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Lo que queda de una noche de disturbios.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n
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La librera Cornelia Thalmann se pregunta despu\u00e9s de los disturbios: \u00ab\u00bfPor qu\u00e9 nosotros?\u00bb<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
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Cornelia Thalmann es muchas cosas, pero no una enemiga.<\/p>\n
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La librera de 52 a\u00f1os es pol\u00edticamente de izquierda, dirige una tienda que no est\u00e1 respaldada por una gran corporaci\u00f3n. Una tienda que permite que solo ella y un empleado obtengan un ingreso modesto. Y: Thalmann y su negocio ya se encontraban entre los desplazados en la ciudad de Z\u00farich debido a un despido despu\u00e9s de una renovaci\u00f3n.<\/p>\n
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Y, sin embargo, eso no los protegi\u00f3 de los criminales violentos encapuchados de la escena extremista de izquierda. <\/p>\n
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El domingo por la ma\u00f1ana hace dos semanas, el d\u00eda despu\u00e9s de los disturbios en el distrito Langstrasse de Z\u00farich, Thalmann recibi\u00f3 una llamada.<\/p>\n
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La persona que llama es miembro de la cooperativa que alquila su peque\u00f1a librer\u00eda en el entrepiso. El motivo de la llamada: los manifestantes rompieron uno de los escaparates de un metro de altura de su tienda y rociaron paredes y ventanas.<\/p>\n
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Thalmann dice: \u00abMe sorprendi\u00f3 y tambi\u00e9n me molest\u00f3 mucho lo que le sucedi\u00f3 a nuestra tienda\u00bb. <\/p>\n
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Y ella se pregunta: \u00ab\u00bfPor qu\u00e9 nosotros?\u00bb<\/p>\n
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Los manifestantes descargaron su ira dos veces<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Varios cientos de extremistas de izquierda marcharon por el distrito Langstrasse de Z\u00farich esa noche, dejando un rastro de destrucci\u00f3n a su paso. Pintaron paredes con spray, destrozaron escaparates y destrozaron cristales de coches de polic\u00eda.<\/p>\n
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Algunos participantes tampoco rehuyeron la violencia contra los agentes de polic\u00eda. Los manifestantes los atacaron con botellas, piedras y c\u00f3cteles molotov. Siete polic\u00edas resultaron heridos, incluido el oficial a cargo.<\/p>\n
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\u00abBrilla como un diamante\u00bb, as\u00ed llamaron los extremistas de izquierda a su gira de destrucci\u00f3n en una pancarta que portaron al frente del desfile, basada en una canci\u00f3n de la cantante Rihanna.<\/p>\n
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El balance: da\u00f1os a la propiedad en el rango de seis d\u00edgitos.<\/p>\n
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Escaparate roto de la librer\u00eda Hochparterre.<\/h2>\n Privado<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
Fue la segunda gran noche de disturbios en pocas semanas. Ya en febrero estallaron violentos disturbios en el centro de Z\u00farich durante una acci\u00f3n no autorizada contra el desalojo del \u00e1rea ocupada de Koch.<\/p>\n
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En ese momento, la polic\u00eda incluso habl\u00f3 de da\u00f1os por valor de varios cientos de miles de francos. La asociaci\u00f3n comercial de Z\u00farich pidi\u00f3 a la ciudad que pague por los da\u00f1os a la propiedad. Pero la ciudad se neg\u00f3.<\/p>\n
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Aqu\u00ed, tambi\u00e9n, los v\u00e1ndalos no solo atacaron edificios de oficinas o bancos, las tradicionales im\u00e1genes enemigas de la escena auton\u00f3mica. Tiendas de barrio, farmacias, bares y restaurantes, una guarder\u00eda, un estudio de manicura, un burdel y un gimnasio se convirtieron en los objetivos de la man\u00eda destructiva. Los enmascarados ni siquiera se detuvieron en propiedades municipales y edificios de cooperativas con departamentos econ\u00f3micos.<\/p>\n
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Lo que queda son tenderos y peque\u00f1os comerciantes que no comprenden como Cornelia Thalmann, quien dice: \u00abCon Georg B\u00fcchner todav\u00eda se dec\u00eda: ‘Paz a las caba\u00f1as, guerra a los palacios’. Hoy solo se habla de ‘mierda total’ y esto legitima una lucha contra todo y contra todos\u00bb.<\/p>\n
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Angustiosa b\u00fasqueda de un nuevo lugar para quedarse<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Cornelia Thalmann ha estado interesada en los libros durante mucho tiempo. Durante cuatro a\u00f1os dirigi\u00f3 una librer\u00eda en Lucerna, luego durante a\u00f1os una librer\u00eda de literatura y viajes en Shop-Ville de Z\u00farich, debajo de la estaci\u00f3n principal de tren.<\/p>\n
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En oto\u00f1o de 2017 se presenta una nueva oportunidad. En una reuni\u00f3n con otros libreros, el operador de libros de Hochparterre le habla. Quiere mudarse a los EE. UU. y est\u00e1 buscando un sucesor para el negocio especializado en arquitectura.<\/p>\n
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Thalmann finalmente acepta. \u201cLa arquitectura era un tema nuevo para m\u00ed. Pero me atrajo familiarizarme con un segmento completamente nuevo.\u00bb Porque, a diferencia del comercio normal de libros, los clientes de la \u201cplanta baja\u201d son especialistas en s\u00ed mismos.<\/p>\n
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Los libros de arquitectura son libros hermosos, a menudo cuidadosamente dise\u00f1ados y producidos, dijo Thalmann poco despu\u00e9s de hacerse cargo del negocio en una entrevista en la revista Hochparterre, a la que est\u00e1 afiliada la librer\u00eda. Trato con peque\u00f1as obras de arte, por as\u00ed decirlo.<\/p>\n
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Los libros de arquitectura son hermosos, a menudo cuidadosamente dise\u00f1ados y producidos, dice Thalmann.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n<\/div>\n
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La peque\u00f1a cooperativa de construcci\u00f3n en la que se alquila la librer\u00eda ya ha reparado temporalmente los da\u00f1os.<\/h2>\n <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n<\/div>\n<\/div>\n
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Los libros de arquitectura son hermosos, a menudo cuidadosamente dise\u00f1ados y producidos, dice Thalmann. La peque\u00f1a cooperativa de construcci\u00f3n en la que se alquila la librer\u00eda ya ha reparado temporalmente los da\u00f1os.<\/h2>\n <\/p>\n<\/div>\n
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Pero sigue el impacto de la pandemia de la corona: la librer\u00eda tiene que mudarse.<\/p>\n
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Thalmann recibi\u00f3 un aviso de terminaci\u00f3n en la antigua ubicaci\u00f3n en el distrito 5 debido a una renovaci\u00f3n del edificio. <\/p>\n
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Durante dos a\u00f1os, revis\u00f3 ofertas para una nueva tienda. Es un momento estresante. A veces, la librer\u00eda se aloja en el Tanzhaus, temporalmente, porque no hay una soluci\u00f3n a la vista. Thalmann dice: \u00abNo busc\u00e1bamos una ubicaci\u00f3n A, eso tampoco nos habr\u00eda ido bien. Pero incluso en el distrito de Langstrasse, los alquileres a veces eran inasequibles\u201d.<\/p>\n
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Finalmente, el restaurante en la propiedad de una peque\u00f1a cooperativa de construcci\u00f3n en Sch\u00f6neggstrasse se convierte en su golpe de suerte. Porque muchos de sus clientes del panorama arquitect\u00f3nico tienen sus oficinas cerca.<\/p>\n
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Hace cinco meses, la \u201cplanta baja elevada\u201d se mud\u00f3 a la propiedad en el Distrito 4. <\/p>\n
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