{"id":671449,"date":"2023-06-08T14:34:51","date_gmt":"2023-06-08T14:34:51","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-versos-terrestres-una-serie-de-impactantes-instantaneas-de-la-opresion-cotidiana-en-iran-lo-mas-popular-lectura-obligada-suscribase-a-boletines-de-variedades-mas-de-nuestras-marcas\/"},"modified":"2023-06-08T14:34:54","modified_gmt":"2023-06-08T14:34:54","slug":"resena-de-versos-terrestres-una-serie-de-impactantes-instantaneas-de-la-opresion-cotidiana-en-iran-lo-mas-popular-lectura-obligada-suscribase-a-boletines-de-variedades-mas-de-nuestras-marcas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-versos-terrestres-una-serie-de-impactantes-instantaneas-de-la-opresion-cotidiana-en-iran-lo-mas-popular-lectura-obligada-suscribase-a-boletines-de-variedades-mas-de-nuestras-marcas\/","title":{"rendered":"Rese\u00f1a de ‘Versos terrestres’: una serie de impactantes instant\u00e1neas de la opresi\u00f3n cotidiana en Ir\u00e1n Lo m\u00e1s popular Lectura obligada Suscr\u00edbase a boletines de variedades M\u00e1s de nuestras marcas"},"content":{"rendered":"


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\tUna c\u00e1mara bloqueada puede transmitir muchas cosas: vigilancia, sigilo, eliminaci\u00f3n cl\u00ednica o moderaci\u00f3n elegante, pero rara vez es tan evocadoramente acusatoria como en \u201cVersos terrestres\u201d de Alireza Khatami y Ali Asgari. Aqu\u00ed, su uso sobre una serie de vi\u00f1etas estacionarias, respaldadas por im\u00e1genes dram\u00e1ticas del colapso urbano, se convierte en una opci\u00f3n cada vez m\u00e1s inspirada incluso cuando los temas comienzan a repetirse y las resonancias con el movimiento Women Life Freedom en curso en Ir\u00e1n se vuelven m\u00e1s evidentes. Poniendo al espectador en la inc\u00f3moda posici\u00f3n de entrevistador\/interrogador en nueve encuentros entre iran\u00edes comunes y alg\u00fan tipo de figura de autoridad, esta es una pel\u00edcula impactante en primera persona, desde el punto de vista de la \u00faltima persona que quieres ser. <\/p>\n

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\tAlgunas de las historias tienen un tono levemente c\u00f3mico, especialmente al principio. En la primera de las composiciones n\u00edtidas y enmarcadas en formato 4:3 del director de fotograf\u00eda Adib Sobhani, se nos presenta a un padre (Bahram Ark) que es castigado por no elegir un nombre suficientemente isl\u00e1mico para su hijo reci\u00e9n nacido. Luego, la escena cambia a una ni\u00f1a peque\u00f1a (Arghavan Sabani) que apenas tolera un parloteo halagador e intimidatorio de una vendedora mientras se ajusta su uniforme escolar: una abaya y un velo del tama\u00f1o de una ni\u00f1a, que se traga su camiseta de Mickey Mouse y sus brillantes auriculares rosas. Todo lo que realmente quiere hacer es bailar con la m\u00fasica pop que suena en sus o\u00eddos. Los sujetos envejecen progresivamente de una escena a otra: en la siguiente, una adolescente (Sarvin Zabetian) es interrogada por el director de su escuela, quien cree que la ni\u00f1a fue vista yendo a la escuela en una motocicleta con un ni\u00f1o. Su reuni\u00f3n termina con un giro inesperado, ya que la ni\u00f1a le da la vuelta a la mujer mayor de una manera satisfactoriamente sat\u00edrica. <\/p>\n

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\tSin embargo, no muchas de las historias ofrecen tal catarsis. El estado de \u00e1nimo se oscurece y las voces fuera de la pantalla se vuelven m\u00e1s amenazantes. Una creciente inquietud retumba debajo de cada escena, construy\u00e9ndose junto con el ingenioso dise\u00f1o de sonido ambiental de Alireza Alavian. Una mujer joven (Sadaf Asgari) es acusada de conducir sin su hiyab; un hombre de mediana edad (Majid Salehi) soporta humillaciones sin sentido cuando solicita un trabajo de baja categor\u00eda; una mujer mayor (Gouhar Kheri Andish) le pide a un oficial de polic\u00eda que la ayude a encontrar a su amado perro perdido; y un cineasta (Farzin Mohades) debe, literalmente, arrancar trozos de su gui\u00f3n para cumplir con las demandas ideol\u00f3gicas de la censura. En el medio est\u00e1n las dos secuencias m\u00e1s destacadas. En uno, un joven (Hossein Soleimani) que est\u00e1 renovando su licencia de conducir se ve envuelto en una farsa cada vez m\u00e1s dudosa y oscuramente abusiva con un bur\u00f3crata con un inter\u00e9s malsano en su cuerpo tatuado. En el otro, una mujer joven claramente inc\u00f3moda (Faezeh Rad) es entrevistada para un puesto por un jefe de la empresa invisible pero evidentemente depredador en una habitaci\u00f3n de hotel, una situaci\u00f3n que ser\u00e1 familiar para muchas mujeres, ya sea que hayamos usado hiyab o no. . <\/p>\n

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\tDe hecho, el punto m\u00e1s importante que plantea \u201cVersos terrestres\u201d, a pesar de la simplicidad directa de su presentaci\u00f3n, es que el c\u00f3digo de conducta exigido por la interpretaci\u00f3n m\u00e1s estrecha de la ley isl\u00e1mica es simplemente un veh\u00edculo conveniente a trav\u00e9s del cual canalizar los fanatismos m\u00e1s profundos y universalmente practicados y opresiones. La piedad ostensible de los entrevistadores fuera de campo se muestra en casi todos los casos como una pretensi\u00f3n hip\u00f3crita, un medio conveniente para ejercer un poder mucho m\u00e1s fundamental (y fundamentalista) y para satisfacer instintos mucho m\u00e1s bajos. <\/p>\n

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\tEl elenco es uniformemente excelente, especialmente dados los rigores de una presentaci\u00f3n que les brinda a los actores literalmente ning\u00fan lugar donde esconderse. En el segmento de la licencia de conducir, por ejemplo, Soleimani es la \u00fanica presencia en pantalla y, sin embargo, ofrece una actuaci\u00f3n espectacular de incredulidad naciente, esperanza menguante, disgusto creciente y resignaci\u00f3n final. All\u00ed y en otros lugares, terminamos analizando cada parpadeo de expresi\u00f3n del sujeto, cada cambio sutil en el lenguaje corporal y cada vacilaci\u00f3n en la respuesta, en busca de grietas y debilidades. Y casi no nos damos cuenta de que lo estamos haciendo, tan sutilmente se nos insin\u00faa en la posici\u00f3n del detentador del poder en una interacci\u00f3n con los relativamente impotentes. <\/p>\n

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\tLa estructura de vi\u00f1etas de la pel\u00edcula es inevitablemente desigual, y las historias finalmente giran en torno al mismo conjunto de injusticias y corrupciones institucionales sin siquiera sugerir una salida, excepto tal vez, dados los sujetalibros cuasi-apocal\u00edpticos, el fin del mundo. Pero \u201cVersos terrestres\u201d, llamado as\u00ed por un poema de la destacada poeta y cineasta feminista iran\u00ed Forugh Farrokhzad, todav\u00eda se aferra a su forma de estrofa marcadamente elocuente. Y aunque los coguionistas y directores Khatami andi Asgari est\u00e1n claramente del lado del iran\u00ed oprimido com\u00fan, tal vez su pel\u00edcula sea especialmente poderosa al brindarnos la desconcertante visi\u00f3n desde la silla del opresor. Qu\u00e9 extra\u00f1o es ver a trav\u00e9s de los ojos de peque\u00f1os tiranos que de alguna manera pueden mirar a la gente decente y ver solo peones y juguetes.<\/p>\n<\/div>\n