{"id":634608,"date":"2023-05-19T00:56:03","date_gmt":"2023-05-19T00:56:03","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/me-encanta-internet-se-que-no-es-bueno-pero-internet-me-hace-sentir-conectado\/"},"modified":"2023-05-19T00:56:07","modified_gmt":"2023-05-19T00:56:07","slug":"me-encanta-internet-se-que-no-es-bueno-pero-internet-me-hace-sentir-conectado","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/me-encanta-internet-se-que-no-es-bueno-pero-internet-me-hace-sentir-conectado\/","title":{"rendered":"Me encanta Internet, s\u00e9 que no es bueno, pero Internet me hace sentir conectado."},"content":{"rendered":"


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Muchas personas son adictas a sus tel\u00e9fonos inteligentes. Nuestro autor tambi\u00e9n. El fen\u00f3meno tiene mucho que ver con la felicidad fugaz que nos sigue prometiendo el mundo digital.<\/p>\n

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Siempre conectado, al menos digitalmente. El smartphone se ha convertido en un compa\u00f1ero indispensable para muchas personas. <\/h2>\n

Yuri Kochetkov \/ EPO<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Recientemente quise ir a Estrasburgo para ver la ciudad. M\u00fcnster, romance con entramado de madera, estilo franc\u00e9s. Era domingo y por la ma\u00f1ana hab\u00eda ido a Basilea, donde tuve que hacer transbordo a un tren con viejos vagones franceses Corail. Estos autos fueron construidos entre 1975 y 1984. Mientras sub\u00eda los escalones y abr\u00eda la puerta del vag\u00f3n di\u00e1fano, de repente todo se sinti\u00f3 como cuando viajaba en el tren regional cuando era ni\u00f1o: cortinas colgando, reposacabezas de color marr\u00f3n oscuro, los asientos profundos y suaves. Agregue a eso el olor a hierro, las sacudidas del tren en movimiento, el chirrido de las ruedas.<\/p>\n

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Y algo m\u00e1s era lo mismo que antes: no hab\u00eda WLAN, y eso es, debo decirlo, malo para m\u00ed. Me encanta internet, estoy en Twitter e Instagram varias horas al d\u00eda: porque tengo curiosidad, porque quiero distraerme, a veces por aburrimiento, a veces por soledad.<\/p>\n

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Puedo encontrar todo lo que me interesa all\u00ed: una Entrevista con propietarios de yates<\/a> en el New Yorker, por ejemplo. o un foto<\/a> de piedras vivas.<\/p>\n

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Los lithops son plantas de Namibia y Sud\u00e1frica que han evolucionado para parecerse a las piedras. <\/p>\n

[read more: https:\/\/t.co\/fDUNDctFgc<\/a>] pic.twitter.com\/RL2B2dqs3x<\/a><\/p>\n

\u2014 Massimo (@Rainmaker1973) 19 de abril de 2023<\/a><\/p><\/blockquote>\n<\/div>\n

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Un video de un b\u00faho corriendo, un Recomendaci\u00f3n<\/a> para un libro sobre la Viena de fin de si\u00e8cle, el post de uno de mis twitteros favoritos, El Hotzo<\/a>: \u00abLo mejor medieval, sin az\u00facar industrial en tu comida, y los mensajes no est\u00e1n en tu celular 24\/7, sino cada 6 semanas de un vendedor ambulante.\u00bb Lo encuentro divertido.<\/p>\n

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\u00bfAlguna vez has visto correr a un b\u00faho? pic.twitter.com\/UyhJsJsFxc<\/a><\/p>\n

\u2014 La naturaleza es asombrosa \u2618\ufe0f (@AMAZlNGNATURE) 10 de mayo de 2023<\/a><\/p><\/blockquote>\n<\/div>\n

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Por otro lado, me doy cuenta de que estoy demasiado en Internet. As\u00ed que me arriesgu\u00e9 en mi viaje en tren: decid\u00ed no comprar un paquete de roaming para Francia. El viaje de Basilea a Estrasburgo tom\u00f3 1 hora y 18 minutos. Probablemente deber\u00eda poder hacer eso sin Internet. \u00bfO no?<\/p>\n

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As\u00ed que conduje por Alsacia y mir\u00e9 por la ventana. Pasaron pueblos, campos, bosques desnudos y \u00e1reas industriales. Algunos pasajeros a mi alrededor, voces apagadas. Eso era todo, ese era mi mundo. El camino al otro mundo, el de todas las promesas coloridas, estaba bloqueado: sin Twitter, sin Facebook, sin YouTube, sin Whatsapp. Saqu\u00e9 mi libro de mi bolsillo y comenc\u00e9 a leer. Pero despu\u00e9s de unos minutos me rend\u00ed.<\/p>\n

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As\u00ed que estoy en buena mala compa\u00f1\u00eda. El psic\u00f3logo estadounidense Larry Rosen habl\u00f3 hace dos a\u00f1os en una entrevista con la \u00abRep\u00fablica\u00bb aun de una crisis de atenci\u00f3n colectiva:<\/a> Despu\u00e9s de un promedio de tres a seis minutos, volvemos a buscar nuestros tel\u00e9fonos inteligentes. La red nos ha hecho d\u00e9biles. Casi no podemos recordar nada y aparentemente ya casi no nos concentramos. Apoy\u00e9 la cabeza contra la ventana y vi pasar el paisaje afuera. Como un hombre de la Edad de Piedra.<\/p>\n

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F\u00e1brica de especias sin internet<\/span><\/h2>\n

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Es dif\u00edcil imaginar la vida sin Internet. Y, sin embargo, todav\u00eda existen, la gente de la Edad de Piedra que no usa Internet. El 5 por ciento de la poblaci\u00f3n en Suiza est\u00e1 desconectada, seg\u00fan un estudio del Universidad de Z\u00farich<\/a> determinado. Eso es alrededor de 330.000 personas. Sin embargo, la raz\u00f3n principal de su vida fuera de l\u00ednea no es la renuncia voluntaria, sino la exclusi\u00f3n social: la mayor\u00eda de los suizos sin internet tienen 70 a\u00f1os o m\u00e1s, tienen un bajo nivel de educaci\u00f3n y bajos ingresos.<\/p>\n

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Uno de estos intrusos es Werner Amb\u00fchl, de 82 a\u00f1os, propietario de la f\u00e1brica de alimentos Egger en Gunten, en el lago Thun. Desde 1969 trabaja en la empresa, que produce mezclas de especias, salsas y pastas. Todav\u00eda est\u00e1 detr\u00e1s del mostrador hasta el d\u00eda de hoy.<\/p>\n

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Visit\u00e9 Amb\u00fchl unas semanas despu\u00e9s de mi viaje a Estrasburgo. La sala de ventas parece una farmacia. Latas y cajas blancas est\u00e1n alineadas en estantes de madera: condimento en polvo, salsa, condimento italiano para espaguetis, caldo de carne y pollo.<\/p>\n

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La f\u00e1brica es como una c\u00e1psula del tiempo, una reliquia de los a\u00f1os 80 en el mejor de los casos. Todas las mezclas de especias todav\u00eda se mezclan y embotellan a mano. Y sobre todo: todo funciona sin internet. La compa\u00f1\u00eda tiene una p\u00e1gina de inicio<\/a> y una pagina en facebook<\/a>. Sin embargo, no hay direcci\u00f3n de correo electr\u00f3nico o formularios de pedido en l\u00ednea.<\/p>\n

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\u00abInternet simplemente no es para m\u00ed\u00bb, dice Amb\u00fchl, levantando las manos a modo de disculpa. Tambi\u00e9n se podr\u00eda decir: Werner Amb\u00fchl es un desacelerador por excelencia.<\/p>\n

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Si quieres encargar algo, tienes que llamar o enviar una postal. Los clientes habituales reciben una descripci\u00f3n general de una lista de todas las mezclas de especias. Amb\u00fchl tambi\u00e9n encarga por tel\u00e9fono los sacos de mejorana, ajo o curry Madr\u00e1s de la India. Llama a sus proveedores, tienen su sede en St. Gallen, Z\u00farich y Winterthur. Amb\u00fchl escribe cartas comerciales en la m\u00e1quina de escribir que ya estaba en la f\u00e1brica cuando comenz\u00f3 all\u00ed en 1969. Es una bestia gris con llaves que se paran sobre pilotes.<\/p>\n

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Si trabajara en la f\u00e1brica durante una semana, ser\u00eda un retiro de desintoxicaci\u00f3n digital, aunque probablemente me volver\u00eda loco. Y sobre todo como cliente. \u00bfPedir mezclas de especias? Aqu\u00ed, bang, simplemente haga clic en J\u00e4gersauce o en el pan rallado sazonado de la lista, bang, haga clic en \u00abPedir\u00bb. Ah, la confirmaci\u00f3n ya est\u00e1 en mi bandeja de entrada de correo electr\u00f3nico.<\/p>\n

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Los smartphones roban energ\u00eda y cercan\u00eda<\/span><\/h2>\n

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Por supuesto, Internet es extremadamente \u00fatil. Pero esa no es la \u00fanica raz\u00f3n por la que nos encanta. La raz\u00f3n principal por la que pasamos tanto tiempo all\u00ed es porque es el medio a trav\u00e9s del cual moldeamos nuestras relaciones. Encontrar nuevos amigos, intercambiar fotos, discutir: Internet es como una red invisible que se ha estirado debajo de todas nuestras vidas. Nuestros contactos siempre est\u00e1n disponibles, y nosotros siempre estamos disponibles.<\/p>\n

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Por lo tanto, el tel\u00e9fono inteligente tambi\u00e9n proporciona informaci\u00f3n sobre nuestro estado social. Cuanto m\u00e1s zumba, mejor. Nuevos mensajes, me gusta para una foto o comentarios en nuestra se\u00f1al de publicaci\u00f3n de Facebook: soy popular, mi contribuci\u00f3n es importante, pertenezco a la manada. Y luego est\u00e1n estos geniales GIF de gatos en la web.<\/p>\n

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Me siento perdido sin Internet y s\u00e9 que eso es problem\u00e1tico. Con demasiada frecuencia, los fines de semana, me desplazo por mi interminable l\u00ednea de tiempo de Twitter en lugar de leer un libro o salir a correr. Ahora me propuse no estar frente a la pantalla despu\u00e9s de las 10 p. m. A menudo no tengo \u00e9xito y esta dependencia me molesta.<\/p>\n

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No estoy solo en eso tampoco. Muchas personas han interiorizado tanto su tel\u00e9fono m\u00f3vil que apenas son conscientes de ello. Uno Estudiar desde Gran Breta\u00f1a<\/a> llega a la conclusi\u00f3n de que la mayor\u00eda de los participantes revisan sus tel\u00e9fonos celulares cada cinco minutos, no porque haya aparecido un mensaje en su pantalla, sino porque no pueden evitarlo: lo hacen autom\u00e1ticamente, por un impulso interno. Muchos de los encuestados se sorprendieron de la frecuencia con la que buscaban sus tel\u00e9fonos inteligentes.<\/p>\n

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Lo que la investigaci\u00f3n tambi\u00e9n encontr\u00f3: Las conversaciones se vuelven superficiales.<\/a>; las personas pueden menos capaz de concentrarse en una tarea<\/a>cuando un tel\u00e9fono celular est\u00e1 a la vista, independientemente de si el tel\u00e9fono celular est\u00e1 encendido o apagado o si est\u00e1 boca arriba o boca abajo sobre la mesa.<\/p>\n

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Lo que queda en el camino son los encuentros reales, el ser real en el momento. En su libro \u00abVerbunden\u00bb, la periodista Anna Miller explica c\u00f3mo el consumo excesivo de internet nos roba la energ\u00eda y la cercan\u00eda con otras personas. Ella escribe: \u201cCuanto m\u00e1s tratamos de mantenernos conectados con todos en el mundo digital, m\u00e1s a menudo ya no estamos realmente all\u00ed. F\u00edsica y emocionalmente ya no est\u00e1n presentes en el espacio en el que nos encontramos ahora\u00bb.<\/p>\n

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S\u00e9 como te sientes. Una vez que estoy sin tel\u00e9fono celular por unas horas, digamos, porque lo dej\u00e9 en casa para ir a nadar, me pongo nervioso. Una tarde en el lago sin internet ya me resulta demasiado aburrida. De vuelta a casa, me siento mejor: finalmente puedo ver lo que est\u00e1 pasando en l\u00ednea de nuevo.<\/p>\n

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Fuegos artificiales de dopamina en el cerebro<\/span><\/h2>\n

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\u00bfPor qu\u00e9 nos cautiva tanto el mundo digital?<\/p>\n

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Aqu\u00ed es donde entran en juego los experimentos con palomas del psic\u00f3logo estadounidense Burrhus Frederic Skinner de la d\u00e9cada de 1950. En un experimento, una paloma se sent\u00f3 frente a un comedero que dispensaba granos cada vez que presionaba un bot\u00f3n. Pero cuando el donante de repente solo entreg\u00f3 comida de manera irregular, la paloma no perdi\u00f3 inter\u00e9s. Al contrario: ella sigui\u00f3 presionando el bot\u00f3n, con la esperanza de ser recompensada en alg\u00fan momento. Se volvi\u00f3 adicta.<\/p>\n

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Los humanos nos comportamos en internet como palomas frente al comedero. Cada vez que vemos un video interesante o recibimos un mensaje o un me gusta, nuestro cerebro tiembla dopamina<\/a> off, una sustancia mensajera que tambi\u00e9n se libera cuando sentimos alegr\u00eda: cuando comemos y bebemos, cuando tenemos \u00e9xito, cuando conseguimos dinero, durante el sexo. <\/p>\n

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Claro, en Internet nunca se sabe qu\u00e9 esperar a continuaci\u00f3n. Muchas publicaciones, fotos o videos son aburridos o irrelevantes. Pero hemos aprendido que el pr\u00f3ximo clic, la pr\u00f3xima vez que abramos la aplicaci\u00f3n, seremos recompensados podr\u00eda<\/em>. Queremos estos est\u00edmulos, queremos la dopamina, hace tiempo que nos acostumbramos. Esperamos m\u00e1s de lo que la realidad puede ofrecernos tan r\u00e1pidamente. Desde el sof\u00e1, con tu smartphone en la mano.<\/p>\n

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Al menos no me encuentro con linternas.<\/span><\/h2>\n

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Las empresas de Internet lo saben, por eso dise\u00f1aron sus aplicaciones y plataformas de tal manera que pasamos mucho tiempo all\u00ed. Hay emojis que se mueven divertidos. Engranajes que giran, lo que indica que algo interesante podr\u00eda suceder en los pr\u00f3ximos segundos. Los plazos son infinitamente largos. Entonces estamos tentados a desplazarnos, desplazarnos, desplazarnos para siempre.<\/p>\n

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Por cierto, en realidad no compr\u00e9 un paquete de roaming durante mi viaje en tren a Estrasburgo. Sin embargo, no dur\u00e9 mucho en mi autoimpuesta abstinencia de Internet. Al llegar, me conect\u00e9 a la WLAN en la estaci\u00f3n de tren principal. Como de costumbre, no me hab\u00eda perdido nada importante. Hab\u00eda recibido un bolet\u00edn y a dos personas les hab\u00eda gustado un tuit divertido que hab\u00eda retuiteado unas horas antes. Yo era feliz.<\/p>\n

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\u00bfQu\u00e9 m\u00e1s hice en Estrasburgo? Estaba en el Minster, camin\u00e9 por las calles empedradas y me sent\u00e9 en un caf\u00e9 junto al canal. Pero siempre estaba buscando una WLAN.<\/p>\n

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Al menos no me encuentro con linternas cuando miro mi tel\u00e9fono. Son los peque\u00f1os pasos los que cuentan.<\/p>\n

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