{"id":577407,"date":"2023-04-17T04:30:02","date_gmt":"2023-04-17T04:30:02","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-la-histeria-de-la-palabra-n-dejar-la-palabra-negro-a-los-racistas-es-una-mala-estrategia\/"},"modified":"2023-04-17T04:30:06","modified_gmt":"2023-04-17T04:30:06","slug":"comentario-la-histeria-de-la-palabra-n-dejar-la-palabra-negro-a-los-racistas-es-una-mala-estrategia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-la-histeria-de-la-palabra-n-dejar-la-palabra-negro-a-los-racistas-es-una-mala-estrategia\/","title":{"rendered":"COMENTARIO – La histeria de la palabra N: Dejar la palabra \u00abnegro\u00bb a los racistas es una mala estrategia"},"content":{"rendered":"


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Los puristas de la lengua est\u00e1n apuntando a la literatura cada vez m\u00e1s despiadadamente en una purga inquisitorial. Algunos editores ceden ante la presi\u00f3n y eliminan lo que es perturbador y supuestamente hiriente. Pero el mundo no mejora solo porque se elimine una palabra de los libros.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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Dif\u00edcilmente pasa un d\u00eda sin que se informe desde alg\u00fan rinc\u00f3n del mundo de una supuesta ofensa literaria malintencionada contra la moral. Una maestra en Baden-W\u00fcrttemberg se ausenta como protesta porque cree que no es razonable ense\u00f1ar la novela de Wolfgang Koeppen de 1951 \u00abTauben im Gras\u00bb en la escuela. La palabra \u201cnegro\u201d aparece en \u00e9l casi cien veces. Y un profesor de Z\u00farich le pidi\u00f3 a Diogenes-Verlag una edici\u00f3n editada de la obra de D\u00fcrrenmatt Los f\u00edsicos. Porque se debe evitar que los estudiantes se encuentren dos veces con la palabra N en las indicaciones del escenario.<\/p>\n

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Tales intervenciones allanaron el camino para casos que causaron un gran revuelo: hace mucho tiempo que se han publicado ediciones de \u201cHuckleberry Finn\u201d de Mark Twain en las que se elimin\u00f3 la palabra N. As\u00ed eran los Libros infantiles de Roald Dahl o novelas de James Bond de Ian Flemming<\/a> actualizado en la correcci\u00f3n pol\u00edtica. Por el contrario, una editorial holandesa estuvo activa en el campo de la comedia involuntaria cuando public\u00f3 la novela de Joseph Conrad \u00abEl negro del narciso\u00bb bajo el t\u00edtulo \u00abLa palabra N del narciso\u00bb en 2009. Para que el libro, como se alaba la editorial, sea tambi\u00e9n accesible a los \u201clectores modernos\u201d.<\/p>\n

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Mientras tanto, los grandes inquisidores de las empresas de limpieza literaria no se quedar\u00e1n sin trabajo, ni siquiera en la inescrupulosa Suiza. Ahora es ampliamente conocido que Max Frisch us\u00f3 la palabra \u00abnegro\u00bb liberalmente. Pero ni su diario ni \u00abHomo Faber\u00bb est\u00e1n actualmente en una lista negra. Urs Widmer tambi\u00e9n se salv\u00f3 hasta entonces, aunque la N-word apareci\u00f3 en una novela que no deber\u00eda haber parecido sospechosa: en \u00abThe Mother’s Beloved\u00bb.<\/p>\n

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Incluso el psicoanalista y etn\u00f3logo Paul Parin public\u00f3 un volumen de cuentos en 1993 en el que inocentemente incluy\u00f3 la palabra N. Gar \u00abN\u00e8gres en Afrique!\u00bb se lee en 1980 en un texto de Paul Nizon en Par\u00eds. Pero simplemente est\u00e1 citando un eslogan xen\u00f3fobo. Por cierto, en esta notable reflexi\u00f3n sondea su propio racismo, que poco a poco se va apoderando de \u00e9l ante la creciente inmigraci\u00f3n africana en Par\u00eds.<\/p>\n

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Y luego est\u00e1 Primera novela de Lukas B\u00e4rfuss \u00abCien d\u00edas\u00bb<\/a> de 2008 sobre el genocidio en Ruanda. Despu\u00e9s de un poco m\u00e1s de una docena de p\u00e1ginas, se le presenta a un trabajador de desarrollo suizo completamente molesto. En una fracci\u00f3n de segundo, el hombre estaba sobrio en su actitud de bienhechor. Enojado, solo forma la palabra \u00abnegress\u00bb con sus labios, luego, cada vez m\u00e1s valiente, lo dice en voz alta y m\u00e1s y m\u00e1s fuerte. La tonter\u00eda aparece cinco veces completas en una sola p\u00e1gina.<\/p>\n

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El borrado de la memoria<\/span><\/h2>\n

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Este libro a\u00fan no ha sido v\u00edctima del celo de los censores. No est\u00e1 en ning\u00fan \u00edndice, nadie se ha ausentado de la escuela por eso ni ha pedido una versi\u00f3n revisada. Tambi\u00e9n ser\u00eda una completa tonter\u00eda exigir tal intervenci\u00f3n. Y ser\u00eda un desastre para la literatura si los editores accedieran a tales solicitudes.<\/p>\n

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No todos los usos de la palabra \u00abnegro\u00bb son racistas. De hecho, esto solo puede mencionarse en muy pocos casos en la literatura. Y si tal uso es manifiestamente racista, ser\u00eda un asunto del fiscal de todos modos. En el mejor de los casos, uno puede preguntarse cu\u00e1nto racismo debe reproducirse para poder retratarlo de manera cre\u00edble. Aqu\u00ed y all\u00e1 uno puede notar cierta curiosidad en el embellecimiento de tales escenas, pero B\u00e4rfuss ciertamente no cruz\u00f3 esta l\u00ednea en \u00abCien d\u00edas\u00bb.<\/p>\n

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Pero, \u00bfqu\u00e9 pasa con Wolfgang Koeppen o Max Frisch? Sus textos no tratan de visibilizar el racismo de las figuras literarias. M\u00e1s bien, los textos simplemente dan testimonio del uso del lenguaje y la forma de pensar de su tiempo. \u00bfQu\u00e9 se ganar\u00eda si la palabra N fuera eliminada de sus textos por consideraci\u00f3n, por ejemplo, a las comprensibles sensibilidades de los negros? \u00bfY qu\u00e9 estar\u00eda en juego?<\/p>\n

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No es en modo alguno fr\u00edvolo sopesar la sensibilidad de los individuos y el valor de los testigos literarios contempor\u00e1neos. Porque representa una intervenci\u00f3n seria cuando los textos se corrigen p\u00f3stumamente porque las formas de hablar han cambiado en cincuenta a\u00f1os o m\u00e1s. Expresa un malentendido fundamental de lo que la literatura puede lograr.<\/p>\n

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Los textos son instrumentos de conocimiento, son como telescopios o microscopios. Traen el mando a distancia y hacen reconocible lo invisible. Si se reescriben posteriormente, no se elimina s\u00f3lo una palabra incriminada. Tambi\u00e9n borra la memoria de aquellas formas de pensar de las que la Palabra podr\u00eda y deber\u00eda dar testimonio.<\/p>\n

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El choque es intencional<\/span><\/h2>\n

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Porque es parte del \u00edmpetu esclarecedor de la literatura que transmite, ya sea intencionalmente o sin saberlo, una imagen de c\u00f3mo la gente alguna vez habl\u00f3, pens\u00f3 o actu\u00f3. Lo que en Koeppen fue quiz\u00e1s un color deliberado de la \u00e9poca, en Frisch es probablemente una expresi\u00f3n no disimulada de c\u00f3mo se utiliz\u00f3 sin cuidado un vocabulario que ya estaba contaminado en la \u00e9poca no hace mucho tiempo.<\/p>\n

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Por supuesto que deber\u00eda asustarte. Pero bajo ninguna circunstancia se debe proteger a nadie de tal impertinencia. La literatura no debe degradarse a un refugio libre de dolor. Te prepara para una emergencia. Los sensibles no deben ser perdonados. \u00bfD\u00f3nde m\u00e1s deber\u00edan practicar el trato con la sensibilidad?<\/p>\n

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Que ella sea una molestia o una torturadora no es, por tanto, lo peor que se puede decir de la literatura. No habla en contra de un texto si agita las cosas y provoca contradicci\u00f3n. \u201cUn libro debe ser el hacha para el mar helado que llevamos dentro\u201d, escribe Franz Kafka en una carta. No se puede decir que tengamos suficientes libros de este tipo. Pero hay que temer que disminuya la voluntad de exponerse a ellos.<\/p>\n

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La histeria de las palabras N de hoy no es sorprendente. M\u00e1s bien, es sorprendente que los censores motivados pol\u00edticamente por la identidad tardaran tanto en descubrir esta palanca. Lo mucho que pueden lograr con esto lo demuestra la sonora y a la vez algo impotente indignaci\u00f3n que desencadena cada una de sus intervenciones.<\/p>\n

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Los defensores de la depuraci\u00f3n del lenguaje se han convertido en un factor de poder. Esto no necesariamente tiene que manifestarse \u00fanicamente en el campo de la par\u00e1frasis p\u00f3stuma de obras literarias. El veneno de sus gestiones de base moral tiene un efecto m\u00e1s sutil en el presente. Las prohibiciones de hablar y escribir que imponen quedan grabadas en la mente de las personas. E involucran m\u00e1s que solo la palabra N.<\/p>\n

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en las editoriales editores de gasto y lectores de sensibilidad<\/a> pronto pasan la mayor parte de su tiempo trabajando con sus autores para cumplir con el objetivo de la correcci\u00f3n pol\u00edtica. Porque es importante evitar cualquier cosa que pueda excitar a un p\u00fablico sensible.<\/p>\n

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La necesidad de romper tab\u00faes<\/span><\/h2>\n

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Es de suponer que el furor purista de los censores modernos ni siquiera tiene mucho que ver con el supuesto objetivo de crear un espacio libre de dominaci\u00f3n y tambi\u00e9n de propiciar un mundo mejor con un lenguaje domesticado.<\/p>\n

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M\u00e1s bien, es exactamente lo contrario. La nueva Inquisici\u00f3n convierte la propia sensibilidad en un instrumento de dominaci\u00f3n. El mundo no necesita mejorar mientras nada hiriente, hiriente o irritante perturbe los propios c\u00edrculos. La anhelada erradicaci\u00f3n de la palabra N no es m\u00e1s que el s\u00edntoma de una tendencia egoc\u00e9ntrica, al final de la cual prevalece la grave calma de la autosuficiencia.<\/p>\n

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el afroamericano el abogado de harvard randall kennedy<\/a> escribe en su notable estudio \u00abNigger. La extra\u00f1a carrera de una palabra problem\u00e1tica\u00bb, espera, esta palabra perturbadora permanecer\u00e1 entre nosotros por mucho tiempo: \u00abPara que nos recuerde las iron\u00edas y los dilemas, las tragedias y los logros de la realidad estadounidense\u00bb. Por cierto, \u00e9l piensa que \u00abnigger\u00bb pertenece a cualquier diccionario respetable. \u00abLa palabra es simplemente demasiado importante para ignorarla\u00bb.<\/p>\n

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Es una de las tareas m\u00e1s nobles ya la vez m\u00e1s dif\u00edciles de la literatura expresar lo indecible y, en su caso, romper tab\u00faes. La palabra negro no est\u00e1 excluida de esto. Al menos no tanto como figura en el vocabulario de los racistas.<\/p>\n

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