Fotograf\u00eda: Charles Rex Arbogast\/AP<\/span><\/figcaption><\/p>\n<\/figure>\nLos esteroides alguna vez dieron a muchos de los toleteros del b\u00e9isbol un impulso de poder. Ahora, la investigaci\u00f3n sugiere que los bateadores de jonrones de hoy ven sus tiros turbocargados por la crisis clim\u00e1tica.<\/p>\n
Un estudio realizado por investigadores del Dartmouth College en New Hampshire utiliz\u00f3 datos de 100 000 juegos de las Grandes Ligas de B\u00e9isbol y 220 000 pelotas golpeadas individualmente para mostrar que las temperaturas m\u00e1s altas aumentan la cantidad de pelotas golpeadas fuera del parque.<\/p>\n
Descubrieron que entre 2010 y 2019, el calentamiento global condujo en promedio a 58 jonrones adicionales al a\u00f1o. Dado que se conectaron 6,776 jonrones en la temporada r\u00e9cord de 2019, el efecto es modesto. Pero cada grado Celsius de calentamiento futuro est\u00e1 asociado con unos 95 jonrones m\u00e1s por temporada, dijeron. Si no se mitigara la crisis clim\u00e1tica, el aumento de las temperaturas podr\u00eda ser responsable de un aumento del 10% para finales de siglo.<\/p>\n
\u201cCuando tienes temperaturas m\u00e1s c\u00e1lidas, tienes una densidad de aire m\u00e1s baja, y cuando tienes una densidad de aire m\u00e1s baja, tienes menos arrastre sobre un objeto volador, ya sea una pelota de b\u00e9isbol o un avi\u00f3n\u201d, dijo Justin Mankin, profesor asistente de geograf\u00eda en Dartmouth y senior autor del estudio publicado por el Bulletin of the American Meteorological Society. \u201cEn un d\u00eda c\u00e1lido en lugar de un d\u00eda fr\u00edo, debe esperar m\u00e1s jonrones\u201d.<\/p>\n
Los autores explicaron una serie de otras influencias, incluidos los estadios cubiertos, las variaciones en la fabricaci\u00f3n de bates y pelotas, el uso de drogas para mejorar el rendimiento y el efecto de los an\u00e1lisis deportivos modernos. Descubrieron que la mayor oleada de jonrones podr\u00eda tener lugar en Wrigley Field, hogar de los Cachorros de Chicago, porque alberga una gran cantidad de juegos durante el d\u00eda, lo que significa temperaturas m\u00e1s altas que en la noche.<\/p>\n
Aunque el anterior estadio de b\u00e9isbol de los Texas Rangers abri\u00f3 sus puertas en 1994, el calor del verano en la regi\u00f3n de Dallas result\u00f3 tan inc\u00f3modo que el club se mud\u00f3 a un nuevo estadio climatizado de $1,200 millones con techo retr\u00e1ctil en 2020. Entre los 30 estadios de la liga, ocho tienen techos retr\u00e1ctiles o fijos.<\/p>\n
La historia contin\u00faa<\/button><\/p>\n\u201cM\u00e1s techos en los estadios de b\u00e9isbol ser\u00e1n inevitables. Eso es frustrante\u201d, dijo Christopher Callahan, autor principal del estudio. \u201cUna de las alegr\u00edas del b\u00e9isbol es sentarse al aire libre, sentarse bajo el cielo azul y la brisa\u201d. Sin embargo, agreg\u00f3: \u00abEn cierto punto en el transcurso de las pr\u00f3ximas dos d\u00e9cadas, ser\u00e1 inseguro jugar juegos de b\u00e9isbol en temperaturas muy altas\u00bb.<\/p>\n
Adem\u00e1s del efecto del calor en los jugadores, el personal y los fan\u00e1ticos, los estadios estadounidenses cerca del agua, incluidas las sedes en Florida, California y Nueva York, son vulnerables a riesgos como el aumento del nivel del mar y huracanes m\u00e1s intensos.<\/p>\n
El estudio de jonrones es \u201cuna forma de resaltar los efectos perniciosos y sutiles que [warming] tiene en muchas partes de nuestra vida que van m\u00e1s all\u00e1 de la cl\u00e1sica ola de calor, hurac\u00e1n, cosas as\u00ed\u201d, dijo Callahan. \u201cEscuchamos sobre eso todo el tiempo y puede ser f\u00e1cil volverse un poco insensible. Espero que esto lleve a casa el efecto del calentamiento global en formas menos severas pero quiz\u00e1s m\u00e1s generalizadas\u201d.<\/p>\n<\/div>\n
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