\n<\/aside>\n<\/p>\n
El a\u00f1o pasado, informamos sobre un an\u00e1lisis de muestras de suelo recolectadas de un inodoro de piedra encontrado dentro de las ruinas de una villa elegante, que revel\u00f3 la presencia de huevos de par\u00e1sitos de cuatro especies diferentes. Conclusi\u00f3n: La \u00e9lite adinerada y privilegiada de Jerusal\u00e9n en el siglo VII a. C. estaba plagada de malas condiciones sanitarias y de enfermedades intestinales parasitarias resultantes. Ahora, los cient\u00edficos han encontrado evidencia de un par\u00e1sito que causa disenter\u00eda en muestras de suelo recolectadas de ese mismo inodoro de piedra, as\u00ed como en un segundo inodoro de piedra de la misma regi\u00f3n que tiene un dise\u00f1o casi id\u00e9ntico. Los resultados aparecen en un nuevo art\u00edculo publicado en la revista Parasitology.<\/p>\n
\u00abEl hecho de que estos par\u00e1sitos estuvieran presentes en los sedimentos de dos pozos negros de la Edad del Hierro sugiere que la disenter\u00eda era end\u00e9mica en el Reino de Jud\u00e1\u00bb, dijo el coautor Piers Mitchell, arque\u00f3logo de la Universidad de Cambridge. \u00abLa disenter\u00eda se transmite por las heces que contaminan el agua potable o los alimentos, y sospechamos que podr\u00eda haber sido un gran problema en las primeras ciudades del antiguo Cercano Oriente debido al hacinamiento, el calor y las moscas, y la disponibilidad limitada de agua en el verano\u00bb.<\/p>\n
Los arque\u00f3logos pueden aprender mucho estudiando los restos de par\u00e1sitos intestinales en heces antiguas. Por ejemplo, estudios previos han comparado los par\u00e1sitos fecales encontrados en comunidades de cazadores-recolectores y agricultores, revelando cambios dr\u00e1sticos en la dieta, as\u00ed como cambios en los patrones de asentamiento y organizaci\u00f3n social que coinciden con el auge de la agricultura. La domesticaci\u00f3n de animales, en particular, condujo a m\u00e1s infecciones parasitarias en las comunidades agr\u00edcolas, mientras que los grupos de cazadores-recolectores estaban expuestos a menos par\u00e1sitos y enfermedades transmisibles debido a su estilo de vida n\u00f3mada. Esto se refleja incluso en las modernas comunidades n\u00f3madas de cazadores-recolectores. <\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nHay referencias a par\u00e1sitos intestinales en muchos textos antiguos de la regi\u00f3n de Israel, y es probable que el Creciente F\u00e9rtil sea anterior a otras regiones en cuanto a evidencia de infecci\u00f3n parasitaria intestinal. Pero hay evidencia arqueol\u00f3gica limitada de ba\u00f1os en el antiguo Israel, con los primeros tres ejemplos que datan de finales de la Edad del Bronce, todos ubicados en \u00e1reas palaciegas, lo que indica que los ba\u00f1os eran un privilegio otorgado principalmente a los miembros de los grupos gobernantes. Pero solo ha habido dos estudios que examinan posibles restos parasitarios en cualquiera de los ba\u00f1os encontrados hasta el momento, y solo uno de ellos inform\u00f3 la recuperaci\u00f3n de los huevos de par\u00e1sitos intestinales.<\/p>\n
Eso cambi\u00f3 en 2022. Unos a\u00f1os antes, la Autoridad de Antig\u00fcedades de Israel comenz\u00f3 a excavar las ruinas de una gran propiedad conocida como Armon Hanatziv, o el Palacio del Comisionado, que data de mediados del siglo VII a. C., es decir, el per\u00edodo del Primer Templo, probablemente cayendo entre los reinados del rey Ezequ\u00edas y el rey Jos\u00edas. Cuando se excav\u00f3 el jard\u00edn, los arque\u00f3logos encontraron evidencia de un gran dep\u00f3sito de agua y un objeto c\u00fabico de piedra caliza con un agujero en el centro, probablemente los restos de un asiento de inodoro primitivo.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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