2023-03-18T03:25:10","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-periodista-cientifico-que-no-creia-en-el-equilibrio-trabajo-vida\/"},"modified":"2023-03-18T03:25:13","modified_gmt":"2023-03-18T03:25:13","slug":"un-periodista-cientifico-que-no-creia-en-el-equilibrio-trabajo-vida","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-periodista-cientifico-que-no-creia-en-el-equilibrio-trabajo-vida\/","title":{"rendered":"Un periodista cient\u00edfico que no cre\u00eda en el equilibrio trabajo-vida"},"content":{"rendered":"


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Lucien Trueb, el editor de \u00abInvestigaci\u00f3n y Tecnolog\u00eda\u00bb de NZZ desde hace mucho tiempo, muri\u00f3 a la edad de 88 a\u00f1os.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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Editor cient\u00edfico Lucien Trueb en 2000. <\/h2>\n

Lynn Hilton\/Shutterstock<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Medio siglo de reportajes sobre ciencia y tecnolog\u00eda: esa es otra forma de describir el obituario de Lucien Trueb. Para Trueb, nacido el 28 de junio de 1934, criado en Hauterive, Neuch\u00e2tel, perfectamente biling\u00fce y con una amplia formaci\u00f3n, nada le gustaba m\u00e1s que investigar y escribir sobre el conocimiento cient\u00edfico, principalmente las ciencias naturales y exactas. No pod\u00eda entender que los colegas quisieran irse de vacaciones, \u00a1una completa p\u00e9rdida de tiempo!<\/p>\n

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Estaba interesado en todo, desde la tecnolog\u00eda hasta la medicina, desde la astronom\u00eda hasta los seres vivos m\u00e1s peque\u00f1os. Escrib\u00eda dondequiera que estuviera, incluso si viajaba por el mundo al mismo tiempo y le gustaba pasar los inviernos en climas m\u00e1s c\u00e1lidos. Todo esto lo hizo durante un cuarto de siglo como editor del suplemento \u201cResearch and Technology\u201d de la NZZ, cuya responsabilidad sol\u00eda compartir con un colega, y con Herbert Cerutti durante m\u00e1s de 14 a\u00f1os. En algunas fases llen\u00f3 el suplemento, que le report\u00f3 buen dinero al peri\u00f3dico durante d\u00e9cadas, pero tambi\u00e9n \u00e9l solo.<\/p>\n

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Trueb hizo su doctorado en electroqu\u00edmica en la ETH Zurich en 1960 y luego investig\u00f3 en los Estados Unidos para el departamento de explosivos de DuPont y m\u00e1s tarde en la Universidad de Denver. Desde all\u00ed, ocasionalmente inform\u00f3 sobre su campo; por ejemplo, en 1971, cuatro p\u00e1ginas de peri\u00f3dico sobre un congreso de microscop\u00eda electr\u00f3nica. Un a\u00f1o despu\u00e9s, la NZZ lo contrat\u00f3 para suceder a Helmut Jauslin. El arquitecto Jauslin hab\u00eda estado elaborando el suplemento \u00abTecnolog\u00eda\u00bb durante 35 a\u00f1os para permitir que los expertos con su creciente especializaci\u00f3n se mantuvieran actualizados tambi\u00e9n en otras \u00e1reas; as\u00ed es como se leen textos de expertos en particular. Poco despu\u00e9s de que Trueb asumiera el cargo, \u00abTecnolog\u00eda\u00bb se fusion\u00f3 con el suplemento \u00abInvestigaci\u00f3n\u00bb. Este \u00faltimo hab\u00eda sido lanzado cuatro a\u00f1os antes bajo la direcci\u00f3n de Kurt Meyer. \u00abtr.\u00bb eran ahora responsables de \u00abinvestigaci\u00f3n y tecnolog\u00eda\u00bb. por t\u00e9cnica y \u00abyer\u00bb. para investigaci\u00f3n.<\/p>\n

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Lucien Trueb fue un creador incre\u00edblemente r\u00e1pido e incansable con una memoria fenomenal. En total, probablemente haya m\u00e1s de 5.000 textos que escribi\u00f3 para el \u00abNeue Z\u00fcrcher Zeitung\u00bb, algunos con abreviaturas cr\u00edpticas que ning\u00fan sistema de archivo puede descifrar. No en vano se describi\u00f3 a s\u00ed mismo en su autobiograf\u00eda no solo como un estadounidense nost\u00e1lgico (ahora tambi\u00e9n era ciudadano estadounidense con un excelente ingl\u00e9s como tercer idioma), sino tambi\u00e9n como ateo y adicto al trabajo, todo, incluido su estilo de vida saludable. se bas\u00f3 en consideraciones cient\u00edficas, con las que tambi\u00e9n trat\u00f3 de convencer a quienes lo rodeaban.<\/p>\n

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Por eso no sorprende su reacci\u00f3n cuando, en un viaje de prensa en 1983, un Concorde perd\u00eda repentinamente altura y velocidad tras un fuerte estruendo: su colega Piero Sch\u00e4fer -como cuenta en su retrospectiva \u00abFalkenschloss\u00bb- pregunt\u00f3 a Trueb, que iba sentado detr\u00e1s \u00e9l, lo que eso significaba, lo que levant\u00f3 la vista brevemente de su trabajo y dijo: \u00abNo te preocupes, el Concorde es el \u00fanico avi\u00f3n de pasajeros que tambi\u00e9n puede navegar sin motor, y bastante lejos\u00bb. La m\u00e1quina regres\u00f3 al aeropuerto John F Kennedy con solo tres motores restantes, donde aterriz\u00f3 bajo la m\u00e1xima seguridad.<\/p>\n

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\u00abtr.\u00bb, quien recibi\u00f3 un doctorado honorario de la Universidad de Berna en 1992, tambi\u00e9n estaba interesado en los relojes, especialmente en los relojes de cuarzo, lo que no solo es evidente en las inserciones especiales de NZZ: escribi\u00f3 informes de viaje para el peri\u00f3dico y escribi\u00f3 libros. sobre numerosos temas que van desde bater\u00edas hasta elementos qu\u00edmicos, oro y miner\u00eda hasta frutas, nueces o materiales vegetales; tambi\u00e9n tradujo vol\u00famenes enteros y public\u00f3 algunos.<\/p>\n

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En 1996 Trueb renunci\u00f3 a la NZZ; entre 2006 y 2020 escribi\u00f3 regularmente sobre descubrimientos y logros t\u00e9cnicos para el suplemento \u00abNZZ Executive\u00bb en ese momento. Escribi\u00f3 art\u00edculos para \u00abNaturwissenschaften Rundschau\u00bb y desde el cambio de milenio dirigi\u00f3 el departamento editorial de la revista especializada en relojes, joyas y piedras preciosas, \u00abGold’Or\u00bb. Permaneci\u00f3 en la revista incluso despu\u00e9s de que se ampli\u00f3 de cuatro a diez n\u00fameros al a\u00f1o hasta su muerte. Incluso cuando las cosas se pusieron cada vez m\u00e1s dif\u00edciles por su salud, sigui\u00f3 entregando sus textos hasta los \u00faltimos d\u00edas. \u2013 Lucien F. Trueb muri\u00f3 en su casa el 28 de enero.<\/p>\n

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