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\n Foto: Cortes\u00eda de CHANEL<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n\u201cComme c\u00e1\u201d, dijo Joseph Mul, el agricultor responsable de la cosecha de las flores que constituyen los componentes vitales de la mayor\u00eda de los perfumes de Chanel, sosteniendo una rosa que acababa de recoger. A las 11 a. m. de una tarde reciente de mayo, Mul le estaba mostrando a un grupo de periodistas e influencers, que estaban all\u00ed para un viaje anual, c\u00f3mo elegir correctamente una flor. (Para que conste, lo pones entre tus dos dedos, lo giras con cuidado y lo rompes).<\/p>\n
Durante los \u00faltimos 100 a\u00f1os, Chanel se ha preocupado por lo que viene a continuaci\u00f3n: en cuanto al aroma. Tanto es as\u00ed que en 1987 la marca se asoci\u00f3 con la familia Mul, que durante generaciones ha dirigido un negocio de cultivo de flores en Grasse, Francia. El objetivo era asegurarse de que pudiera tener control sobre todos los pasos del proceso de elaboraci\u00f3n del perfume, desde plantar flores que incluyen rosas, jazmines e iris, hasta cosecharlas y capturar sus mol\u00e9culas arom\u00e1ticas para convertirlas en aceites para su fragancia Chanel No. 5. . Chanel erigi\u00f3 una f\u00e1brica en los terrenos de la granja, la primera de su tipo, a menos de cinco minutos en autom\u00f3vil de las rosas para que la flor no se deteriorara en su viaje desde el suelo hasta la botella.<\/p>\n