{"id":722839,"date":"2023-07-09T06:02:00","date_gmt":"2023-07-09T06:02:00","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/estado-de-emergencia-en-la-suiza-de-africa-como-un-pequeno-pueblo-del-este-del-congo-se-convirtio-en-un-foco-de-violencia\/"},"modified":"2023-07-09T06:02:04","modified_gmt":"2023-07-09T06:02:04","slug":"estado-de-emergencia-en-la-suiza-de-africa-como-un-pequeno-pueblo-del-este-del-congo-se-convirtio-en-un-foco-de-violencia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/estado-de-emergencia-en-la-suiza-de-africa-como-un-pequeno-pueblo-del-este-del-congo-se-convirtio-en-un-foco-de-violencia\/","title":{"rendered":"Estado de emergencia en la \u201cSuiza de \u00c1frica\u201d: c\u00f3mo un peque\u00f1o pueblo del este del Congo se convirti\u00f3 en un foco de violencia"},"content":{"rendered":"


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En Masisi puedes ver lo que est\u00e1 haciendo el conflicto en el este del gigante pa\u00eds.<\/p>\n

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Temprano en la ma\u00f1ana, mujeres y ni\u00f1os manejan el arduo ascenso a Masisi para ir al mercado.<\/h2>\n

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La guerra estaba cada vez m\u00e1s cerca, Jacqueline Chance pronto se dio cuenta de eso. Los disparos que escuch\u00f3 en la noche se hicieron m\u00e1s fuertes. Cada d\u00eda, m\u00e1s y m\u00e1s familias bajaban por la calle principal, cargadas con colchones, bidones y pesadas bolsas de tela. Y pronto los empleados blancos de la ONG abandonaron la ciudad en sus camionetas.<\/p>\n

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El \u00faltimo d\u00eda de febrero de este a\u00f1o, Chance tambi\u00e9n decidi\u00f3 irse de Masisi. El \u00e1rea alrededor de la peque\u00f1a ciudad en el este de Congo-Kinshasa se ha convertido recientemente en un foco de violencia. El ej\u00e9rcito congole\u00f1o lucha aqu\u00ed principalmente contra el M23, un grupo rebelde que recientemente se ha vuelto cada vez m\u00e1s fuerte.<\/p>\n

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Mama Chance, como se la conoce localmente, empac\u00f3 apresuradamente algo de ropa, junto con frijoles y mandioca, para ella, su esposo y sus seis hijos. Luego, ella y su familia se unieron a la marea de la desesperaci\u00f3n. Despu\u00e9s de tres d\u00edas de caminata, llegaron a la peque\u00f1a granja de una t\u00eda lejana. Podr\u00edan quedarse aqu\u00ed por el momento.<\/p>\n

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Muchas personas en la regi\u00f3n alrededor de Masisi han experimentado historias como estas en los \u00faltimos meses. Solo en marzo, 72.000 personas fueron desplazadas aqu\u00ed.<\/p>\n

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Un conflicto por la tierra y los recursos<\/strong><\/span><\/h2>\n

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Masisi se encuentra en una cadena de colinas, que tambi\u00e9n se llama la \u00abSuiza de \u00c1frica\u00bb. Se eleva al oeste del lago Kivu y tiene una altura de hasta 2000 metros. Durante d\u00e9cadas, la regi\u00f3n ha sido repetidamente escenario de sangrientos conflictos y juegos de poder pol\u00edtico. En el pasado, los desencadenantes sol\u00edan ser disputas sobre la propiedad de la tierra. Hoy tambi\u00e9n hay una lucha por el acceso a los codiciados recursos minerales, como el colt\u00e1n.<\/p>\n

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En el \u00faltimo a\u00f1o y medio, la situaci\u00f3n de seguridad aqu\u00ed se ha vuelto a deteriorar significativamente. A fines de 2021, la milicia M23 conquist\u00f3 las primeras \u00e1reas de la regi\u00f3n y luego expandi\u00f3 continuamente su control. Desde principios de este a\u00f1o, la intensidad de estos avances ha vuelto a aumentar. En ocasiones, la milicia pr\u00e1cticamente se acerc\u00f3 a las fronteras exteriores de Masisi.<\/p>\n

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La milicia M23 est\u00e1 formada por ex soldados del ej\u00e9rcito congole\u00f1o y se form\u00f3 en 2012. Muchos miembros pertenecen al grupo \u00e9tnico tutsi. Despu\u00e9s de que el M23 incluso ocupara la ciudad de Goma por un corto tiempo despu\u00e9s de su formaci\u00f3n, estuvo en silencio durante a\u00f1os. Ahora ha recuperado su influencia. Seg\u00fan una investigaci\u00f3n de la ONU<\/a> \u00bfEsto tambi\u00e9n tiene algo que ver con Ruanda? El pa\u00eds vecino debe apoyar militar y financieramente a la milicia.<\/p>\n

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Tras negociaciones con el gobierno, el M23 se comprometi\u00f3 en abril a retirarse de la regi\u00f3n de Masisi. A pesar de esto, los milicianos permanecen en las colinas boscosas alrededor de Masisi; Se dice que recientemente han estallado de nuevo violentos combates en la regi\u00f3n.<\/p>\n

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Una familia destrozada<\/strong><\/span><\/h2>\n

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Mama Chance regres\u00f3 recientemente a su ciudad natal a pesar de la tensa situaci\u00f3n de seguridad. Est\u00e1 contenta de que ya no est\u00e9 encerrada en la peque\u00f1a granja de sus familiares, donde otras tres familias desplazadas tambi\u00e9n encontraron refugio temporal. <\/p>\n

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Pero la guerra no ha terminado para ella, sigue viva en su familia. Sus tres hijos mayores, de 16, 13 y 12 a\u00f1os, desaparecieron mientras intentaban escapar en febrero. Mama Chance se hab\u00eda marchado con los tres ni\u00f1os m\u00e1s peque\u00f1os. \u201cLos tres ni\u00f1os mayores prometieron que asegurar\u00edan nuestra casa y luego vendr\u00edan\u201d, dice ella. Pero nunca se unieron a la familia que hu\u00eda.<\/p>\n

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\u00abNo sab\u00edamos d\u00f3nde estaban\u00bb, dice Mama Chance, \u00abOr\u00e9 por ellos todos los d\u00edas\u00bb. Fue solo cuando regres\u00f3 a Masisi que sus conocidos le dijeron que hab\u00edan sido vistos como soldados de los Mai Mai, otro grupo de milicianos que actualmente deambula por las colinas de la regi\u00f3n.<\/p>\n

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Jacqueline Chance vende carne de cabra en el mercado de Masisi. <\/h2>\n

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La tr\u00e1gica historia de la familia de Mama Chance parece un reflejo de la situaci\u00f3n actual en el este del Congo. La organizaci\u00f3n Kivu Security Tracker actualmente cuenta con alrededor de 120 milicias armadas en la regi\u00f3n. Estos incluyen peque\u00f1os grupos de defensa locales, as\u00ed como el M23, que est\u00e1 militarmente bien equipado y aparentemente no puede ser debilitado de manera decisiva ni por el ej\u00e9rcito regular ni por la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU de aproximadamente 17,000 efectivos. Lo que une a la mayor\u00eda de las milicias es su b\u00fasqueda constante de nuevos reclutas.<\/p>\n

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Mama Chance no entiende por qu\u00e9 sus tres hijos de todas las personas se convirtieron en luchadores Mai-Mai: \u00abNi siquiera saben c\u00f3mo sostener un arma en sus manos\u00bb, dice. Hace unas semanas, con la ayuda de un contacto, Chance logr\u00f3 localizar a los Mai Mai. El esperado reencuentro alegre se convirti\u00f3 en una pesadilla. Cuando visit\u00f3 el lugar en un bosque, sus hijos huyeron. \u00abMe vieron como un enemigo\u00bb, dice, girando su rostro surcado por l\u00e1grimas hacia las colinas opuestas. \u00abEspero que vuelvan aunque no tengamos nada. La extra\u00f1o mucho.\u00bb<\/p>\n

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\u00abEstabamos ocupados\u00bb<\/strong><\/span><\/h2>\n

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Los residentes de Masisi contin\u00faan viviendo con miedo e inseguridad. Todav\u00eda se pueden escuchar disparos en la noche.<\/p>\n

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Al mismo tiempo, ahora sienten cada vez m\u00e1s claramente los costos derivados de la violencia. Estos incluyen el aumento masivo de los precios, incluso para los bienes de consumo m\u00e1s simples. La raz\u00f3n: el M23, varias milicias locales y el ej\u00e9rcito congole\u00f1o han comenzado a instalar puestos de control en la \u00fanica carretera que conecta Masisi con Goma. Exigen \u00abaranceles\u00bb a los comerciantes por el paso, lo que aumenta los precios. En Masisi, por ejemplo, un kilogramo de harina cuesta casi tres veces m\u00e1s que el a\u00f1o pasado.<\/p>\n

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Los precios de los medicamentos tambi\u00e9n se ven afectados. Estos son el doble que hace unos meses, dice el doctor Th\u00e9ophile Hangi Kubuya en su oficina en Masisi, mientras la lluvia golpea constantemente el techo de hojalata. Ahora, m\u00e1s que nunca, necesitas un buen equipo.<\/p>\n

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\"El <\/div>
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El director m\u00e9dico del hospital, Th\u00e9ophile Hangi Kubuya, suele estar de guardia por la noche.<\/h2>\n

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Kubuya dirige un hospital en Masisi que se gestiona junto con la ONG M\u00e9decins sans fronti\u00e8res. Aqu\u00ed, ex milicianos y civiles se recuperan de heridas de bala y yacen en camas junto a ni\u00f1os que reciben tratamiento por desnutrici\u00f3n.<\/p>\n

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Desde principios de abril, las 310 camas de hospital han estado constantemente ocupadas y los 16 m\u00e9dicos han estado ocupados, dijo Kubuya. Para poder acomodar a m\u00e1s pacientes, a veces instala tiendas de campa\u00f1a en el patio interior u ofrece colchones en el pasillo. Pero cuanto m\u00e1s dura el conflicto con el M23, m\u00e1s dif\u00edcil es su trabajo, dice Kubuya. \u201cEl n\u00famero de pacientes supera la capacidad del hospital\u201d.<\/p>\n

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Vivo de la lluvia de balas<\/strong><\/span><\/h2>\n

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Entre las 110 personas que han sido tratadas aqu\u00ed por heridas de bala en los primeros meses se encuentra Malaika, de 32 a\u00f1os, cuyo verdadero nombre es diferente.<\/p>\n

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Cuando los rebeldes del M23 atacaron su aldea una ma\u00f1ana de febrero, trat\u00f3 de huir bajo la lluvia de balas. \u00abHab\u00eda armas, muchas, muchas armas\u00bb, recuerda, acostada en una estrecha cama de metal en la cirug\u00eda. No recuerda cu\u00e1ntas balas la alcanzaron, pero le destrozaron la pierna, el brazo y la cintura. \u00abHab\u00eda sangre por todas partes\u00bb, dice ella. La ayuda no lleg\u00f3 hasta la tarde siguiente cuando un vecino la llev\u00f3 al hospital en una motocicleta. \u00abTodo lo que pod\u00eda hacer era llorar\u00bb.<\/p>\n

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\"Malaika <\/div>
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Malaika se est\u00e1 recuperando de m\u00faltiples heridas de bala que le infligieron los rebeldes del M23.<\/h2>\n

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Los vendajes de Malaika se quitar\u00e1n pronto, despu\u00e9s de lo cual podr\u00e1 regresar a su aldea. \u00abEst\u00e1 mejorando un poco cada d\u00eda\u00bb, dice, y explica: \u00abAntes, ni siquiera pod\u00eda levantar la cabeza\u00bb.<\/p>\n

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\u201cLa guerra es particularmente catastr\u00f3fica para las mujeres. Ellos corren m\u00e1s riesgo\u00bb, explica Kubuya. \u201cUsted es el objetivo en este conflicto entre los grupos armados\u201d. Solo entre enero y marzo de este a\u00f1o, el hospital atendi\u00f3 a 165 v\u00edctimas de violencia sexual.<\/p>\n

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Ushindi, tambi\u00e9n su nombre es diferente, es uno de ellos. ella tiene una enfermedad del coraz\u00f3n Cuando su aldea fue atacada por un grupo armado, que se cree que es el M23, en febrero, no pudo seguir el ritmo de los otros fugitivos y se qued\u00f3 atr\u00e1s. \u00abMe dije a m\u00ed mismo: est\u00e1 bien, si quieres matarme, m\u00e1tame aqu\u00ed mismo\u00bb.<\/p>\n

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Ushindi recuerda que los hombres que la sujetaban vest\u00edan una mezcla de ropa militar y civil, portaban rifles y la golpeaban. Siete de ellos la violaron. Otras diez mujeres del pueblo tambi\u00e9n fueron violadas. Ushindi dice que dos de ellos murieron a causa de sus heridas, incluida una ni\u00f1a de nueve a\u00f1os.<\/p>\n

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Despu\u00e9s de eso, se qued\u00f3 tendida en el suelo durante varios d\u00edas, incapaz de moverse o controlar su vejiga. \u00abEra como un paral\u00edtico\u00bb, dice en voz baja. Cuando finalmente los aldeanos la encontraron, la arrastraron al hospital a pie. Eso dur\u00f3 cuatro d\u00edas.<\/p>\n

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\"Ushindi <\/div>
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Ushindi sobrevivi\u00f3 a un ataque de los rebeldes del M23.<\/h2>\n

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Ushindi recibi\u00f3 tratamiento m\u00e9dico en el hospital de Masisi y pas\u00f3 un mes recuper\u00e1ndose de sus heridas. Sin embargo, no pudo volver a casa. Su marido la abandon\u00f3 cuando se enter\u00f3 de que hab\u00eda sido violada.<\/p>\n

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Ushindi sol\u00eda trabajar como agricultora en su pueblo, ahora vive en Masisi y tiene dificultades para encontrar trabajo. \u00abDesde que pas\u00f3 eso, ya no soy feliz\u00bb, dice.<\/p>\n

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Colaboraci\u00f3n: Sophie Neiman.<\/p>\n

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