\n<\/aside>\n<\/p>\n
Un avi\u00f3n vuela hacia Filipinas, desliz\u00e1ndose sobre \u00abla superficie infinita\u00bb del Oc\u00e9ano Pac\u00edfico. De repente, algunos pasajeros empiezan a gritar. Pronto, el capit\u00e1n anuncia que hay una bomba a bordo y que est\u00e1 lista para detonar si el avi\u00f3n cae por debajo de los 10,000 pies.<\/p>\n
\u00abEl interior del avi\u00f3n se convirti\u00f3 en un campo de batalla\u00bb, dice la historia. \u00abEl capit\u00e1n estaba visiblemente sorprendido y trat\u00f3 en vano de calmar a los pasajeros que gritaban y estaban completamente aterrorizados\u00bb.<\/p>\n
S\u00f3lo una persona mantiene la calma: un joven diplom\u00e1tico norcoreano que tiene fe en que su pa\u00eds encontrar\u00e1 una soluci\u00f3n y salvar\u00e1 a todos. Y tiene raz\u00f3n. Los estimados cient\u00edficos e ingenieros de Corea del Norte crean un misterioso campo antigravitacional y detienen el avi\u00f3n en el aire. La bomba se desactiva, todos bajan del avi\u00f3n y regresan sanos y salvos a la Tierra.<\/p>\n
Esta historia, Cambio de curso<\/em> (Hangno r\u01d4l pakkura<\/em>) de Yi K\u016dmch\u01d2l, habla de solidaridad, paz y amor a la patria, mostrando una intrincada relaci\u00f3n entre literatura y pol\u00edtica. Se public\u00f3 por primera vez en 2004 en la revista Chos\u01d2n munhak, y se reimprimi\u00f3 13 a\u00f1os despu\u00e9s, m\u00e1s o menos cuando Corea del Norte afirm\u00f3 que era capaz de lanzar ataques en suelo estadounidense.<\/p>\n\u00abEs dif\u00edcil pasar por alto los mensajes pol\u00edticos en toda ciencia ficci\u00f3n norcoreana\u00bb, me dijo el historiador de la ciencia Dong-Won Kim, que ense\u00f1\u00f3 en la Universidad de Harvard y en el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnolog\u00eda de Corea en Corea del Sur.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nEl g\u00e9nero creci\u00f3 bajo las alas de los l\u00edderes supremos. El difunto dictador Kim Jong-il hizo referencia a libros de ciencia ficci\u00f3n en sus discursos y estableci\u00f3 pautas para los autores, anim\u00e1ndolos a escribir sobre el futuro optimista de su pa\u00eds.<\/p>\n
Las historias a menudo tocan temas como viajes espaciales, robots ben\u00e9volos, nanobots que curan enfermedades y exploraci\u00f3n de aguas profundas. Carecen de extraterrestres y seres con superpoderes. En cambio, los verdaderos superh\u00e9roes son los excepcionales cient\u00edficos y tecn\u00f3logos norcoreanos que llevan el peso del mundo sobre sus hombros.<\/p>\n
Estas historias suelen estar llenas de tensi\u00f3n pol\u00edtica y presentan \u00abimpresionantes confrontaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos\u00bb, dijo Jang Hyuk, un joven graduado en matem\u00e1ticas que desert\u00f3 de Corea del Norte hace unos a\u00f1os. Como en Cambio de curso<\/em>los norcoreanos en la ciencia ficci\u00f3n suelen ser retratados como tratando de salvar a alguien, mientras que los estadounidenses son los villanos que quieren \u00abmonopolizar y convertir en arma\u00bb [technology] dominar el mundo\u00bb, a\u00f1adi\u00f3.<\/p>\nPara un lector occidental, tales complots podr\u00edan parecer rid\u00edculos, tal vez dise\u00f1ados para aumentar la confianza de una naci\u00f3n con poco contacto con el resto del mundo. Sin embargo, explorarlos m\u00e1s profundamente podr\u00eda revelar una capa de comprensi\u00f3n m\u00e1s matizada.<\/p>\n
\u00abCuando leo Cambio de curso<\/em>\u00abMe encuentro constantemente pensando: si estuviera viendo esta misma historia en una pel\u00edcula de Hollywood y los protagonistas fueran estadounidenses, mi reacci\u00f3n ser\u00eda muy diferente\u00bb, afirm\u00f3 el investigador Beno\u00eet Berthelier, profesor de la Universidad de Sydney, que public\u00f3 varios art\u00edculos sobre la cultura coreana. \u00abCuando experimentas estructuras de trama y tropos familiares, pero con los protagonistas y antagonistas invertidos, hay un efecto de distanciamiento que te hace preguntarte por qu\u00e9 s\u00f3lo ciertas configuraciones de roles buenos y malos no parecen controvertidas\u00bb.<\/p>\n<\/p><\/div>\n \nSource link-49<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Dentro del submarino de Kim Kwang Nam, de la serie \u00bb the=\u00bb\u00bb future=\u00bb\u00bb is=\u00bb\u00bb bright.=\u00bb\u00bb\/> Agrandar \/ Dentro del submarino de Kim Kwang Nam, de la serie \u00abEl futuro es…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":789133,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[21980],"tags":[3633,2414,3634,1146,101861,4944],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/789132"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=789132"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/789132\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":789134,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/789132\/revisions\/789134"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/789133"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=789132"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=789132"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=789132"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}