{"id":752396,"date":"2023-07-31T17:14:42","date_gmt":"2023-07-31T17:14:42","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/por-el-amor-de-dios-deja-de-calentar-plastico-en-el-microondas\/"},"modified":"2023-07-31T17:14:46","modified_gmt":"2023-07-31T17:14:46","slug":"por-el-amor-de-dios-deja-de-calentar-plastico-en-el-microondas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/por-el-amor-de-dios-deja-de-calentar-plastico-en-el-microondas\/","title":{"rendered":"Por el amor de Dios, deja de calentar pl\u00e1stico en el microondas"},"content":{"rendered":"


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Al principio<\/span> de su tercer a\u00f1o de la escuela de posgrado, Kazi Albab Hussain se convirti\u00f3 en padre. Como padre primerizo y estudiante de doctorado que estudiaba nanotecnolog\u00eda ambiental, el pl\u00e1stico estaba en su mente. El a\u00f1o anterior, los cient\u00edficos hab\u00edan descubierto que los biberones de pl\u00e1stico arrojan millones de part\u00edculas en la f\u00f3rmula, que los beb\u00e9s terminan tragando (mientras tambi\u00e9n chupan las tetinas de los biberones de pl\u00e1stico). \u201cEn ese momento\u201d, dice Hussain, \u201ccompraba muchos alimentos para beb\u00e9s y ve\u00eda que, incluso en los alimentos para beb\u00e9s, hab\u00eda muchos pl\u00e1sticos\u201d.<\/p>\n

Hussain quer\u00eda saber cu\u00e1nto se liberaba de los tipos de contenedores que hab\u00eda estado comprando. As\u00ed que fue a la tienda de comestibles, compr\u00f3 comida para beb\u00e9s y llev\u00f3 los envases vac\u00edos a su laboratorio en la Universidad de Nebraska\u2014Lincoln. En un estudio publicado en junio en Ciencia y tecnolog\u00eda ambiental<\/em>Hussain y sus colegas informaron que, cuando se calentaban en el microondas, estos contenedores liberaban millones de trozos de pl\u00e1stico, llamados micropl\u00e1sticos, e incluso nanopl\u00e1sticos m\u00e1s peque\u00f1os.<\/p>\n

Los pl\u00e1sticos son c\u00f3cteles complejos de largas cadenas de carbono, llamados pol\u00edmeros, mezclados con aditivos qu\u00edmicos, peque\u00f1as mol\u00e9culas que ayudan a moldear los pol\u00edmeros en su forma final y les confieren resistencia a la oxidaci\u00f3n, la exposici\u00f3n a los rayos UV y otros desgastes. El microondas ofrece un triple golpe: calor, radiaci\u00f3n ultravioleta e hidr\u00f3lisis, una reacci\u00f3n qu\u00edmica a trav\u00e9s de la cual las mol\u00e9culas de agua rompen los enlaces. Todo esto puede hacer que un contenedor se agriete y se desprendan peque\u00f1os fragmentos de s\u00ed mismo en forma de micropl\u00e1sticos, nanopl\u00e1sticos y lixiviados, componentes qu\u00edmicos t\u00f3xicos del pl\u00e1stico.<\/p>\n

Los efectos en la salud humana de la exposici\u00f3n al pl\u00e1stico no est\u00e1n claros, pero los cient\u00edficos han sospechado durante a\u00f1os que no son buenos. Primero, estas part\u00edculas son astutas. Una vez que ingresan al cuerpo, se recubren con prote\u00ednas, pasando de inc\u00f3gnito al sistema inmunitario, \u00abcomo caballos de Troya\u00bb, dice el profesor de qu\u00edmica del Trinity College de Dubl\u00edn, John Boland, que no particip\u00f3 en este estudio. Los micropl\u00e1sticos tambi\u00e9n recogen una comunidad compleja de microbios, llamada plastisfera, y los transportan al interior del cuerpo.<\/p>\n

Nuestros ri\u00f1ones eliminan los desechos, coloc\u00e1ndolos en la primera l\u00ednea de exposici\u00f3n a los contaminantes. Est\u00e1n bien para filtrar los micropl\u00e1sticos relativamente m\u00e1s grandes, por lo que probablemente excretamos muchos de ellos. Pero nano<\/em>los pl\u00e1sticos son lo suficientemente peque\u00f1os como para deslizarse a trav\u00e9s de las membranas celulares y \u00abllegar a lugares donde no deber\u00edan\u00bb, dice Boland.<\/p>\n

\u201cLos micropl\u00e1sticos son como fibra pl\u00e1stica: entran y son expulsados\u201d, agrega. \u201cPero es bastante probable que los nanopl\u00e1sticos puedan ser muy t\u00f3xicos\u201d.<\/p>\n

Una vez que se han colado m\u00e1s all\u00e1 de los sistemas de defensa del cuerpo, \u00ablos productos qu\u00edmicos utilizados en los pl\u00e1sticos piratean las hormonas\u00bb, dice Leonardo Trasand, profesor de la Escuela de Medicina Grossman de la NYU y director del Centro para la Investigaci\u00f3n de Riesgos Ambientales. Las hormonas son mol\u00e9culas de se\u00f1alizaci\u00f3n que subyacen b\u00e1sicamente a todo lo que hace el cuerpo, por lo que estos qu\u00edmicos, llamados disruptores endocrinos, tienen el potencial de alterar todo, desde el metabolismo hasta el desarrollo sexual y la fertilidad.<\/p>\n

\u201cLos beb\u00e9s corren un mayor riesgo de esos contaminantes que las personas adultas\u201d, dice Hussain. Entonces, para probar a cu\u00e1nto pl\u00e1stico est\u00e1n expuestos los beb\u00e9s, el equipo de Hussain eligi\u00f3 tres recipientes de comida para beb\u00e9s disponibles en una tienda de comestibles local: dos frascos de polipropileno etiquetados como \u00abapto para microondas\u00bb de acuerdo con las regulaciones de la Administraci\u00f3n de Drogas y Alimentos de EE. UU., y una bolsa de comida reutilizable hecha de un pl\u00e1stico desconocido.<\/p>\n<\/div>\n


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