{"id":551048,"date":"2023-04-02T10:02:59","date_gmt":"2023-04-02T10:02:59","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/todos-se-tambalean-solos-la-novela-sobre-la-gripe-de-alexei-salnikov-petrov-tiene-fiebre-es-una-alegoria-informal-e-ingeniosa-de-la-desorientada-sociedad-rusa\/"},"modified":"2023-04-02T10:03:03","modified_gmt":"2023-04-02T10:03:03","slug":"todos-se-tambalean-solos-la-novela-sobre-la-gripe-de-alexei-salnikov-petrov-tiene-fiebre-es-una-alegoria-informal-e-ingeniosa-de-la-desorientada-sociedad-rusa","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/todos-se-tambalean-solos-la-novela-sobre-la-gripe-de-alexei-salnikov-petrov-tiene-fiebre-es-una-alegoria-informal-e-ingeniosa-de-la-desorientada-sociedad-rusa\/","title":{"rendered":"Todos se tambalean solos: la novela sobre la gripe de Alexei Salnikov \u00abPetrov tiene fiebre\u00bb es una alegor\u00eda informal e ingeniosa de la desorientada sociedad rusa."},"content":{"rendered":"


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A mediados de los a\u00f1os noventa, todo Sverdlovsk estaba en fiebre, pero de ninguna manera se qued\u00f3 quieto. La gripe apenas impide que nadie deambule como siempre por la ciudad. Alexei Salnikow ha escrito una novela turbulenta y morbosa sobre la Rusia normal y anormal.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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El escritor ruso Alexei Salnikow pint\u00f3 un cuadro de la sociedad rusa con su novela Fiebre y caus\u00f3 sensaci\u00f3n.<\/h2>\n

Markus Wissmann \/ Imago<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Petrov traga lo que puede conseguir: Aspirina, Analgin, Paracetamol, Antigrippin, Selonka, Corvalol, Valocordin, Clonidin y mucho m\u00e1s, y lo acompa\u00f1a con t\u00e9 y vodka. Despu\u00e9s de todo, Alexei Salnikov, para usar el nombre gen\u00e9rico innovador, escribi\u00f3 una \u00abnovela sobre la gripe\u00bb. En \u201cPetrov tiene fiebre\u201d todo Sverdlovsk, situado en los Urales, delira a mediados de los noventa, pero no se queda quieto. La gripe apenas impide que nadie deambule por la ciudad, oh qu\u00e9: por la vida, como siempre. Ni siquiera un cad\u00e1ver se queda en el coche de la funeraria, simplemente desaparece.<\/p>\n

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Ya de ni\u00f1o, Petrov ten\u00eda la sensaci\u00f3n de que hab\u00eda perdido la memoria y con ella toda la estabilidad. Incluso el recuerdo de la noche al comienzo de la novela, cuando \u00e9l y su conocido Igor en un coche f\u00fanebre, sobre un ata\u00fad, beben un vodka tras otro detr\u00e1s de la servilleta antes de ir a ver a un conocido lejano en las afueras de la ciudad, se desdibuja para hacer lo mismo all\u00ed.<\/p>\n

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Es, como Petrov describe su estado normal, como si \u00able insertaran un portaobjetos en la cabeza y lo sacaran de nuevo\u00bb. Por eso, el febril mec\u00e1nico de coches mantiene los ojos, los o\u00eddos y la nariz lo m\u00e1s abiertos posible en sus paseos y viajes por la ciudad rusa, que pierde sus contornos en la nieve y el hielo. Eso tambi\u00e9n es necesario. No s\u00f3lo se pierden cad\u00e1veres, la vida cotidiana sorprende una y otra vez. Las rutinas amadas han desaparecido.<\/p>\n

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Momentos alegres<\/span><\/h2>\n

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Esta colisi\u00f3n continua de una actitud esforzadamente estoica ante la vida y la incalculable realidad postsovi\u00e9tica brinda al lector momentos alegres. Con una atenci\u00f3n a la vida cotidiana que recuerda a los escritores pop, Salnikow representa un cosmos de lo tradicional y lo nuevo, ya sean acciones, bienes o rituales como el \u00abdesodorante est\u00e1ndar\u00bb que las mujeres dan a sus maridos el 23 de febrero de cada a\u00f1o.<\/p>\n

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La facilidad con la que Igor puede motivar a su conocido Petrov para que tome una copa abundante en medio del d\u00eda es probablemente un legado del socialismo, al igual que la asombrosa erudici\u00f3n de todos los personajes. Conversan sobre Vladimir Nabokov y Bret Easton Ellis, \u00abHarry Potter\u00bb y los libros infantiles sovi\u00e9ticos tan f\u00e1cilmente como lo hacen sobre el clima.<\/p>\n

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La c\u00e9lebre frase de Ch\u00e9jov sobre el arma en el escenario es tan conocida que puede reformularse f\u00e1cilmente, dadas las circunstancias: si el h\u00e9roe se traga una pastilla al comienzo de una obra, debe tener efecto al final. La literatura nunca ha sido m\u00e1s consoladora para quienes padecen gripe, y el hecho de que indiscriminadamente tomen innumerables tabletas, por supuesto, no es un argumento en contra de este consuelo.<\/p>\n

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Petrov, el fatalista, escapista y cazador del momento, del que se le escapan inmediatamente todas las presas, no est\u00e1 solo, sino divorciado. Por supuesto, esto no cambi\u00f3 significativamente su relaci\u00f3n con Petrova y Petrov Jr. La visi\u00f3n del mundo de Petrowa no es diferente a la de su esposo. Pero los dos cap\u00edtulos en los que el narrador de Salnikov no est\u00e1 cerca de \u00e9l sino del bibliotecario tienen un tono diferente.<\/p>\n

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Lujuria real por el asesinato<\/span><\/h2>\n

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Petrowa carece de la mezcla de laconismo y descuido, ingenio y devoci\u00f3n de Petrov, que recuerda a la novela de culto empapada en alcohol de Venedikt Erofeev \u00abEl viaje a Petushki\u00bb. A cambio, la mujer a veces es atacada de la nada por una verdadera lujuria por el asesinato. Est\u00e1n destinados a hombres, pero cuando tuvo una \u00abposibilidad [mangelt]matar a alguien\u201d, pone la mano en el cuello de su hijo y le aprieta el cuello \u201ccon dos dedos, por as\u00ed decirlo, en broma\u201d.<\/p>\n

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Mucho es posible con una fiebre de 38,5 grados. El objeto real, el marido violento de una colega de trabajo, sufre entonces el destino sangriento que se le ha destinado, lo que satisface profundamente a la desinteresada Petrova. Con su esposa, Alexei Salnikov muestra cu\u00e1n abismal es la vida del esposo, que a primera vista parece tan alegremente tambaleante.<\/p>\n

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Tambi\u00e9n se puede escuchar algo abismal de Igor. Se presenta como el dios Hades y agradece a Petrov por salvarle la vida, de la que no sabe nada. Todos se tambalean por s\u00ed mismos. Ni siquiera las esposas creen a sus maridos, ciertamente no que bebieron vodka en el coche f\u00fanebre y luego el muerto resucit\u00f3 y desapareci\u00f3.<\/p>\n

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El mundo de otro mundo, as\u00ed como el pasado y la casi locura de Petrova, est\u00e1n presentes de una manera inquietantemente evidente en una novela que, a primera vista, parece representar nada m\u00e1s que la vida cotidiana rusa. La novela sobre la gripe, publicada en Rusia en 2016 y filmada por Kirill Serebrennikov en 2021, es una alegor\u00eda casualmente art\u00edstica de una sociedad atomizada y desorientada.<\/p>\n

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Alexei Salnikow, nacido en 1978 e inicialmente emergiendo como poeta, ha llamado la atenci\u00f3n con \u00e9l. Esto tambi\u00e9n es de desear en la traducci\u00f3n de Bettina Kaibach, que permite un parlando audaz que se desliza al borde de la embriaguez para pasar sin esfuerzo a contar chistes, discursos de odio y fantas\u00edas de escapismo.<\/p>\n

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El libro termina con las celebraciones de A\u00f1o Nuevo y un cortocircuito entre el presente y la tradici\u00f3n, la realidad y los cuentos de hadas: la mano caliente de Petrov Junior agarra la mano fr\u00eda de la Doncella de Nieve. Un final conciliador al retrato de un pa\u00eds en fiebre.<\/p>\n

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Alexei Salnikov: Petrov tiene fiebre. Traducido del ruso por Bettina Kaibach. Suhrkamp-Verlag, Berl\u00edn 2022. 368 p\u00e1ginas, CHF 36,90.<\/p>\n

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