Fotograf\u00eda: Aidan Monaghan\/Apple<\/span><\/figcaption><\/p>\n<\/figure>\nLa \u00faltima oferta de Apple TV+ es Idris Elba on a Plane. \u00c9l interpreta a un tipo com\u00fan, Sam Nelson, conocido por sus habilidades de negociaci\u00f3n comercial en la Tierra, que se encuentra atrapado en un vuelo secuestrado y obligado a asumir el papel de h\u00e9roe reacio. As\u00ed que tambi\u00e9n es Idris Elba en Die Hard. Y el viaje de siete horas se desarrolla casi en tiempo real, por lo que tambi\u00e9n es Kiefer Sutherland en 24. O m\u00e1s bien es Idris Elba en 7, pero el t\u00edtulo real de este viaje brillantemente ejecutado, lleno de suspenso, tonto y totalmente convincente es Hijack. Ni siquiera tiene un signo de exclamaci\u00f3n.<\/p>\n
No s\u00e9 lo que la gente de marketing estaba pensando, pero la gente de casting jug\u00f3 con los ojos vendados. Solo Elba podr\u00eda llevarse esta pieza perfecta de locura de verano. Incluso entonces, requiere cada gramo de su presencia f\u00edsica y metaf\u00f3ricamente masiva para hacerlo.<\/p>\n
Para creer en la premisa de Hijack aunque sea por un momento, ver\u00e1s, requiere que creas en varias cosas dif\u00edciles. Uno: que existe un hombre tan poderosamente carism\u00e1tico que puede persuadir a cualquiera (chico arrogante y elegante que juega videojuegos demasiado alto, pasajeros fren\u00e9ticos, secuestradores nerviosos y ensangrentados, gente desesperada que se encierra en varios lugares in\u00fatiles) para que lo escuche a \u00e9l y a sus propuestas razonables para apagar los videojuegos, respirar hondo, abrir la puerta y, en general, tratar de encontrar una manera de des-secuestrar el avi\u00f3n y no matar a ninguna de las 200 personas a bordo.<\/p>\n
Dos: que hay un hombre tan agudamente alerta e inteligente que puede deducir que se est\u00e1 gestando una toma de poder violenta por la presencia de un ce\u00f1o extra\u00f1amente fruncido tres filas hacia abajo y una bolsa de lavado aberrante.<\/p>\n
Tres: que podr\u00eda mantener la cabeza lo suficiente como para orquestar varias jugadas, ofensas, medidas y contramedidas arriba y abajo de un avi\u00f3n entre un grupo dispar de pasajeros en p\u00e1nico mientras los pasillos son patrullados por un grupo cada vez m\u00e1s nervioso de nobblers de aviones.<\/p>\n
(Ya ves, no puedo seguir reutilizando la palabra \u00absecuestradores\u00bb, y \u00abterrorista\u00bb tiene un significado espec\u00edfico con el que esta porci\u00f3n de diversi\u00f3n sin pol\u00edtica no quiere contaminarse a s\u00ed misma).<\/p>\n
La historia contin\u00faa<\/button><\/p>\nPero, por supuesto, Elba es, innata, majestuosamente, irreductiblemente, todas estas cosas. Y sobre esta roca se pueden construir con seguridad siete horas de locura. Lo que no quiere decir que los creadores no se hayan tomado en serio sus responsabilidades. Ordena a sus personajes secundarios con aplomo. El sacerdote, la pista falsa (\u00bfo son dos? \u00bfO tres?), la estresada familia de cuatro integrantes que sufren dificultades matrimoniales o simplemente tienen dos hijos en un vuelo de siete horas de Dub\u00e1i a Londres, la amable joven soltera, la vulnerable las colegialas, la azafata que tiene una aventura con el capit\u00e1n (Ben Miles) reciben la personalidad suficiente para evitar que se conviertan en cifras, pero no lo suficiente como para interponerse en el camino de la acci\u00f3n. Nos importa, pero no se nos pide que invirtamos de forma engorrosa.<\/p>\n
Hijack se desarrolla perfectamente. El suspenso se acumula, se libera, se acumula de nuevo, un poco m\u00e1s de tensi\u00f3n, un poco m\u00e1s de espera hasta que el el\u00e1stico se restablezca cada vez. Justo cuando todo est\u00e1 a punto de ser absolutamente demasiado y est\u00e1s a punto de desconectar y salir a caminar para recuperarte, se cortar\u00e1 a una escena dom\u00e9stica que involucra a la familia aburrida a la que Sam inexplicablemente quiere llegar. volver con seguridad. O si solo quiere que el motor siga ronroneando, una escena con personas cada vez m\u00e1s preocupadas en tierra, incluida Alice (Eve Myles), la controladora de tr\u00e1fico a\u00e9reo que primero se da cuenta de que algo anda mal, la oficial antiterrorista Zahra (Archie Panjabi) y finalmente varios ministros del gobierno tratando de decidir si derribar el avi\u00f3n sobre el agua o dejar que se estrelle contra los edificios.<\/p>\n
No se desperdicia ni un momento, ni un cart\u00f3n de bebidas, ni un sistema de entretenimiento a bordo. Las semillas narrativas se siembran, se dejan madurar y se cosechan en el momento justo. Funciona como un reloj sin que los (abundantes) giros m\u00e1s grandes sean predecibles. La \u00fanica nota sin fundamento es el brutal estallido de violencia del Capit\u00e1n Robin en el primer episodio, que se destaca tanto por su maldad moral y f\u00edsica, como por el hecho de que nada m\u00e1s en las seis horas y media restantes sugiere que est\u00e1 ese tipo de hombre. Como todo lo dem\u00e1s en Hijack, sirve para avanzar en la trama, pero a diferencia de todo lo dem\u00e1s en Hijack, tiene el costo de sacarte del momento. Y eso es algo que no puede darse el lujo de hacer con demasiada frecuencia cuando le pide a la audiencia que compre el nivel de absurdo de Hijack por el tiempo que dure.<\/p>\n
Despu\u00e9s de eso, el viaje es continuo. Toda la turbulencia est\u00e1 pensada y el aterrizaje, porque me com\u00ed los siete episodios de una sola vez, y apuesto a que t\u00fa tambi\u00e9n lo har\u00e1s, impecable. Perfectas tonter\u00edas, para disfrutarlas con todo el coraz\u00f3n, aunque probablemente, para pasajeros ansiosos, en tierra firme.<\/p>\n<\/div>\n
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