Hace unas semanas, mi c\u00f3nyuge y yo hicimos una apuesta. Dije que no hab\u00eda forma de que ChatGPT pudiera imitar de manera cre\u00edble mi estilo de escritura para una revisi\u00f3n de un reloj inteligente. Ya le hab\u00eda pedido al bot que hiciera eso hace meses, y los resultados fueron rid\u00edculos. Mi c\u00f3nyuge apost\u00f3 a que podr\u00eda preguntarle a ChatGPT exactamente lo mismo pero obtener una mucho<\/em> mejor resultado Mi problema, dijeron, era que no sab\u00eda qu\u00e9 preguntas hacer para obtener la respuesta que quer\u00eda.<\/p>\n<\/div>\n Para mi disgusto, ten\u00edan raz\u00f3n. ChatGPT escribi\u00f3 mucho<\/em> mejores cr\u00edticas como yo<\/em> cuando mi c\u00f3nyuge hizo la pregunta. <\/p>\n<\/div>\n Ese recuerdo pas\u00f3 por mi mente mientras Iiveblogging<\/a> E\/S de Google. El discurso de apertura de este a\u00f1o fue esencialmente una tesis de dos horas sobre IA, c\u00f3mo afectar\u00e1 a la B\u00fasqueda y todas las formas en que podr\u00eda hacerlo. valientemente<\/em> y responsablemente<\/em> mejorar nuestras vidas. Mucho de eso estaba limpio. Pero sent\u00ed un escalofr\u00edo recorrer mi espalda cuando Google reconoci\u00f3 abiertamente que es dif\u00edcil hacerle las preguntas correctas a la IA.<\/p>\n<\/div>\n