{"id":757841,"date":"2023-08-04T14:07:11","date_gmt":"2023-08-04T14:07:11","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/conociendo-a-sinead-oconnor-en-un-estacionamiento-de-cracker-barrel-1998\/"},"modified":"2023-08-04T14:07:15","modified_gmt":"2023-08-04T14:07:15","slug":"conociendo-a-sinead-oconnor-en-un-estacionamiento-de-cracker-barrel-1998","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/conociendo-a-sinead-oconnor-en-un-estacionamiento-de-cracker-barrel-1998\/","title":{"rendered":"Conociendo a Sin\u00e9ad O’Connor en un estacionamiento de Cracker Barrel, 1998"},"content":{"rendered":"


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Sin\u00e9ad O’Connor fue<\/span> sentado entre la gente Amish. Quienquiera que le haya dado esa mesa probablemente sab\u00eda lo que estaba haciendo. Era 1998, los suburbios de Indian\u00e1polis, y O’Connor estaba en la ciudad para actuar en el festival de m\u00fasica Lilith Fair esa noche; muchos de los otros clientes estaban en la ciudad para ir<\/em> a la Feria de Lilith. Todos necesitaban panqueques y unos minutos para jugar ese juego con el tri\u00e1ngulo de madera y los tees de golf.<\/p>\n

Mis amigos y yo, todos decididamente en el contingente de ir a Lilith Fair, pensamos en decirle algo a uno de los artistas que hab\u00edamos llevado desde Ohio para ver. Mientras O’Connor se dirig\u00eda a la puerta, tres de nosotros saltamos sin pensar. En el estacionamiento, mi amiga Jess grit\u00f3 d\u00f3cilmente \u00ab\u00a1Sin\u00e9ad!\u00bb O’Connor se detuvo; hablamos. Ella fue amable, firm\u00f3 un aut\u00f3grafo y pregunt\u00f3 si ir\u00edamos al espect\u00e1culo. Hubo bromas sobre si pod\u00eda vernos al fondo de la multitud. Todo tom\u00f3 unos cuatro minutos.<\/p>\n

No puedo probar que nada de esto haya sucedido. Fue antes de las c\u00e1maras digitales y los tel\u00e9fonos inteligentes, cosas que arruinaron a los adolescentes que de todos modos no pod\u00edan pagar. Si algo similar sucediera hoy, probablemente estar\u00eda en TikTok o Instagram de inmediato. Tal vez habr\u00eda tweets. Simplemente le contamos la historia a quienquiera que quisiera escucharla durante el pr\u00f3ximo a\u00f1o.<\/p>\n

Cuando O’Connor muri\u00f3 la semana pasada, a los 56 a\u00f1os, mi instinto fue no incluirlo en esta columna. Se sinti\u00f3 mal, como cambiar su amabilidad por clics. Pero luego muri\u00f3 el actor de Pee-wee Herman, Paul Reubens, el mismo d\u00eda que Euforia<\/em> Angus Cloud, y ver a sus fans y amigos recordarlos cambi\u00f3 las cosas. Muchos Casa de juegos de Pee-wee<\/em> los fan\u00e1ticos crecieron antes de Internet, pero Euforia<\/em>La base de est\u00e1 decididamente enchufada, y ambos grupos recordaron a los actores en l\u00ednea en igual medida. Lo mismo hicieron los cr\u00edticos culturales, que tambi\u00e9n escribieron en profundidad sobre O’Connor.<\/p>\n

Enviar recuerdos a las redes sociales, o Internet en general, es la mejor herramienta disponible para agregarlos al registro p\u00fablico. Esto est\u00e1 lejos de ser perfecto, especialmente porque estos foros tambi\u00e9n est\u00e1n llenos de acoso y desinformaci\u00f3n. Pero s\u00ed permiten que las historias se difundan de maneras que no estaban disponibles hace 40 a\u00f1os.<\/p>\n

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El monitor es un<\/em> columna semanal<\/em> dedicado a todo lo que sucede en el mundo de la cultura WIRED, desde pel\u00edculas hasta memes, TV y Twitter.<\/em><\/p>\n<\/div>\n<\/blockquote>\n

Y a veces eso es necesario. A medida que se difundi\u00f3 la noticia del fallecimiento de O’Connor, el mundo record\u00f3 su voz, su resistencia. El m\u00fasico Bob Geldof comparti\u00f3 algunos de sus \u00faltimos textos con ella en el escenario. La llamaron una \u00abaguafiestas feminista\u00bb en el mejor sentido de esa frase. Se not\u00f3 que se adelant\u00f3 a su tiempo al hablar sobre temas como el abuso en la Iglesia Cat\u00f3lica, que critic\u00f3 al romper una foto del Papa Juan Pablo II durante un 1992 S\u00e1bado noche en directo<\/em> actuaci\u00f3n. <\/p>\n

Esto fue una d\u00e9cada antes el boston globo<\/em> ganar\u00eda un Pulitzer por investigar el abuso sexual por parte de sacerdotes, dos d\u00e9cadas antes de una pel\u00edcula sobre esa investigaci\u00f3n\u2014Destacar<\/em>\u2014ganar\u00eda dos premios Oscar. En la d\u00e9cada de 1990, O’Connor fue ridiculizada por lo que dijo y se le prohibi\u00f3 SNL<\/em>. En un episodio posterior, Joe Pesci dijo durante su mon\u00f3logo que \u00able habr\u00eda dado una bofetada\u00bb si hubiera sido el anfitri\u00f3n esa noche. Tras su muerte, mucha gente volvi\u00f3 a ver su actuaci\u00f3n. El mon\u00f3logo de Pesci est\u00e1 en el SNL<\/em> p\u00e1gina de YouTube; La actuaci\u00f3n de O’Connor no lo es.<\/p>\n

Tal vez si las muchas herramientas tecnol\u00f3gicas para el debate hubieran existido en 1992, las cosas hubieran sido diferentes. Quiz\u00e1s mejor, quiz\u00e1s peor. Tal vez O’Connor no habr\u00eda hablado con los adolescentes fuera de los restaurantes si cada interacci\u00f3n que hubiera tenido llegara a TikTok. Quiz\u00e1s algunas cosas es mejor dejarlas como recuerdos. Tal vez, como tantos Euforia<\/em> Las estrellas han hecho en Instagram, lo mejor es recordar la amabilidad de alguien y dejarse llevar.<\/p>\n<\/div>\n