\n<\/aside>\n<\/p>\n
Cuando un hurac\u00e1n toca tierra, la destrucci\u00f3n puede ser visible durante a\u00f1os o incluso d\u00e9cadas. Menos obvio, pero tambi\u00e9n poderoso, es el efecto que tienen los huracanes en los oc\u00e9anos.<\/p>\n
En un nuevo estudio, mostramos a trav\u00e9s de mediciones en tiempo real que los huracanes no solo agitan el agua en la superficie. Tambi\u00e9n pueden empujar el calor hacia las profundidades del oc\u00e9ano de manera que pueden encerrarlo durante a\u00f1os y, en \u00faltima instancia, afectar regiones alejadas de la tormenta.<\/p>\n
El calor es el componente clave de esta historia. Desde hace tiempo se sabe que los huracanes obtienen su energ\u00eda de las c\u00e1lidas temperaturas de la superficie del mar. Este calor ayuda a que el aire h\u00famedo cerca de la superficie del oc\u00e9ano se eleve como un globo aerost\u00e1tico y forme nubes m\u00e1s altas que el Monte Everest. Esta es la raz\u00f3n por la cual los huracanes generalmente se forman en las regiones tropicales.<\/p>\n
Lo que descubrimos es que, en \u00faltima instancia, los huracanes tambi\u00e9n ayudan a calentar el oc\u00e9ano, al mejorar su capacidad para absorber y almacenar calor. Y eso puede tener consecuencias de largo alcance.<\/p>\n\nAgrandar
\/<\/span> C\u00f3mo los huracanes extraen energ\u00eda del calor del oc\u00e9ano.<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\nCuando los huracanes mezclan calor con el oc\u00e9ano, ese calor no vuelve a aparecer en el mismo lugar. Mostramos c\u00f3mo las ondas submarinas producidas por la tormenta pueden empujar el calor aproximadamente cuatro veces m\u00e1s profundo que la mezcla sola, envi\u00e1ndolo a una profundidad donde el calor queda atrapado lejos de la superficie. Desde all\u00ed, las corrientes marinas profundas pueden transportarlo miles de kil\u00f3metros. Un hurac\u00e1n que atraviese el Oc\u00e9ano Pac\u00edfico occidental y golpee Filipinas podr\u00eda terminar suministrando agua tibia que calentar\u00eda la costa de Ecuador a\u00f1os despu\u00e9s.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nEn el mar, en busca de tifones<\/h2>\n Durante dos meses en el oto\u00f1o de 2018, vivimos a bordo del barco de investigaci\u00f3n Thomas G. Thompson para registrar c\u00f3mo respond\u00eda el mar de Filipinas a los patrones clim\u00e1ticos cambiantes. Como cient\u00edficos del oc\u00e9ano, estudiamos la mezcla turbulenta en el oc\u00e9ano y los huracanes y otras tormentas tropicales que generan esta turbulencia.<\/p>\n
Los cielos estaban despejados y los vientos estaban en calma durante la primera mitad de nuestro experimento. Pero en la segunda mitad, tres grandes tifones, como se conoce a los huracanes en esta parte del mundo, agitaron el oc\u00e9ano.<\/p>\n <\/figure>\nEse cambio nos permiti\u00f3 comparar directamente los movimientos del oc\u00e9ano con y sin la influencia de las tormentas. En particular, est\u00e1bamos interesados \u200b\u200b\u200b\u200ben saber c\u00f3mo la turbulencia debajo de la superficie del oc\u00e9ano ayudaba a transferir calor hacia las profundidades del oc\u00e9ano.<\/p>\n
Medimos la turbulencia oce\u00e1nica con un instrumento llamado perfilador de microestructuras, que cae libremente casi 300 metros (1000 pies) y utiliza una sonda similar a la aguja de un fon\u00f3grafo para medir los movimientos turbulentos del agua.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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