{"id":651923,"date":"2023-05-28T15:22:13","date_gmt":"2023-05-28T15:22:13","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-mal-comportamiento-y-una-vida-personal-desordenada-alguna-vez-fueron-un-regalo-para-los-autores-ya-no\/"},"modified":"2023-05-28T15:22:16","modified_gmt":"2023-05-28T15:22:16","slug":"el-mal-comportamiento-y-una-vida-personal-desordenada-alguna-vez-fueron-un-regalo-para-los-autores-ya-no","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-mal-comportamiento-y-una-vida-personal-desordenada-alguna-vez-fueron-un-regalo-para-los-autores-ya-no\/","title":{"rendered":"El mal comportamiento y una vida personal desordenada alguna vez fueron un regalo para los autores. Ya no"},"content":{"rendered":"


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\"<spanFotograf\u00eda: Ulf Andersen\/Getty<\/span>\u00bb src=\u00bbhttps:\/\/s.yimg.com\/ny\/api\/res\/1.2\/i9SwN8w2E5GvlBNQhmZIUA–\/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTU3Ng–\/https:\/\/media.zenfs.com\/en\/theguardian_763\/bf296fca13f94d14b92b2b2a7de840fd\u00bb data-src=\u00bbhttps:\/\/s.yimg.com\/ny\/api\/res\/1.2\/i9SwN8w2E5GvlBNQhmZIUA–\/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTU3Ng–\/https:\/\/media.zenfs.com\/en\/theguardian_763\/bf296fca13f94d14b92b2b2a7de840fd\u00bb\/><\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n

Fotograf\u00eda: Ulf Andersen\/Getty<\/span><\/figcaption><\/p>\n<\/figure>\n

\u00abA medida que envejeces, te das cuenta de que todas estas cosas (premios, rese\u00f1as, avances, lectores) son todo espect\u00e1culo y la verdadera acci\u00f3n comienza con tu obituario\u00bb.<\/p>\n

Martin Amis comenz\u00f3 a girar a favor de sus futuros obituarios en 2003, en la coyuntura, publicaci\u00f3n Perro amarillo<\/em>, momento en el que premios, cr\u00edticas, avances y lectores comenzaron a volverse en su contra. Sab\u00eda c\u00f3mo se desarrollar\u00edan las cosas. Despu\u00e9s de dos d\u00e9cadas de tranquilidad en el mundo literario de Martin Amis, se ha producido una rehabilitaci\u00f3n repentina. La semana pasada, las p\u00e1ginas de las secciones de obituarios explotaron con un fen\u00f3meno extra\u00f1amente anterior a 2003: una fascinaci\u00f3n semitolerante con la vida personal de Amis y la forma en que pudo haberse filtrado en su trabajo, y viceversa.<\/p>\n

Relacionado: <\/span>Martin Amis era Mick Jagger en forma literaria, estaba enamorado | Geoff Dyer<\/p>\n

Hay una nostalgia en estas piezas: golpean al lector como misivas de otra \u00e9poca. Lo que sol\u00eda ser un elemento b\u00e1sico de la cultura literaria, una especie de curiosidad relajada hacia las inclinaciones de los escritores, sus escandalosas aventuras amorosas, sus malas opiniones pol\u00edticas, ahora solo se encuentra en las secciones de obituarios. Antes de 2003, m\u00e1s o menos, hubo una era larga en la que las personalidades con defectos se vend\u00edan rutinariamente como parte del paquete: escritores, artistas y estrellas de rock apuntalaban su lugar en el firmamento revelando o cultivando una vida complicada. Martin Amis, Christopher Hitchens, Philip Larkin: el lotario, el narrador borracho, el recluso. La imagen aliment\u00f3 la fama, que aliment\u00f3 las ventas. Los lectores informados por los chismes disfrutaban especulando sobre los puntos en los que la realidad se encontraba con la ficci\u00f3n: \u00bfqui\u00e9n hab\u00eda inspirado qu\u00e9? \u00bfEras realmente un escritor si no viv\u00edas como tal? Pero las cosas han cambiado.<\/p>\n

Todav\u00eda nos obsesionamos con los artistas dif\u00edciles en las pel\u00edculas de prestigio, desde una distancia m\u00ednima de 50 a\u00f1os m\u00e1s o menos. Pero para nuestra cosecha actual de escritores, pintores, m\u00fasicos y dem\u00e1s, la personalidad est\u00e1 pasada de moda. De hecho, aquellos a quienes consideramos \u00edconos culturales ahora deben vivir las vidas apol\u00edticas intachables de la realeza menor. Cualquier indicio de desviaci\u00f3n del acto de ni\u00f1o o ni\u00f1a principal puede infligir un da\u00f1o terrible: una vez que un peque\u00f1o grupo lo ha rechazado en Twitter, debe comenzar a preocuparse de que sus editores sean los siguientes.<\/p>\n