OLIVIER MONGE PARA \u201cEL MUNDO\u201d<\/span> <\/figcaption><\/figure>\nLo llaman \u00able Saint-Bazile\u00bb, por la calle que alberga este edificio Art Deco, a pocos pasos de La Canebi\u00e8re, en el centro de Marsella (1ejem<\/sup> ciudad). El edificio de cinco plantas, que durante un tiempo fue uno de los escaparates locales del Partido Comunista Franc\u00e9s, alberga una experiencia sin precedentes en una ciudad donde uno de cada dos solicitantes de asilo no encuentra alojamiento oficial. Okupado desde el verano de 2021 y autogestionado por una asociaci\u00f3n de inmigrantes, Saint-Bazile ha sido objeto, desde el 1ejem<\/sup> julio, de un acuerdo de ocupaci\u00f3n temporal con su propietario, el establecimiento de tierras p\u00fablicas Provence-Alpes-C\u00f4te d’Azur. All\u00ed se legaliza la presencia de unos cuarenta habitantes durante nueve meses.<\/p>\n\u201cAqu\u00ed nos sentimos seguros. No hay peleas, no hay tr\u00e1fico de drogas\u2026\u201d<\/em>, sonr\u00ede Moses Bright, 28. En la cocina com\u00fan del cuarto piso, escasamente equipada, este nigeriano prepara la comida para su hijo de 20 meses y su pareja. A su llegada a Marsella, dos a\u00f1os antes, la pareja encontr\u00f3 refugio en la okupa gigante de la ciudad de Flamingos, regentada por traficantes de sue\u00f1os y redes de drogas. Un incendio provocado, que provoc\u00f3 la muerte de tres personas, provoc\u00f3 la evacuaci\u00f3n del edificio y devolvi\u00f3 a la familia a la calle. Hasta que conoce al Saint-Bazile. Moses, al igual que los dem\u00e1s residentes, ayud\u00f3 a pintar las paredes y alicatar un ba\u00f1o. Cada quince d\u00edas, dice, va a la reuni\u00f3n de los ocupantes, y, cada domingo, participa en la limpieza de los espacios compartidos. \u201cY cuando hay un problema, podemos hablar con la gente\u201d<\/em>concluye.<\/p>\nVeintid\u00f3s dormitorios<\/h2>\n En el piso de arriba, en la terraza donde a veces duermen cuando hace calor, Amidu Kamara y Salieu Bamba tambi\u00e9n se dicen: \u00abaliviado\u00bb<\/em>. Estos dos sierraleoneses, de 34 y 25 a\u00f1os respectivamente, que llevan m\u00e1s de tres a\u00f1os en Francia, ocupan cada uno una de las veintid\u00f3s habitaciones del Saint-Bazile. \u201cEst\u00e1bamos durmiendo en la calle cuando Alieu vino a hablarnos del edificio. Solo dijo que hab\u00eda reglas internas: nada de drogas, nada de prostituci\u00f3n, nada de negocios, nada de ruido que pudiera molestar a los vecinos\u2026\u201d.<\/em>explica el m\u00e1s joven.<\/p>\n <\/noscript>En la azotea de la okupaci\u00f3n de Saint-Bazile, autogestionada por una asociaci\u00f3n de inmigrantes y ocupada desde el verano de 2021, en Marsella, el 20 de julio de 2022. OLIVIER MONGE PARA \u201cEL MUNDO\u201d<\/span> <\/figcaption><\/figure>\nAlieu es Alieu Jalloh, 35 a\u00f1os. \u00c9l tambi\u00e9n es sierraleon\u00e9s. En Francia desde 2017, el que fuera comerciante en el pa\u00eds vivi\u00f3 el precario viaje del migrante antes de obtener su estatuto de refugiado por diez a\u00f1os, en noviembre de 2021. No vive en Saint-Bazile, pero vela por su buen funcionamiento. Desalojado de la primera okupaci\u00f3n donde hab\u00eda encontrado refugio, Alieu puso en marcha, en 2019, con un pu\u00f1ado de otros migrantes, la Asociaci\u00f3n de usuarios de la plataforma de acogida de solicitantes de asilo (AUP). \u201cAl principio era para denunciar las disfunciones de la plataforma <\/em>[passage oblig\u00e9 pour d\u00e9poser une demande d\u2019asile] : las cartas que se perdieron, las citas canceladas sin justificaci\u00f3n\u2026\u201d<\/em>\u00e9l dice.<\/p>\nTe queda el 56,89% de este art\u00edculo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.<\/strong><\/p>\n<\/p><\/div>\n \nSource link-5 <\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"La okupaci\u00f3n de Saint-Bazile, en Marsella, el 20 de julio de 2022. 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