Jacky y sus dos beb\u00e9s, nacidos de subrogaci\u00f3n, el 10 de febrero en Kharkiv, Ucrania. <\/figcaption><\/figure>\nSi Jacky y su acompa\u00f1ante resumieran su viaje de cinco d\u00edas, llev\u00e1ndolos de Ucrania a Francia, la pareja mencionar\u00eda primero la solidaridad de los ucranianos, fundamental para su regreso. \u201cA menudo lo pensamos con mi esposo, les debemos mucho, les estamos muy agradecidos\u201d<\/em>comenta con modestia Jacky, de vuelta en suelo franc\u00e9s desde el 6 de marzo, con su acompa\u00f1ante y sus cr\u00edas de un mes.<\/p>\nSu viaje comienza en Kharkiv, la segunda ciudad de Ucrania, donde nacieron sus mellizos a trav\u00e9s de subrogaci\u00f3n gestacional (GPA) el 10 de febrero. Una pr\u00e1ctica prohibida en Francia, que empuja a un cierto n\u00famero de ciudadanos franceses a utilizarlo en el extranjero, ya que Ucrania hab\u00eda sido vista hasta ahora como un Eldorado por su relativa proximidad a Francia. Sin embargo, el pa\u00eds no autoriza el uso de una madre subrogada para parejas homosexuales, como Jacky y su acompa\u00f1ante, que por lo tanto eran ilegales.<\/p>\n Leer tambi\u00e9n <\/span> En Kharkiv, una pareja de ciudadanos franceses varados: \u00abCon dos beb\u00e9s de veinte d\u00edas, no podemos irnos en coche\u00bb <\/span> <\/section>\nCuando se declar\u00f3 la guerra el 24 de febrero, la pareja todav\u00eda estaba en Kharkiv, sin haber podido obtener el estado civil de los ni\u00f1os, necesario para su adopci\u00f3n. Tras una semana bajo los bombardeos del ej\u00e9rcito ruso, cuando la comida se estaba acabando, abandonaron, el 2 de marzo, esta localidad situada a treinta kil\u00f3metros de la frontera con Rusia.<\/p>\n
Viaje en tren de dieciocho horas a Lviv<\/h2>\n La solidaridad ucraniana se estableci\u00f3 desde Par\u00eds, donde una familia de Kharkiv se enter\u00f3 de su historia a trav\u00e9s de las redes sociales, antes de ponerlos en contacto con otra familia en el lugar. Estos \u00faltimos les encontraron un billete de tren, direcci\u00f3n Lviv, en el oeste del pa\u00eds, donde se ha trasladado la embajada francesa.<\/p>\n
\u00abLos trenes siempre se anunciaban a \u00faltima hora, una muchedumbre enorme quer\u00eda salir, con nuestros infantes de pocos d\u00edas, no era posible sin ayuda\u00bb<\/em>, dice Jacky. La pareja sali\u00f3 a la carretera con una madre y una hija ucranianas. \u201cPresenciamos escenas duras, de gente llorando, porque algunos miembros de su familia no pod\u00edan subir al tren\u201d<\/em>recuerda el que tenia \u201cla oportunidad de priorizar con <\/em>[ses] dos beb\u00e9s \u00ab<\/em>.<\/p>\nEn el tren abarrotado, las familias con ni\u00f1os yacen en los pasillos, algunos se acomodan en las maletas. Durante este viaje de dieciocho horas, Jacky y su acompa\u00f1ante cuentan con la ayuda de las dos mujeres ucranianas, que en ocasiones se hacen cargo del cuidado de los mellizos. Permanecer\u00e1n juntos hasta Lviv.<\/p>\n Leer tambi\u00e9n <\/span> Art\u00edculo reservado para nuestros suscriptores<\/span><\/span> \u201cVi a la mujer sentada a mi lado, ya no ten\u00eda rostro\u201d: en Ucrania, una camioneta que transportaba educadores para ni\u00f1os fue atacada <\/span> <\/section>\nPara algunos viajeros, estas salidas de trenes son el toque de difuntos de despedidas desgarradoras. \u00abLa madre y su hija pasaron el viaje llorando, el esposo y el hijo quedaron para luchar\u00bb<\/em>recuerda Jacky, refiri\u00e9ndose a \u00abim\u00e1genes que <\/em>[les] marcar\u00e1 de por vida.<\/em> Un viaje tambi\u00e9n marcado por paradas inesperadas, cerca de ciudades bombardeadas, como kyiv y Kharkiv:<\/p>\n\u201cPara evitar ser detectados, deten\u00edan el tren en la v\u00eda, pidi\u00e9ndonos que cerr\u00e1ramos las persianas y apag\u00e1ramos las luces. \u00bb<\/em><\/p>\nUna forma tambi\u00e9n de no presenciar los bombardeos y las escenas de desolaci\u00f3n que los acompa\u00f1an. \u201cFue muy preocupante, pod\u00edamos escuchar las explosiones muy cerca del tren, sin saber lo que estaba pasando\u201d<\/em>dice Jacky, quien lleg\u00f3 con su familia a Lviv por la noche.<\/p>\n\u201cTodos los buses estaban llenos\u201d<\/h2>\n Aqu\u00ed nuevamente, la ayuda ucraniana se pone en marcha. Una familia los recoge en la estaci\u00f3n para acompa\u00f1arlos a un apartamento gratuito, donde la pareja y sus hijos se alojan una noche con sus dos compa\u00f1eros del exilio. \u00abLa familia de acogida hab\u00eda hecho algunas compras para los m\u00e1s peque\u00f1os, pero tambi\u00e9n la cocina, suficiente para una semana: pan casero, rillettes, at\u00fan, galletas, pasta, yogur, queso\u00bb<\/em>recuerda a Jacky, a quien le negaron el dinero ofrecido a sus benefactores, dici\u00e9ndole: Gu\u00e1rdalo para los ni\u00f1os. \u00bb<\/em><\/p>\nDespu\u00e9s de obtener laboriosamente un laissez-passer del consulado franc\u00e9s, pero sin el estado civil de sus hijos, Jacky y su acompa\u00f1ante pudieron salir de la ciudad. Ubicada a menos de 100 kil\u00f3metros de la frontera polaca, Lviv se ha convertido en el punto de partida para ciudadanos ucranianos y extranjeros. \u201cTodos los buses estaban llenos\u201d<\/em>, dice Jacky. Su viaje a Cracovia dur\u00f3 una vez m\u00e1s casi dieciocho horas.<\/p>\n\u00abNuestro autob\u00fas prob\u00f3 todas las rutas de entrada posibles, miles de autom\u00f3viles esperaban frente a los distintos puestos fronterizos, por no hablar de los refugiados a pie, cuya cola se extend\u00eda durante varios kil\u00f3metros\u00bb<\/em>dice el padre de familia, atendido en la madrugada por la embajada de Francia en Polonia.<\/p>\n Leer tambi\u00e9n <\/span> Art\u00edculo reservado para nuestros suscriptores<\/span><\/span> Ante la afluencia de refugiados ucranianos, las ciudades de Europa Central piden ayuda <\/span> <\/section>\n\u201cUn poco m\u00e1s all\u00e1\u201d<\/h2>\n La continuaci\u00f3n del viaje es entonces un gran alivio. Habitaci\u00f3n de hotel, productos de higiene para ni\u00f1os, cita con un pediatra, avi\u00f3n militar a Francia pagado por la embajada, \u00aba quien todos los ciudadanos franceses deben mucho\u00bb<\/em>. Con unos cuarenta franceses m\u00e1s, Jacky, su acompa\u00f1ante y sus hijos llegaron a la base militar de Evreux, en Normand\u00eda, el 6 de marzo.<\/p>\n\u00abDespu\u00e9s de imaginar lo peor, llegamos a Francia con l\u00e1grimas en los ojos\u00bb<\/em>, dice Jacky, a\u00fan sorprendida por los cientos de mensajes de apoyo que recibe todos los d\u00edas. Examinado por varios pediatras, los beb\u00e9s no muestran secuelas de su estancia en Ucrania: \u201c\u00a1Se llevaron un kilo y cuatro cent\u00edmetros! \u00bb <\/em>Se est\u00e1n realizando tr\u00e1mites ante el tribunal administrativo de Nantes para obtener el estado civil de los ni\u00f1os.<\/p>\nHoy, despu\u00e9s de haber \u00abderramar muchas l\u00e1grimas\u00bb<\/em> durante el reencuentro con sus seres queridos, la pareja \u00abDisfruta las cosas simples\u00bb<\/em>. \u201cMientras no vivamos en un pa\u00eds en guerra, no nos damos cuenta de lo preciosa que es nuestra vida, de lo mucho que nos importan nuestros seres queridos, nuestros h\u00e1bitos\u201d,<\/em> dice Jacky, que tiene \u201ctodav\u00eda luchando por darse cuenta de que ha regresado a Francia\u201d<\/em>.<\/p>\n Leer tambi\u00e9n <\/span> Art\u00edculo reservado para nuestros suscriptores<\/span><\/span> \u201c\u00c9l nos pregunt\u00f3: ‘Mam\u00e1, \u00bfpor qu\u00e9?’ \u201d: Refugiados ucranianos hablan de las angustias de sus hijos <\/span> <\/section>\n\u201cVeo las noticias, pienso en la vida bajo el toque de queda, todav\u00eda me siento un poco all\u00ed\u201d<\/em>contin\u00faa el que hace poco se mostr\u00f3 preocupado por los horarios de cierre de la farmacia, antes de recordar que es \u201cde vuelta en un pa\u00eds en paz\u201d<\/em>. Dentro de unos d\u00edas visitar\u00e1 a la madre y la hija ucranianas con las que realizaron el viaje a Lviv, ahora afincadas en Francia, cerca de Marmande (Lot-et-Garonne), a pocos kil\u00f3metros de su domicilio: \u201cLes prometimos que los acompa\u00f1ar\u00edamos hasta el final. \u00bb <\/em>Los viajes largos nunca se hacen solos.<\/p>\n <\/p>\n\n
Nuestra selecci\u00f3n de art\u00edculos sobre la guerra en Ucrania<\/p>\n<\/p><\/div>\n
Ver m\u00e1s<\/span> Muestra menos<\/span> <\/label> <\/section>\n\n C\u00e9cile Bouanchaud<\/span><\/span> <\/p>\n<\/section>\n <\/section>\n<\/p><\/div>\n \nSource link-5 <\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Jacky y sus dos beb\u00e9s, nacidos de subrogaci\u00f3n, el 10 de febrero en Kharkiv, Ucrania. Si Jacky y su acompa\u00f1ante resumieran su viaje de cinco d\u00edas, llev\u00e1ndolos de Ucrania a…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":6218,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1],"tags":[4976,133,5900,6667,1182,2031,488,8,4233,1715,78,663,207,6668],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6217"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6217"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6217\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":6219,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6217\/revisions\/6219"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/6218"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6217"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6217"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6217"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}