\n<\/p>\n
Siempre es bueno cuando el fin del mundo puede tener algo de ligereza. Biosfera<\/em>, del director Mel Eslyn, logra combinar una historia postapocal\u00edptica con una comedia de amigos para una pel\u00edcula sobre dos mejores amigos que resultan ser las \u00faltimas personas que quedan en el planeta. Es un gran concepto contado a peque\u00f1a escala, con la totalidad de la pel\u00edcula teniendo lugar dentro de una biosfera del tama\u00f1o de un apartamento, hogar de los amigos de toda la vida Billy (Mark Duplass) y Ray (Sterling K. Brown). Su incre\u00edble qu\u00edmica impulsa la pel\u00edcula hacia adelante, pero es un giro importante a mitad de camino que hace que valga la pena ver esta pel\u00edcula extra\u00f1a, divertida y, a veces, inc\u00f3moda.<\/p>\n<\/div>\n No sabemos mucho sobre lo que realmente sucedi\u00f3 para acabar con el mundo. Sabemos que la pel\u00edcula parece suceder unos a\u00f1os despu\u00e9s de alg\u00fan tipo de colapso ambiental y que el mundo fuera de la esfera est\u00e1 ba\u00f1ado en una oscuridad perpetua. Pero Billy y Ray est\u00e1n haciendo lo mejor que pueden. Corren vueltas todas las ma\u00f1anas, leen Shakespeare y libros de ciencia complejos, y juegan mucho Super Mario Bros<\/em>. Sobreviven gracias en parte a un jard\u00edn y una pecera autosuficientes que les proporcionan alimento. O al menos, eran autosuficientes hasta que una aflicci\u00f3n misteriosa hace que los peces comiencen a morir, lo que lleva a una especie de crisis.<\/p>\n<\/div>\n