{"id":770802,"date":"2023-08-14T16:56:21","date_gmt":"2023-08-14T16:56:21","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/inyectar-un-gen-en-el-cerebro-de-monos-freno-su-consumo-de-alcohol\/"},"modified":"2023-08-14T16:56:25","modified_gmt":"2023-08-14T16:56:25","slug":"inyectar-un-gen-en-el-cerebro-de-monos-freno-su-consumo-de-alcohol","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/inyectar-un-gen-en-el-cerebro-de-monos-freno-su-consumo-de-alcohol\/","title":{"rendered":"Inyectar un gen en el cerebro de monos fren\u00f3 su consumo de alcohol"},"content":{"rendered":"


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Cuando realizaron ex\u00e1menes post mortem de los cerebros de los monos, el equipo tambi\u00e9n confirm\u00f3 que los animales tratados hab\u00edan recuperado los niveles de dopamina. En los animales no tratados, los niveles de dopamina permanecieron bajos.<\/p>\n

Donita Robinson, profesora de psiquiatr\u00eda e investigadora del Centro Bowles de Estudios sobre el Alcohol de la Universidad de Carolina del Norte, est\u00e1 impresionada de que los efectos hayan durado un a\u00f1o. \u201cEstos hallazgos respaldan la idea de que normalizar la dopamina, o tal vez simplemente aumentar los niveles de factores de crecimiento beneficiosos como GDNF, podr\u00eda ser una estrategia \u00fatil para reducir el impulso de beber alcohol\u201d, dice Robinson, quien no particip\u00f3 en el experimento.<\/p>\n

Pero la v\u00eda de la dopamina est\u00e1 ampliamente involucrada en el movimiento y la motivaci\u00f3n, por lo que este tipo de terapia podr\u00eda influir potencialmente en otros comportamientos. De hecho, los autores del estudio encontraron que los monos tratados bebieron menos agua que sus contrapartes no tratados, y tampoco estaban tan interesados \u200b\u200ben una soluci\u00f3n azucarada. Bebieron alrededor del 20 por ciento de la soluci\u00f3n dulce en comparaci\u00f3n con los animales no tratados, que bebieron todo. Tambi\u00e9n perdieron alrededor del 18 por ciento de su peso corporal en comparaci\u00f3n con los animales del grupo de control, lo que se debe, al menos en parte, a un menor consumo de alcohol. Dichos cambios en los comportamientos relacionados con la dopamina no son necesariamente deseables o positivos. Robinson dice que cualquier estudio adicional deber\u00eda buscar cambios en el estado de \u00e1nimo, la mentalidad y los niveles generales de actividad.<\/p>\n

Un pu\u00f1ado de terapias g\u00e9nicas de una sola dosis ya est\u00e1n aprobadas para ciertos tipos raros de c\u00e1ncer y trastornos gen\u00e9ticos, como la hemofilia B y la atrofia muscular espinal. Otros est\u00e1n en proceso para la anemia de c\u00e9lulas falciformes y la diabetes tipo 2. La esperanza es que los efectos de cada tratamiento duren a\u00f1os, o posiblemente d\u00e9cadas.<\/p>\n

Pero existen riesgos al administrar la terapia g\u00e9nica al cerebro: sangrado, infecci\u00f3n, reacciones inmunitarias graves y, potencialmente, c\u00e1ncer. Estos tratamientos pueden costar cientos de miles de d\u00f3lares, con algunos millones, lo que los hace fuera del alcance de cualquier persona cuyo seguro no los cubra. Y a\u00fan no est\u00e1 claro si durar\u00e1n a largo plazo. Dado que el estudio sobre el abuso del alcohol se detuvo despu\u00e9s de un a\u00f1o, no se sabe si los beneficios ser\u00edan permanentes.<\/p>\n

Los efectos duraderos de la terapia g\u00e9nica son un arma de doble filo, dice Susan Ferguson, profesora de psiquiatr\u00eda y directora del Instituto de Adicciones, Drogas y Alcohol de la Universidad de Washington. \u201cEs uno y listo. Puedes darle a alguien esta terapia y no tiene que preocuparse por eso\u201d, dice ella. Pero si causa efectos secundarios, no hay forma de desactivarlo.<\/p>\n

Y Ferguson dice que cualquier tipo de droga debe usarse junto con la terapia u otras estrategias que aborden los aspectos psicol\u00f3gicos y conductuales del abuso del alcohol.<\/p>\n

Ya existen otros tratamientos m\u00e9dicos en el mercado, todos los cuales pueden suspenderse si es necesario. Los medicamentos acamprosato y naltrexona tambi\u00e9n act\u00faan sobre el cerebro. Un tercer medicamento, el disulfiram, act\u00faa impidiendo que el cuerpo procese el alcohol y creando una reacci\u00f3n desagradable.<\/p>\n

Una terapia g\u00e9nica para la adicci\u00f3n tambi\u00e9n plantea cuestiones \u00e9ticas. A diferencia de otras terapias g\u00e9nicas, esta implicar\u00eda volver a cablear el cerebro y, posiblemente, influir en las elecciones de una persona y, potencialmente, en su comportamiento. Sin una forma de eliminar o detener la terapia, \u00bflas personas seguir\u00edan eligiendo someterse a ella?<\/p>\n

Grant admite que ser\u00eda una forma extrema de tratamiento. Pero algunas personas con trastorno por consumo de alcohol est\u00e1n muy enfermas y representan un da\u00f1o para ellas mismas o para los dem\u00e1s. Si avanza hacia las pruebas en humanos, ella ve que la terapia se limitar\u00e1 a aquellos con los casos m\u00e1s severos de adicci\u00f3n. \u201cEste ser\u00eda el \u00faltimo recurso si fallan todas las dem\u00e1s opciones de tratamiento\u201d, dice ella.<\/p>\n<\/div>\n


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