todo<\/em> reinos<\/p>\nDejemos esto claro desde el principio: Smil es el autor favorito de Bill Gates. Ha escrito 40 libros, todos ellos sobre alguna combinaci\u00f3n de energ\u00eda, China o la combinaci\u00f3n de alimentos, agricultura y ecolog\u00eda. Su libro m\u00e1s reciente, Invenci\u00f3n e innovaci\u00f3n: una breve historia de exageraciones y fracasos<\/em>, es algo as\u00ed como una salida, aunque toca todos estos. Principalmente, es una historia de promesa frustrada.<\/p>\nSmil es muy intencional sobre los tipos de fracasos que destaca. No le interesan las vergonzosas fallas de dise\u00f1o (el Titanic, Betamax, Google Glass) o los efectos secundarios indeseables de los inventos que todos todav\u00eda usan a pesar de ellos (medicamentos recetados, autom\u00f3viles, pl\u00e1stico). M\u00e1s bien, se enfoca en las categor\u00edas elegidas para demostrar los l\u00edmites de la innovaci\u00f3n. Aunque se ha logrado un progreso asombrosamente r\u00e1pido en los campos de la electr\u00f3nica y la computaci\u00f3n en los \u00faltimos 50 a\u00f1os, no significa que estemos en una edad de oro sin precedentes de crecimiento disruptivo y transformador en cada<\/em> campo.<\/p>\nDiferentes formas en que los inventos podr\u00edan, y lo hicieron, ir hacia el sur<\/h2>\n Primero, Smil habla de promesas socavadas por desventajas enormes pero imprevistas, o completamente previstas pero minimizadas e ignoradas. A continuaci\u00f3n, describe promesas que no se materializaron como se esperaba y publicitaba. Luego vienen las promesas cuyo cumplimiento a\u00fan estamos esperando. Y, por \u00faltimo, se burla de las promesas actualmente exageradas pero rid\u00edculamente inviables (y de quienes las hacen). Esta \u00faltima parte es el quid; \u00e9l espera que aprendamos de toda la historia que relata para evaluar estas afirmaciones para que no nos dejemos enga\u00f1ar por ellas. Eligi\u00f3 tres ejemplos de cada categor\u00eda, pero se\u00f1ala que hay muchos otros que podr\u00eda haber usado en su lugar.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nEl primer grupo son inventos que tuvieron un gran \u00e9xito hasta que fracasaron: gas con plomo, DDT y clorofluorocarbonos. Smil describe los importantes problemas tecnol\u00f3gicos y sociales que se desarrollaron para resolver y traza sus ascensos y luego eventuales retiros a medida que los riesgos en los que incurrieron se conocieron d\u00e9cadas despu\u00e9s de su introducci\u00f3n. El da\u00f1o de los aditivos de plomo en el gas es una excepci\u00f3n, ya que se sab\u00eda desde el principio: se sabe que el plomo es una neurotoxina desde la antigua Grecia. Pero GM descart\u00f3 esas preocupaciones porque (a) el plomo era muy efectivo para permitir que los motores funcionaran de manera m\u00e1s eficiente con combustible de menor calidad y porque (b) pod\u00edan controlar su producci\u00f3n.<\/p>\n
Los ejemplos que da como invenciones que tuvieron \u00e9xito, pero no tanto como se supon\u00eda, son las aeronaves, la fisi\u00f3n nuclear y el vuelo supers\u00f3nico. Los tres estaban destinados a dominar sus respectivos nichos de mercado, y todos fracasaron. Las aeronaves, o m\u00e1quinas voladoras m\u00e1s ligeras que el aire, como las llama Smil, se han convertido en nada m\u00e1s que una manera f\u00e1cil de saber si el libro de ficci\u00f3n que est\u00e1s leyendo es steampunk o no. (Si hay un dirigible en la portada, entonces s\u00ed, s\u00ed lo es). La fisi\u00f3n nuclear se ha implementado comercialmente y genera electricidad, pero \u201csu participaci\u00f3n actual en el mercado mundial sigue estando muy por debajo de lo que se esperaba de esta t\u00e9cnica compleja a principios fases de su adopci\u00f3n entusiasta: \u00a1nada m\u00e1s que la dominaci\u00f3n total a fines del siglo XX!\u201d Y los aviones supers\u00f3nicos son demasiado ruidosos.<\/p>\n
Las innovaciones que pueden cambiar el mundo y que a\u00fan no han llegado son los viajes en un (casi) vac\u00edo, a menudo (pero err\u00f3neamente, se\u00f1ala Smil) denominados viajes hiperbucle, cereales fijadores de nitr\u00f3geno y fusi\u00f3n nuclear. Estos han sido prometidos y prometidos y prometidos, pero siempre parecen estar a solo cinco a\u00f1os de distancia.<\/p>\n
\u201cSabemos lo que deber\u00edamos haber hecho y deber\u00edamos estar haciendo\u201d<\/h2>\n Parte de la amargura y la frustraci\u00f3n de Smil aparecen como sarcasmos en el cap\u00edtulo final, que se llama \u00abTecnooptimismo, exageraciones y expectativas realistas\u00bb, pero que podr\u00eda llamarse \u00abPor qu\u00e9 la Ley de Moore es lo peor que le pudo haber pasado a nuestro sentido de la vida\u00bb. Perspectiva.\u00bb Aqu\u00ed es donde Smil escribe cosas como \u201clos reconocimientos de la realidad y la voluntad de aprender, incluso modestamente, de los fracasos pasados \u200b\u200by la experiencia de advertencia parecen encontrar cada vez menos aceptaci\u00f3n en las sociedades modernas\u201d y \u201cpreguntas, recordatorios y objeciones, que se refieren a las realidades f\u00edsicas, las constantes conocidas, las tasas disponibles y las capacidades ahora se consideran casi irrelevantes, nada m\u00e1s que desaf\u00edos que deben superarse mediante una innovaci\u00f3n cada vez m\u00e1s acelerada. Pero no hay signos de una aceleraci\u00f3n tan radical\u201d.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nSe lamenta de nuestro tecnooptimismo general y lo atribuye a la asombrosa tasa de progreso en la electr\u00f3nica y la computaci\u00f3n que muchos adultos vivos en este momento han presenciado en tiempo real. Ha deformado por completo nuestras expectativas. Ahora pensamos que cada sector avanzar\u00e1 a buen ritmo cuando haya amplia evidencia de que no lo ha hecho y no lo har\u00e1.<\/p>\n
Resume las tomas sin aliento de los tecno-profetas de hoy como \u00abTodo se arreglar\u00e1 por s\u00ed mismo, infaliblemente impulsado por un r\u00e1pido crecimiento exponencial que acelerar\u00e1, interrumpir\u00e1, transformar\u00e1 y elevar\u00e1 a medida que marca el comienzo de una nueva era libre de enfermedad y miseria y abundante en riquezas materiales.\u201d Luego se\u00f1ala cu\u00e1n similar es este mensaje al que \u00abescuch\u00f3 en la escuela primaria bajo el Imperio del Mal cuando nuestros gobernantes promet\u00edan un tipo similar de nirvana terrenal tan pronto como terminaran con la construcci\u00f3n del comunismo\u00bb. Ay.<\/p>\n
Los tel\u00e9fonos inteligentes son geniales y todo eso, pero las innovaciones en \u00e1reas que podr\u00edan mejorar significativamente la vida de muchas personas (agricultura, transporte, uso y almacenamiento de energ\u00eda, descubrimiento de f\u00e1rmacos) en su mayor\u00eda han visto un progreso incremental. No solo eso, sino que ni siquiera necesitamos nuevos inventos radicales para obtener agua limpia, micronutrientes y una educaci\u00f3n decente para los ni\u00f1os en el mundo en desarrollo, lo que mejorar\u00eda radicalmente su calidad de vida. Podemos mitigar las desigualdades existentes ajustando la tecnolog\u00eda que tenemos, si tan solo decidi\u00e9ramos hacerlo. En cambio, nos volvemos po\u00e9ticos y gastamos miles de millones tratando de lograr la Singularidad.<\/p>\n
El libro termina con el adagio suela nihil novi<\/em>-No hay nada nuevo bajo el sol. \u00daltimas palabras asombrosamente oscuras para un libro titulado inventos e innovaciones<\/em>.<\/p>\nArs Technica puede obtener una compensaci\u00f3n por las ventas de los enlaces en esta publicaci\u00f3n a trav\u00e9s de programas de afiliados.<\/em><\/p>\n<\/p><\/div>\n \nSource link-49<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Agrandar \/ Una vez el futuro de los viajes, ahora una pieza de museo. Vaclav Smil nos recuerda que, a pesar de la avalancha de tecno-expertos populares que afirman lo…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":554780,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[21980],"tags":[226,194,15107,20183,1534,3653,4491,26],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/554779"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=554779"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/554779\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":554781,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/554779\/revisions\/554781"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/554780"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=554779"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=554779"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=554779"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}