\n<\/aside>\n<\/p>\n
Tal vez comience con una sensaci\u00f3n de poca energ\u00eda, o tal vez te est\u00e9s poniendo un poco irritable. Es posible que tenga dolor de cabeza o dificultad para concentrarse. Tu cerebro te est\u00e1 enviando un mensaje: tienes hambre. Encontrar comida.<\/p>\n
Los estudios en ratones han identificado un grupo de c\u00e9lulas llamadas neuronas AgRP cerca de la parte inferior del cerebro que pueden crear esta desagradable sensaci\u00f3n de hambre, incluso de \u201chambre\u201d. Se sientan cerca del suministro de sangre del cerebro, lo que les da acceso a las hormonas que llegan del est\u00f3mago y del tejido adiposo que indican los niveles de energ\u00eda. Cuando la energ\u00eda es baja, act\u00faan en una variedad de otras \u00e1reas del cerebro para promover la alimentaci\u00f3n.<\/p>\n
Al escuchar a escondidas las neuronas AgRP en ratones, los cient\u00edficos han comenzado a desentra\u00f1ar c\u00f3mo estas c\u00e9lulas se encienden y animan a los animales a buscar comida cuando tienen pocos nutrientes, y c\u00f3mo sienten que la comida llega al intestino para volver a apagarse. Los investigadores tambi\u00e9n descubrieron que la actividad de las neuronas AgRP se altera en ratones con s\u00edntomas similares a los de la anorexia, y que la activaci\u00f3n de estas neuronas puede ayudar a restaurar los patrones normales de alimentaci\u00f3n en esos animales.<\/p>\n
Comprender y manipular las neuronas AgRP podr\u00eda conducir a nuevos tratamientos tanto para la anorexia como para la sobrealimentaci\u00f3n. \u201cSi pudi\u00e9ramos controlar esta sensaci\u00f3n de hambre, podr\u00edamos controlar mejor nuestras dietas\u201d, dice Amber Alhadeff, neurocient\u00edfica del Monell Chemical Senses Center en Filadelfia.<\/p>\n
Comer o no comer<\/h2>\n Las neuronas AgRP parecen ser actores clave en el apetito: desactivarlas en ratones adultos hace que los animales dejen de comer, incluso pueden morir de hambre. Por el contrario, si los investigadores activan las neuronas, los ratones saltan a sus platos de comida y se atiborran.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nLos experimentos en varios laboratorios en 2015 ayudaron a ilustrar lo que hacen las neuronas AgRP. Los investigadores descubrieron que cuando los ratones no hab\u00edan comido lo suficiente, las neuronas AgRP se activaban con m\u00e1s frecuencia. Pero solo la vista o el olor de la comida, especialmente algo delicioso como la mantequilla de man\u00ed o un beso de Hershey, fue suficiente para amortiguar esta actividad, en segundos. A partir de esto, los cient\u00edficos concluyeron que las neuronas AgRP hacen que los animales busquen comida. Una vez que se ha encontrado comida, dejan de disparar con tanta fuerza.<\/p>\n
Un equipo de investigaci\u00f3n, dirigido por el neurocient\u00edfico Scott Sternson en el Campus de Investigaci\u00f3n Janelia en Ashburn, Virginia, tambi\u00e9n mostr\u00f3 que la actividad de las neuronas AgRP parece hacer que los ratones se sientan mal. Para demostrar esto, los cient\u00edficos dise\u00f1aron ratones para que las neuronas AgRP comenzaran a activarse cuando la luz brillaba en el cerebro con una fibra \u00f3ptica (la fibra a\u00fan permit\u00eda que los ratones se movieran libremente). Colocaron estos ratones dise\u00f1ados en una caja con dos \u00e1reas distintas: una de color negro con un piso de rejilla de pl\u00e1stico, la otra blanca con un piso de papel de seda suave. Si los investigadores activaban las neuronas AgRP cada vez que los ratones entraban en una de las dos \u00e1reas, los ratones comenzaban a evitar esa regi\u00f3n.<\/p>\n
Sternson, ahora en la Universidad de California en San Diego, concluy\u00f3 que la activaci\u00f3n de AgRP se sinti\u00f3 \u00abligeramente desagradable\u00bb. Eso tiene sentido en la naturaleza, dice: cada vez que un rat\u00f3n abandona su nido, est\u00e1 en riesgo de los depredadores, pero debe superar este miedo para poder buscar comida y comer. \u00abEstas neuronas AgRP son una especie de impulso que, en un entorno peligroso, vas a salir y buscar comida para seguir con vida\u00bb.<\/p>\n
El estudio de Sternson de 2015 hab\u00eda demostrado que, si bien la vista o el olor de la comida calman las neuronas AgRP, es solo temporal: la actividad vuelve a subir si el rat\u00f3n no puede seguir y comerse el bocadillo. A trav\u00e9s de experimentos adicionales, Alhadeff y sus colegas descubrieron que lo que apaga las neuronas AgRP de manera m\u00e1s confiable son las calor\u00edas que llegan al intestino.<\/p>\n\n