\n<\/p>\n
cuatro a\u00f1os despu\u00e9s<\/span> se form\u00f3, la Fuerza Espacial de EE. UU. ha comenzado a desplegar su primera red de sat\u00e9lites. Para los militares, marca un cambio significativo de depender de un pu\u00f1ado de sat\u00e9lites potentes y caros a un enjambre de sat\u00e9lites m\u00e1s peque\u00f1os y baratos. Desde la perspectiva del Pent\u00e1gono, ser\u00e1n un objetivo m\u00e1s dif\u00edcil de atacar para los rivales; un misil o un ataque con l\u00e1ser podr\u00eda derribar un sat\u00e9lite individual, pero har\u00eda poco para debilitar a todo un enjambre.<\/p>\n \u201cHist\u00f3ricamente, el Departamento de Defensa ha estado invirtiendo en Battlestar Galacticas de mil millones de d\u00f3lares que son objetivos grandes y jugosos\u201d, dice Derek Tournear, director de la Agencia de Desarrollo Espacial de la Fuerza Espacial. \u201cQuer\u00edamos ir a una arquitectura que nos diera resiliencia frente a las amenazas y que pudi\u00e9ramos actualizar r\u00e1pidamente cada dos a\u00f1os\u201d.<\/p>\n Los nuevos sat\u00e9lites tienen fines defensivos, centrados principalmente en el seguimiento de misiles, la transferencia de datos y las comunicaciones entre los sat\u00e9lites y sus sistemas terrestres. Los primeros 10 miembros de la flota fueron lanzados a la \u00f3rbita terrestre baja el 2 de abril, y se planea lanzar 13 m\u00e1s a fines de agosto desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.<\/p>\n El organismo prev\u00e9 acumular 28 sat\u00e9lites para la tanda que se lanzar\u00e1 este a\u00f1o, a la que denominan \u201cTramo 0\u201d. Estos se utilizar\u00e1n principalmente para probar y demostrar las tecnolog\u00edas de estos sat\u00e9lites y capacitar a las personas para usarlos. El tramo 1, compuesto por m\u00e1s de 160 sat\u00e9lites, seguir\u00e1 a fines de 2024. Estos estar\u00e1n operativos, lo que significa que se utilizar\u00e1n para rastrear misiles bal\u00edsticos e hipers\u00f3nicos, especialmente con atenci\u00f3n a los de China, Rusia y Corea del Norte. . Dentro de unos a\u00f1os, la agencia tendr\u00e1 casi 1.000 en \u00f3rbita.<\/p>\n El Departamento de Defensa actualmente depende de unos 10 sat\u00e9lites de defensa antimisiles en \u00f3rbita geosincr\u00f3nica, lo que significa que sus \u00f3rbitas siguen el ritmo de la rotaci\u00f3n de la Tierra a una altitud de unas 22.000 millas. Volar el nuevo enjambre en \u00f3rbita terrestre baja, que est\u00e1 a solo 600 millas sobre el suelo, mejorar\u00e1 su sensibilidad de detecci\u00f3n y la puntualidad de sus advertencias de misiles. <\/p>\n Su tama\u00f1o diminuto, aproximadamente una octava parte del de los sat\u00e9lites actuales, es parte de su ventaja, ya que son m\u00e1s baratos y r\u00e1pidos de desarrollar y lanzar. \u201cA medida que se expanden las amenazas al espacio, ya no podemos confiar en una estrategia de poner la mayor parte de nuestras capacidades en estos pocos sistemas satelitales grandes y exquisitos. Ahora el DOD est\u00e1 adoptando el enfoque de construir muchos sistemas en plazos m\u00e1s cortos\u201d, dice Kari Bingen, directora del Proyecto de Seguridad Aeroespacial en el Centro de Estudios Estrat\u00e9gicos e Internacionales sin fines de lucro, cuyos patrocinadores incluyen algunas empresas aeroespaciales y contratistas militares con sede en EE. UU.<\/p>\n Si bien esta es una operaci\u00f3n completamente militar, la Fuerza Espacial est\u00e1 comprando la tecnolog\u00eda satelital a empresas privadas bajo contrato. Un enjambre de los nuevos sat\u00e9lites, proporcionados por SpaceX y L3Harris, con sede en Florida, se encargar\u00e1 del seguimiento de misiles utilizando sus sensores de amplio campo de visi\u00f3n. Otro grupo, proporcionado por Lockheed Martin y York Space Systems, con sede en Colorado, transmitir\u00e1 datos entre los sistemas terrestres y la nave espacial. La agencia agregar\u00e1 otras redes a la mezcla en aproximadamente dos a\u00f1os, incluidos los sat\u00e9lites de Northrop Grumman, seg\u00fan Jennifer Elzea, portavoz de SDA.<\/p>\n<\/div>\n