{"id":737299,"date":"2023-07-20T02:37:27","date_gmt":"2023-07-20T02:37:27","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-ruido-que-siempre-se-puede-escuchar-el-mar-era-el-hogar-de-thomas-mann-y-al-mismo-tiempo-un-abismo-en-el-que-acechan-fuerzas-oscuras\/"},"modified":"2023-07-20T02:37:31","modified_gmt":"2023-07-20T02:37:31","slug":"un-ruido-que-siempre-se-puede-escuchar-el-mar-era-el-hogar-de-thomas-mann-y-al-mismo-tiempo-un-abismo-en-el-que-acechan-fuerzas-oscuras","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-ruido-que-siempre-se-puede-escuchar-el-mar-era-el-hogar-de-thomas-mann-y-al-mismo-tiempo-un-abismo-en-el-que-acechan-fuerzas-oscuras\/","title":{"rendered":"Un ruido que siempre se puede escuchar: el mar era el hogar de Thomas Mann. Y al mismo tiempo un abismo en el que acechan fuerzas oscuras"},"content":{"rendered":"


\n<\/p>\n

<\/p>\n
\n
\n

Agua, arena, cielo: Thomas Mann describi\u00f3 sus d\u00edas de infancia en el Mar B\u00e1ltico como la \u00e9poca m\u00e1s feliz de su vida. Volker Weidermann ha dedicado un brillante ensayo al amor de Thomas Mann por el mar.<\/p>\n

<\/div>\n<\/div>\n

<\/p>\n

\n
<\/div>
\n
\n

La calma, la arena, el constante correr de las olas: Thomas Mann en Sylt en agosto de 1928.<\/h2>\n

Archivo Thomas Mann \/ Biblioteca ETH de Z\u00farich<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

No habla f\u00e1cilmente de la felicidad, escribi\u00f3 una vez Thomas Mann en una carta y continu\u00f3: \u00abPero casi creo que soy feliz aqu\u00ed\u00bb. Eso fue en la Engadina en el verano de 1950, y se le puede entender muy bien. Aunque la suerte de Thomas Mann no estaba realmente en las monta\u00f1as. Lo asustaron. Siempre prefiri\u00f3 la \u00abinmensa sencillez\u00bb del mar a la \u00abdiversidad exigente de las monta\u00f1as\u00bb, dijo.<\/p>\n

<\/p>\n

Hans Castorp siente lo mismo. El joven ingeniero de Hamburgo, que viaja a Davos al comienzo de la \u00abMonta\u00f1a M\u00e1gica\u00bb, se marea al darse cuenta de que ha dejado atr\u00e1s la zona de \u00e1rboles caducifolios. Para Castorp, las monta\u00f1as significan privaci\u00f3n, aire enrarecido y una timidez que nunca quiere desaparecer del todo. El mar, en cambio, es el hogar.<\/p>\n

<\/p>\n

el amor del sue\u00f1o<\/span><\/h2>\n

<\/p>\n

Fue lo mismo para Thomas Mann. Y tal vez el mar realmente era algo as\u00ed como el \u00abamor de su vida\u00bb para \u00e9l. As\u00ed lo llama Volker Weidermann en el subt\u00edtulo de su nuevo libro \u00abMan from the Sea\u00bb. El editor de reportajes de \u00abZeit\u00bb aborda un tema que parece obvio, pero sorprendentemente nunca se ha considerado por derecho propio. El mismo Thomas Mann coment\u00f3 una vez que el mar, \u201csu ritmo, su trascendencia musical\u201d est\u00e1 de alguna manera presente en todos sus libros.<\/p>\n

<\/p>\n

Los d\u00edas que se le permiti\u00f3 pasar de ni\u00f1o en el Mar B\u00e1ltico fueron los m\u00e1s felices de su vida, escribi\u00f3 en una rese\u00f1a de su vida. Una confesi\u00f3n inusual para alguien que rehu\u00eda las confesiones, a menos que fuera la de un personaje ficticio como el impostor Felix Krull, cuya credibilidad una o dos dudas es apropiada. Pero cuando se trataba del mar, el gran ironista parece haber sido serio. Al menos casi. Su amor por el mar, dijo una vez, es tan antiguo como su amor por el sue\u00f1o.<\/p>\n

<\/p>\n

Hanno Buddenbrook probablemente dir\u00eda lo mismo sobre s\u00ed mismo. El m\u00e9dico recomienda que los padres lleven al ni\u00f1o al mar. Eso lo fortalecer\u00e1. Hanno disfruta del tiempo en el mar. La calma, la arena suave, el constante correr de las olas. Lejos est\u00e1 la escuela odiada, as\u00ed como el padre, que quiere comprometer al so\u00f1ador con las exigencias del d\u00eda. Hanno desea que las vacaciones en Travem\u00fcnde nunca terminen.<\/p>\n

<\/p>\n

\n
\"Tambi\u00e9n <\/div>
\n
\n

Tambi\u00e9n vestido con m\u00e1s elegancia en la playa: Thomas Mann con gorra blanca, junto a Katia, frente a ellos los ni\u00f1os Elisabeth y Michael en el verano de 1927 en Sylt.<\/h2>\n

Archivo Thomas Mann \/ Biblioteca ETH de Z\u00farich<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

Dentro del abismo<\/span><\/h2>\n

<\/p>\n

Solo quiere quedarse aqu\u00ed. Acostarse en la playa es como acostarse en la cama, cerrar los ojos y nunca volver a abrirlos. La ni\u00f1era tiene el mayor problema para llevar al ni\u00f1o a casa por las noches. La visita al mar, sin embargo, no tiene ning\u00fan efecto. Hanno no se vuelve m\u00e1s fuerte. \u00abTiene nostalgia del mar\u00bb, le dice su madre al m\u00e9dico, que ya no sabe qu\u00e9 podr\u00eda ayudar al ni\u00f1o. Por la vida de un comerciante est\u00e1 perdido. Y no puede quedarse junto al mar.<\/p>\n

<\/p>\n

Eso ser\u00eda fatal. El mar es el hogar, un lugar de seguridad. Pero al mismo tiempo es un abismo en el que act\u00faan fuerzas que amenazan con derribar a la gente. Los \u201cperros en el s\u00f3tano\u201d, como alguna vez llam\u00f3 Thomas Mann a su homosexualidad reprimida, tambi\u00e9n acechan en las profundidades del mar.<\/p>\n

<\/p>\n

Al final del cuento \u00abMuerte en Venecia\u00bb, Gustav von Aschenbach est\u00e1 sentado en la playa, con la mirada fija en el \u00abbrumoso, sin l\u00edmites\u00bb en el que se vislumbra como un sue\u00f1o la figura del ni\u00f1o amado. Volker Weidermann ha escrito un ensayo brillante que abre los o\u00eddos al ruido que impregna la obra de Thomas Mann. Incluso donde apenas se puede escuchar.<\/p>\n

<\/p>\n

Volker Weidermann: Hombre del mar. Thomas Mann y el amor de su vida. Verlag Kiepenheuer & Witsch, Colonia 2023. 240 p\u00e1ginas, CHF 31,90.<\/p>\n

<\/p>\n

<\/div>\n


\n
Source link-58 <\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Agua, arena, cielo: Thomas Mann describi\u00f3 sus d\u00edas de infancia en el Mar B\u00e1ltico como la \u00e9poca m\u00e1s feliz de su vida. Volker Weidermann ha dedicado un brillante ensayo al…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":737300,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1],"tags":[21637,10779,716,7148,3458,3645,6040,2361,2492,13624,495,6399,2014,4238,433],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/737299"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=737299"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/737299\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":737301,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/737299\/revisions\/737301"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/737300"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=737299"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=737299"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=737299"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}