{"id":623661,"date":"2023-05-12T18:49:50","date_gmt":"2023-05-12T18:49:50","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/probablemente-estes-subestimando-los-chatbots-de-ia\/"},"modified":"2023-05-12T18:49:53","modified_gmt":"2023-05-12T18:49:53","slug":"probablemente-estes-subestimando-los-chatbots-de-ia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/probablemente-estes-subestimando-los-chatbots-de-ia\/","title":{"rendered":"Probablemente est\u00e9s subestimando los chatbots de IA"},"content":{"rendered":"


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En la primavera<\/span> de 2007, fui uno de los cuatro periodistas designados por Steve Jobs para revisar el iPhone. Este fue probablemente el producto m\u00e1s esperado en la historia de la tecnolog\u00eda. \u00bfComo ser\u00eda? \u00bfFue un punto de inflexi\u00f3n para los dispositivos? Mirando hacia atr\u00e1s en mi revisi\u00f3n de hoy, me alivia decir que no es una verg\u00fcenza: reconoc\u00ed la importancia generacional del dispositivo. Pero a pesar de todos los elogios que le di al iPhone, no pude anticipar sus efectos secundarios alucinantes, como la fusi\u00f3n volc\u00e1nica del hardware, el sistema operativo y las aplicaciones, o su efecto hipn\u00f3tico en nuestra atenci\u00f3n. (Inst\u00e9 a Apple a \u201canimar a los desarrolladores externos a crear nuevos usos\u201d para el dispositivo). Tampoco suger\u00ed que deber\u00edamos esperar el auge de servicios como Uber o TikTok ni hacer ninguna predicci\u00f3n de que las cenas familiares se convertir\u00edan en trances comunitarios centrados en la visualizaci\u00f3n. . Por supuesto, mi trabajo principal era ayudar a las personas a decidir si gastar $ 500, que era muy caro para un tel\u00e9fono en ese momento, para comprar la maldita cosa. Pero al leer la rese\u00f1a ahora, uno podr\u00eda preguntarse por qu\u00e9 pas\u00e9 tiempo quej\u00e1ndome de la red de AT&T o de la incapacidad del navegador web para manejar contenido Flash. Eso es como discutir sobre qu\u00e9 sandalias usar justo cuando un tsunami de tres pisos est\u00e1 a punto de estallar.<\/p>\n

Recuerdo mi falta de previsi\u00f3n cuando leo sobre las experiencias que las personas est\u00e1n teniendo con las aplicaciones recientes de IA, como los chatbots de modelos de lenguaje grande y los generadores de im\u00e1genes de IA. Con raz\u00f3n, la gente est\u00e1 obsesionada con el impacto de una repentina cabalgata de sistemas de inteligencia artificial sorprendentemente capaces, aunque los cient\u00edficos a menudo se\u00f1alan que estos avances aparentemente r\u00e1pidos han tardado d\u00e9cadas en gestarse. Pero como cuando us\u00e9 el iPhone por primera vez en 2007, corremos el riesgo de no anticipar las trayectorias potenciales de nuestro futuro infundido con IA al centrarnos demasiado en las versiones actuales de productos como Bing chat de Microsoft, ChatGPT de OpenAI, Claude de Anthropic y Bard de Google.<\/p>\n

Esta falacia se puede observar claramente en lo que se ha convertido en un g\u00e9nero medi\u00e1tico nuevo y popular, mejor descrito como aviso y pronunciaci\u00f3n. El modus operandi es intentar alguna tarea anteriormente limitada a los humanos y luego, a menudo sin tener en cuenta las advertencias proporcionadas por los inventores, llevarla al extremo. El gran periodista deportivo Red Smith dijo una vez que escribir una columna es f\u00e1cil: simplemente se abre una vena y sangra. Pero los aspirantes a expertos ahora promueven una versi\u00f3n sin sangre: simplemente abra un navegador y solicite. (Nota: este bolet\u00edn se produjo a la antigua, abriendo una vena).<\/p>\n

Por lo general, las columnas de aviso y pronunciaci\u00f3n implican sentarse con uno de estos sistemas tempranos y ver qu\u00e9 tan bien reemplaza algo que antes estaba limitado al \u00e1mbito de lo humano. En un ejemplo t\u00edpico, un New York Times<\/em> La reportera us\u00f3 ChatGPT para responder a todas sus comunicaciones de trabajo durante toda una semana. El periodico de Wall Street<\/em>El revisor de productos de decidi\u00f3 clonar su voz (\u00a1hey, eso lo hicimos primero!) y su apariencia usando IA para ver si sus doppelg\u00e4ngers algor\u00edtmicos pod\u00edan enga\u00f1ar a las personas para que confundieran lo falso con lo real. Hay docenas de ejemplos similares.<\/p>\n

En general, aquellos que montan tales acrobacias llegan a dos conclusiones: estos modelos son asombrosos, pero est\u00e1n miserablemente por debajo de lo que los humanos hacen mejor. Los correos electr\u00f3nicos no captan los matices del lugar de trabajo. Los clones tienen un pie arrastrando en el valle inquietante. Lo m\u00e1s condenatorio es que estos generadores de texto inventan cosas cuando se les pide informaci\u00f3n objetiva, un fen\u00f3meno conocido como \u00abalucinaciones\u00bb que es la pesadilla actual de la IA. Y es un hecho evidente que la salida de los modelos actuales a menudo tiene una calidad sin alma. <\/p>\n

En cierto sentido, da miedo: \u00bfnuestro mundo futuro estar\u00e1 dirigido por \u00abni\u00f1os mentales\u00bb defectuosos, como llama el especialista en rob\u00f3tica Hans Moravec a nuestros sucesores digitales? Pero en otro sentido, las deficiencias son reconfortantes. Claro, las IA ahora pueden realizar muchas tareas de bajo nivel y no tienen paralelo en sugerir viajes a Disneylandia de apariencia plausible y men\u00fas de cenas sin gluten, pero, seg\u00fan se piensa, los bots siempre nos necesitar\u00e1n para hacer correcciones y animar el prosa.<\/p>\n<\/div>\n


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